ESTIERCOL

Nah 3:6 te afrentaré, y te pondré como e
Mal 2:3 os echaré al rostro el e, el e de vuestro


Estiércol (heb. peresh, tsâfîa, tsê’âh, jªrâ’îm, gêlêl, gâlâl, dômen). El uso del estiércol como combustible aparece en Eze 4:12, 13, 15, pero lo difundido de su empleo con ese propósito hoy nos sugiere que también pudo ser usado ampliamente en lo pasado. Su aplicación como fertilizante se menciona en Luk 13:8 Figuradamente, “estiércol” y “excremento” describen algo detestable, perecedero y sin valor (2Ki 9:37; Job 20:7; Phi 3:8, “basura”, RVR; etc.). En 2Ki 6:25 se habla del “estiércol de paloma” (heb. jarê yônîm), una sustancia desagradable que llegó a ser un alimento codiciado por los sitiados habitantes de Samaria, y por el que pagaron un alto precio. Josefo registra que en su angustia la gente en Jerusalén se vio en la necesidad de comer estiércol durante el sitio de la ciudad. Recientemente se hizo un intento de identificar esta sustancia con un producto vegetal barato e indeseable, pero no se pudo demostrar esta identificación. Bib.: FJ-GJ v.13.7.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

latí­n estercus. Excremento animal, que era usado como abono y como combustible. El muladar era el sitio en el cual se arrojaban los excrementos; una de las puertas de la muralla de Jerusalén se llamaba del Muladar, Ne 2, 13; 3, 13-14; 12, 31. El término e. se emplea en la Escritura en sentido figurado, como cuando se dice que el cadáver de la reina Jezabel será como e. sobre el campo, 1 R 9, 37; la gloria del pecador pasará como e., 1 M 2, 62; igual, se lee en los profetas, Jr 16, 4; 25, 33; Ml 2, 3. Estoicos, griego stoa, pórtico. Seguidores de la doctrina filosófica del pensador griego Zenón de Citium, siglo III a. C. Su nombre se deriva del lugar donde fundó la escuela Zenón, la columnata llamada Estoa Pecile, pórtico pintado, en la ciudad de Atenas. Como la epicúrea, la filosofí­a estoica pone el énfasis en la ética, cuyo principio básico está en que el bien no se encuentra en las cosas externas, sino en el alma, en la sabidurí­a y dominio de sí­ mismo, mediante los cuales el hombre se libera de las pasiones y deseos que perturban la vida. Las cuatro virtudes cardinales del estoico son la sabidurí­a, el valor, la justicia y la templanza. Para encontrar la sabidurí­a, se debe vivir de acuerdo con la naturaleza sin contradecirla. Los estoicos eran cosmopolitas, porque, según ellos, todos los seres humanos son iguales, son manifestaciones de un espí­ritu universal y, por tanto, deben vivir en amor fraternal y ayudarse mutuamente.

El apóstol Pablo conversó con los e. cuando visitó la ciudad de Atenas, lo mismo que con los ® epicúreos, quienes le llevaron al ® Areópago, donde el Apóstol dijo un discurso, Hch 1 7, 1 8.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

El excremento de hombres o bestias. En varias de las ofrendas, bajo el sacerdocio leví­tico se utilizaba la sangre y la gordura y la carne, pero se desechaban las pieles y el estiércol o se quemaban fuera del campamento (Exo 29:14; Lev 8:17). El peor desprecio era que se tratara el cadáver como estiércol (2Ki 9:37). Con frecuencia se utilizaba (y se utiliza) el estiércol como combustible (Eze 4:12-15). Pablo consideraba a sus ventajas naturales como estiércol (basura) en comparación con sus bendiciones en Cristo (Phi 3:8).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Cuando se hací­an sacrificios, el excremento animal, cosa impura, era quemado (Exo 29:14; Lev 4:11-12). Pero de otra manera, se usaba el e. como abono (Sal 83:10) y, mezclado con paja, como combustible (Isa 25:10). Los israelitas tení­an el deber de llevar a la guerra †œuna estaca†, para cavar con ella y cubrir sus excrementos †œporque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento† (Deu 23:14). El lugar donde se lanzaban los desperdicios y el e. era el †¢muladar. Una expresión de rechazo de Dios a los sacerdotes que ofrecí­an sacrificios insinceros era: †œOs echaré al rostro el e., el e. de vuestros animales sacrificados† (Mal 2:3). Pablo decí­a que todas las cosas para él eran como basura, o e., en comparación con el conocimiento de Cristo.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, COST TIPO

