El Querreque y el Hidalguense, son los temas más solicitados por el público en cualquier evento festivo de las regiones, tanto Tulancingo como Otomí-Tepehua.
Así lo expresó Erasmo Batres, integrante de un trío huasteco, quien agregó que este género no pierde terreno y aún con las nuevas tendencias musicales, el huapango también es del gusto de muchos jóvenes y hasta de niños.
El entrevistado basó este comentario, con respecto a los festivales que se organizan en las ferias de Acaxochitlán, Tenango de Doria, San Bartolo Tutotepec y ciudades como Tulancingo y Pachuca, que reúnen a gran cantidad de gente de todas las edades.
Sobre el Querreque, el entrevistado dijo que es considerado como el “rey de los huapangos”.
“Nunca puede faltar este tema y es una de las primeras canciones que aprendemos a interpretar”.
Batres agregó que en las citadas demarcaciones existen alrededor de 100 tríos huastecos, que constantemente algunos han realizado giras por el extranjero.
Además, dijo el entrevistado, se han unido para realizar bailes a favor de personas que necesitan ayuda, caso concreto para los damnificados del terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Sobre la canción, El Querreque, de acuerdo con los libros editados por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), este son huasteco fue llevado a la Ciudad de México, en el año de 1956, por Pedro Rosa, originario de Xilitla, San Luis Potosí.
Posteriormente este último, Rosa hizo grupo con César Chávez Ramírez, Epifanio Alarcón Villegas y Willebaldo Amador Hernández, quienes le hicieron arreglos, cambiándolo al tono de re mayor y con versos pícaros y consecutivos.
La palabra “querreque” en forma conceptual, deriva de un pájaro de plumaje gris, conocido en otros sitios con el nombre de pájaro carpintero, emite un graznido suave con el que parece decir “crrr, crrr”. Tal expresión, en calidad de mote, a una persona muy parlanchina.
Con respecto a “E Hidalguense", el tema es creación de Nicandro Castillo, originario de Xochiatipán, Hidalgo.
Finalmente, Batres destacó que las nuevas generaciones no pierden el gusto por este género, y hay niños desde los ocho años que ya saben tocar el violín, la jarana o quinta huapanguera, quienes acompañan a sus papás o familiares con algunas canciones.