En la unidad
anterior se estudió que los grupos
de tejidos que trabajan juntos para realizar
una función son los órganos
y que los grupos de órganos forman
los sistemas del cuerpo.
Uno de estos
sistemas, llamado sistema esquelético,
soporta y da forma al cuerpo y protege a
los órganos; la parte interna de
los huesos, llamada médula ósea,
también produce células sanguíneas
entre otras funciones, que son las encargadas
de llevar oxígeno a todas las células
del cuerpo.
Los huesos se
conectan entre sí en las estructuras
llamadas articulaciones y se unen mediante
ligamentos. Las articulaciones pueden tener
funciones muy variadas, según los
huesos que en ellas intervengan.
Los músculos
son órganos que permiten el movimiento.
En el cuerpo hay tres tipos principales
de músculos. Los músculos
esqueléticos se encuentran en los
brazos, piernas, tórax, abdomen,
cuello, cara y cabeza, principalmente. Son
músculos voluntarios que se contraen
fácilmente, pero que también
se cansan. Los músculos lisos son
involuntarios y trabajan sin cesar como
los músculos del estómago
o de los intestinos. Hay un tercer tipo
de músculo que se llama cardíaco,
se encuentra en el corazón, es involuntario,
pero al igual que el músculo esquelético,
si se le mira con un microscopio, tiene
una apariencia rayada, por lo que también
recibe el nombre de músculo estriado.
El cuerpo no
sólo requiere de movimiento, sino
también de protección del
exterior. El órgano que lo protege
es la piel. Además, por medio del
sudor, la piel nos ayuda a mantener una
temperatura y a evitar la deshidratación.
Otra función muy importante de la
piel es que nos permite sentir los cambios
que ocurren en las condiciones del entorno. |