vet, En los pueblos antiguos, así­ como en Israel, el estiércol animal era usado como combustible y también como abono una vez seco. Se poní­a a secar al sol o en las azoteas. Se usaba para encender los hornos y el fogón (Ez. 4:12-16). Isaí­as lo menciona como fertilizante (Is. 25:10). En Jerusalén existí­an una “Puerta del Estercolero” o “Puerta del Muladar” (Neh. 2:13; 3:13, 14; 12:31), llamada así­, seguramente, porque junto a ella se arrojaban las inmundicias de la ciudad. En sentido figurado, yacer en el estercolero es señal de extrema miseria (Lm. 4:5) y alzarle a uno del estercolero significa sacarlo de su postrada condición (1 S. 2:8; Sal. 113:7).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

En los idiomas bí­blicos se utilizan diferentes palabras para referirse al excremento de los seres humanos, aves y bestias. En las Escrituras se suele usar el término †œestiércol† en sentido figurado.
Fuera del campamento israelita habí­a disponible un †œlugar privado† o †œexcusado†, y quienes lo usaban tení­an que cubrir el excremento. (Dt 23:12-14.) De este modo el ejército mantení­a su limpieza delante de Jehová y también se protegí­a de enfermedades infecciosas transmitidas por las moscas.
Una de las puertas de Jerusalén era la †œPuerta de los Montones de Ceniza†, llamada normalmente †œPuerta del Estiércol†. (Ne 2:13; 3:13, 14; 12:31.) Estaba situada a mil codos (445 m.) al E. de la Puerta del Valle y, por lo tanto, al S. del monte Sión. Es probable que recibiese este nombre debido a los desperdicios que se amontonaban en el valle de Hinón, al que se salí­a por esta puerta; quizás también se sacara por ella la basura de la ciudad.
Puede que algunos pueblos nómadas usaran el estiércol como combustible. Cuando Ezequiel representó proféticamente el sitio de Jerusalén, objetó al mandato de Dios de usar excremento humano como combustible para cocer el pan, por lo que Dios condescendientemente le permitió utilizar estiércol de ganado en su lugar. (Eze 4:12-17.) Esto parece indicar que tal uso del estiércol no era común en Israel.
El estiércol se utilizaba como abono para fertilizar la tierra. Parece ser que se empleaba a los propios animales para mezclar la paja con el estiércol en †˜estercoleros†™. (Isa 25:10.) Una manera de fertilizar una higuera era †˜cavar alrededor de ella y echarle estiércol†™. (Lu 13:8.)
Por lo general, el estiércol se consideraba algo ofensivo, algo que debí­a ser eliminado. Las palabras de Jehová a la porfiada casa de Jeroboán, el rey de Israel, expresan las ideas de ofensa y eliminación: †œBarreré de modo completo detrás de la casa de Jeroboán, así­ como uno remueve el estiércol hasta acabar con él†. (1Re 14:10.)
Convertir la casa de un hombre en excusado público era el mayor insulto y también un castigo. (Esd 6:11; Da 2:5; 3:29.) Durante la prueba de divinidad llevada a cabo en el monte Carmelo, Elí­as desafió a los profetas de Baal, que no respondí­a, diciendo: †œDebe estar preocupado con un asunto, y tiene excremento y tiene que ir al excusado†. (1Re 18:27.) Posteriormente Jehú derribó la casa de Baal, †œy la mantuvieron aparte para excusados†. (2Re 10:27.)
El estiércol también se emplea como sí­mil de un fin ignominioso, ya fuera individual o nacional. (2Re 9:36, 37; Sl 83:10; Jer 8:1, 2; 9:22; 16:4.) Dios predijo que durante su controversia con las naciones, los muertos por Jehová no serí­an plañidos, ni recogidos ni enterrados, sino que quedarí­an †œcomo estiércol sobre la superficie del suelo†. (Jer 25:31-33; compárese con Sof 1:14-18.)
Según la Ley, el sacerdote no debí­a comer ninguna ofrenda por el pecado, cuya sangre se introducí­a en el santuario para hacer expiación. El cuerpo de la ofrenda y su estiércol tení­an que quemarse en un lugar limpio fuera del campamento. (Le 4:11, 12; 6:30; 16:27.) Se hací­a así­ porque no debí­a darse ningún otro uso a ninguna parte del animal ni tampoco debí­a permitirse que se corrompiera. Era †œlimpio†, es decir, santificado para Jehová, y, por lo tanto, tení­a que quemarse en un lugar limpio. (Compárese con Heb 13:11-13.)
Pablo tení­a en alta estima las cosas espirituales y consideraba de gran valor su esperanza en Cristo, por lo que declaró: †œPor motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en unión con él†. (Flp 3:8, 9.) La palabra griega que aquí­ se traduce basura (ský·ba·lon) puede significar tanto excremento como las sobras de un banquete que se arrojan a la basura. Aun si el apóstol tení­a presente este último significado, el que considerara †œtodas las cosas† como †œbasura† recalca lo mucho que suponí­a para él ganar a Cristo y ser hallado en unión con él. (Véase ESTIERCOL DE PALOMA.)
Con respecto a la expresión †œí­dolos estercolizos†, véase íDOLO, IDOLATRíA (Punto de vista sobre la idolatrí­a).

