Edgar Allan Poe: el origen del género policial y el método de Auguste Dupin

En una sociedad donde lo material se sobreponía a lo abstracto, donde los pensamientos estaban ligados al razonamiento positivista, Edgar Allan Poe pretendió establecer una transformación en el modo de atraer al lector. No solo buscaba generar temor (como en sus cuentos ya existentes) sino que deseaba despertar la curiosidad en él: de dilucidar y apelar a su capacidad de razonar. 

Así, Poe inicia esta travesía en 1841 con su relato Los crímenes de la calle Morgue. A este siguieron El misterio de Marie Rogêt (1842), La carta robada (1843) y El escarabajo de oro (1844). Además, a Poe le debemos el primer detective literario, Auguste Dupin, que sirvió de inspiración para que el escritor escocés sir Arthur Conan Doyle cree a su famoso personaje Sherlock Holmes o para la creación de Hércules Poirot de Agatha Christie. ¿Genial no? 

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Dupin, realizando una inteligente maniobra, en una ilustración de The Purloined Letter (1844).

Retomando este largo debate de lo racional versus lo abstracto, según Poe solo se podía hablar de un conocimiento realmente trascendente añadiendo la contra parte poética sobre la rigidez de la disciplina positivista (la parte material).

Para Poe, la capacidad de imaginar, enemiga del conocimiento positivo, era la esencia de la búsqueda misma. Por ese motivo, Poe, nacido en 1809, se encontró en la plenitud de su madurez intelectual sumido en un ambiente cientificista esquemático y materialista en el que no encajaba, pero con el que compartía como principio fundamental el racionalismo heredado del siglo anterior. Ese es el motivo por el que en sus relatos de detectives, la averiguación de la verdad se realiza mediante un proceso complejo que combina a partes iguales intuición, astucia y lógica. Esa es la fórmula simplificada de Poe para llegar a la verdad de los misterios. 

La cuestión del crimen era para Poe como el ajedrez, un caso de cálculo matemático en el que el plan urdido hacia adelante por el criminal, pros­pectivamente, hasta desembocar en el crimen, debe ser recorrido en sen­tido inverso, punto por punto, desde el crimen hasta llegar a la mente crimi­nal detrás de él.

El método usado por Poe 

Edgar Allan Poe concibió Los crímenes de la Calle Morgue en 1841. Sería la primera de las tres aventuras protagonizadas por el chevalier Auguste Dupin, a la que posteriormente seguirían El misterio de Marie Roget y La carta robada.

El volumen de relatos policiales se completa con los otros dos únicos relatos de misterio: Tú eres el hombre y El escarabajo de oro.

Como anteriormente se mencionó, la figura de Dupin está presente en esta trilogía:

  • En “Los asesinatos de la calle Morgue” (1841) se narra la investi­gación sobre el asesinato de dos mu­jeres ocurrido en París en una habi­tación cerrada por dentro. El caballero C. Augusto Dupin debe enfrentarse, además, a las extravagantes y sangrientas ca­racterísticas del crimen, muy del gusto de la novela gótica entonces en boga. 
  • El siguiente cuento es “El misterio de María Rogêt” (1842), en el que el asunto es la desaparición de la dependienta de una perfumería, el descubrimiento de su cadáver en las aguas del río Sena y las investi­gaciones a distancia realizadas por Dupin, basándose en las notas perio­dísticas. 
  •  Finalmente, en “La carta robada” (1845) se narra la manera en la que Dupin encuentra y recupera una carta personal que compromete a una dama relacionada con las altas esferas de la política francesa haciendo gala de un método basado en el aná­lisis de los datos existentes, el “encuen­tro” de los elementos significativos (indicios), que compila para ofrecer una explicación particular, es decir, un método analítico­sintético de tipo abductivoResultado de imagen para detectives edgar allan poe

Los procedimientos de Dupin son más complejos que “razonar inteligente­mente” para encontrar al culpable, pues se ajustan a las circunstancias y características del crimen que debe solucionar. Eso es precisamente lo que hace que en la figura de Edgar Allan Poe confluyan diferentes esquemas de la novela policíaca que serán tan explotados años después por sus sucesores:

1) La novela de problema imposible (principalmente el crimen de cuarto cerrado)

2) La solución del problema sin salir de casa a partir de información de segunda mano (también conocida como “detective de sillón”)

3) El método de engaño psicológico. 

Estos esquemas se vinculan a las variantes de crimen que Agatha Christie denominará luego “desde dentro” (con un criminal incluso conocido, lo que importa es cono­cer los caracteres de su mente para determinar sus recursos y la lógica de su proceder, calibrar su agudeza men­tal para intentar resolver el misterio) y “desde fuera” (cada rasgo del crimen, cada circunstancia que lo rodea representan indicios que apuntan hacia el carácter o circunstancias del malhechor mismo para realizar su búsqueda). Cada uno tiene una complejidad distinta y requiere un procedimiento de abordaje también diferente. Precisamente por ello, para Poe la habilidad del analista depende de su capacidad para acudir a las circunstancias específicas que envuelven los hechos. 

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Asimismo, afirma que la tendencia a buscar la verdad en los detalles conduce al error. Enunciados que solo aparentemente son contradictorios, en realidad llevan a lo mismo en el fondo. Para Ginzburg y Bitonte, son los pequeños indicios los que, rastreados e interpretados con precisión, llevan al todo que los ha producido. Para Poe, el equívoco no consiste en la búsqueda de los detalles perse, sino en quedarse en ellos sin encontrar el común denominador que los asocia y que les da sentido: ver los árboles sin ver el bosque.

No obstante, antes que investigador, Poe se nos presenta como inventor de soluciones detalladas y verosímiles para complejos relatos de fantasía. En su concepción de que lo científico matemático y lo imaginativo poético constituían una unidad, y del hecho de que el hombre no puede crear de la nada, pensaba que la actividad de la imaginación consistía esencialmente en buscar nuevas conexiones entre lo ya existente.

El mismo Poe se pre­guntaba: “¿Dónde radica el ingenio […] de desenmarañar un enredo que uno mismo ha creado con el expreso deseo de desenmarañarlo?

Según Borges (1978) en su discurso de «El cuento policial»: «Poe no quería que el género policial fuera un género realista, quería que fuera un género intelectual, un género fantástico si ustedes quieren, pero un género fantástico de la inteligencia, no de la imaginación solamente; de ambas cosas desde luego, pero sobre todo de la inteligencia.»

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Borges junto a la tumba de Poe.

De esta manera, el legado de Poe confirma la búsqueda de métodos confiables para el análisis de lo que creemos imposible de resolver, de las incógnitas y los enigmas del mundo real. Nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la forma y no del fondo, poniendo énfasis en la importancia de añadir el elemento imaginativo sobre la parte científica, que se alinea perfectamente con nuestra capacidad humana de fantasear, de suponer y de idear. Nos heredó magníficos relatos para desarrollar nuestra capacidad de analizar. El mismo Poe lo escribió:

«La verdad no está siempre en el fondo de un pozo. En realidad, yo pienso que, en cuanto a lo que más importa conocer, es invariablemente superficial. La profundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en las cumbres de las montañas, que es donde la vemos.»


Fuentes:

-Calderón, J. A. (2015). HEURÍSTICA CREATIVA Y MÉTODO INDICIAL EN LOS CUENTOS DE EDGAR ALLAN POE. Estudios: Filosofía, Historia, Letras, 13(115), 143-156.

-Bibliotecanegra.com

-Discurso de Borges en http://borgestodoelanio.blogspot.pe/2015/05/jorge-luis-borges-el-cuento-policial.html

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