Agustín Ibáñez, investigador del Centro de Neurociencia Social y Cognitiva UAI dio inicio al año académico de la Escuela de Psicología abordando la interacción social y cómo ha ido cambiando la mente de las personas producto del vínculo que hoy existe con la tecnología.
¿Qué nos hace humanos?
Agustín Ibáñez exploró el concepto de mente extendida, “hoy no solo tenemos el internet de las cosas, sino que también hay un mundo digital que es paralelo al físico, hay muchas herramientas que nos permite extendernos”, señala Ibáñez.
El acceso a la tecnología es masivo, y sin duda el cerebro se ha visto afectado por esta razón, la mente de las personas ha dejado de hacer cosas que antes hacía producto de la tecnología, hoy “podemos ir a un lugar sin haber estado ahí, tenemos cientos de teléfonos sin tener que recordarlos, tenemos una agenda ejecutiva que nos recuerda nuestra vida, tenemos una red social que nos dice qué personas importantes son para uno, tenemos algoritmos, sin saberlo que muestra lo que más te va a gustar”, agrega el investigador.
La experiencia como factor cerebral
“La experiencia es uno de los factores más importantes de la actividad cerebral, la forma en que hemos vivido nuestra vida, desde cómo dormimos, comemos, los vínculos sociales, los ejercicios que hacemos, el nivel de relajación, todo eso, sin duda va a impactar en 20 a 30 años en la vida de las personas”, dice el académico.
La idea de plasticidad cerebral demuestra que la mente se adecúa al entorno, a la experiencia, al hacer un vínculo con el internet, los computadores, la tecnología, los Smartphone ¿qué pasa? “si no entrenamos la memoria, la perdemos, todo lo que la mente extendida hace por uno, con la tecnología uno lo deja de hacer”, acota Ibáñez.
El conocimiento. ¿Cómo aprendemos? “Hoy el conocimiento está disponible en cualquier parte, por lo que esa educación tradicional de universidades, tiene otro rol. La forma en que aprendemos está cambiando”, explica el profesor.
Socialización
El ser humano es un ser social, “lo que nos hace humanos es la capacidad de entender la mente del otro, pensar en conjunto y empatizar con el otro, eso nos distingue de todas las otras especies sociales”, señala Agustín Ibáñez, por lo que el cerebro humano está capacitado para hacer grandes cosas, en conjunto, gobernar, construir etc.
Somos seres tremendamente sociales, estamos hiper especializados para capturar lo que los otros piensan y sienten, porque el cerebro está cableado para eso, por eso, Ibáñez desafía la espacio temporalidad a la que se enfrentan las personas, ya que ésta cambia a lo largo de la vida, y por lo mismo, la forma en que las personas se relacionan con los demás, adquieren conocimientos, se desarrollan y aceptan la incertidumbre, ya que según comenta Agustín Ibáñez: “nuestro futuro tiene más incertidumbre que el futuro de nuestros abuelos“.