Fuente: Diccionario de la Biblia

Este vocablo se utiliza para traducir varias palabras hebreas. El heb. ˒aśpōṯ, generalmente traducido “muladar”, probablemente se refiera a vaciadero de residuos, basural, o pozo para cenizas, y se usa como símil para describir el refugio de los desamparados (1 S. 2.8; Sal. 113.7; Lm. 4.5); cf. tamb. Lc. 14.35. La puerta del Muladar en Jerusalén (la misma palabra), que se menciona en Neh. 2.13; 3.13–14; 12.31, quizás sea la puerta por donde se sacaban los desperdicios de la ciudad. Una comparación más horrenda era la de cadáveres insepultos (en descomposición) como estiércol (dōmen) en los campos (2 R. 9.37, Jezabel; Jer. 8.2; 9.22; 16.4; 25.33; cf. Job 20.7; Sof. 1.17). En una ocasión se amenaza a ciertos sacerdotes desobedientes diciéndoles que el estiércol de sus sacrificios (e.d., aquello que era inmundo, cf. Ex. 29.14; Lv. 4.11; 8.17, etc.) será untado sobre sus rostros y que ellos mismos serán arrojados en esa condición (Mal. 2.3). Jehú transformó un templo de Baal en una letrina (2 R. 10.27). Para describir las terribles privaciones ocasionadas en casos de sitio se hablaba de comer estiércol (2 R. 18.27). Los “muladares” (newālı̂/û) descriptos en Esd. 6.11; Dn. 2.5; 3.29, probablemente deban entenderse como “montones de ruinas”.

El estiércol animal tuvo desde antaño dos usos principales: como combustible y como abono. Como combustible frecuentemente se lo mezclaba con paja (cf. Is. 25.10) y se lo dejaba secar; de este modo resultaba adecuado para calentar los sencillos “hornos para pan”, construidos de arcilla o piedras, que se usaban en Palestina, y muy excepcionalmente se utilizaba en estos casos el excremento humano (Ez. 4.12–15) ; con frecuencia se lo quemaba (cf. el símil de 1 R. 14.10). Cuando Ben-adad II puso sitio a Samaria en forma muy estricta, los alimentos y el combustible (estiércol de palomas) más pobres se vendían a precios exorbitantes (2 R. 6.25). Para el uso del estiércol como combustible hasta los tiempos modernos, véase Doughty, Travels in Arabia Deserta. El Sal. 83.10 quizás se refiera al abono para la tierra, mientras que en el caso de Lc. 13.8, que se refiere a la higuera, con toda seguridad se trata del abono para este fin. Con una metáfora muy expresiva Pablo consideraba todas las cosas estiercol (°vrv1) o basura, en comparación con la “sobresaliente excelencia” (°vm) de ganar a Cristo (Fil. 3.8).

K.A.K.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico