La red fluvial

En ésta una comarca por donde fluyen ríos relativamente importantes en lo que a su caudal medio se refiere. Ello va a incidir positiva mente en el número de Ha, de regadío y, por tanto, en el rendimiento agrícola.

La red hidrográfica que forman los ríos Esla, Tera y sus afluentes, es, con diferencia, el colector fluvial que más cantidad de agua aporta al río Duero. Esta importancia se debe a que  estos ríos nacen en unas zonas montañosas donde se registran elevadas pluviómetros, bien en forma de lluvia o nieve que les darán un régimen plucionival, localizándose los máximos hidrológicos en los meses de marzo y abril.

Ya se ha mencionado anteriormente la importancia que tiene el trazado de la red fluvial al influir en la configuración del asentamiento humano, (pueblos y comunicaciones se localizan sobre los valles fluviales).

El río Esla, que discurre prácticamente en dirección N-S, recibe por su margen izquierda al Cea a unos 6 km, al este de Benavente. Ambos, una vez dejado atrás el páramo leonés, transcurren a través de la cobertera miocénica formando en sus márgenes una serie de terrazas fluviales y depositando un aluvión por el que se extenderá la fértil vega.

El río Orbigo, denominado río  Luna en sus primeros km. de cabecera, una vez que pasa La Bañeza (León) se adentrará en tierras benaventanas con dirección NO-SE, la misma que tiene su afluente el Eria. Esta dirección viene determinada por la disposición de las alineaciones paleozoicas que forman la Sierra de Carpurias.

Por la margen derecha, el Orbigo  recibe al Ahogaborricos, el cual forma un pequeño valle sobre el que se asentarán unos núcleos rurales que en su denominación llevan el topónimo “Valle”; San Adrián del Valle, La Torre del Valle…

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