Enlaces accesibilidad

Historia de la quinina, el remedio contra la malaria

Por

Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

La malaria existe desde hace miles de años. Y uno de los primeros remedios que se descubrieron para paliar la enfermedad es la quinina. Sucedió hace pocos siglos.

La quinina es el más fuerte de los cuatro alcaloides que se encuentran en la corteza de los árboles del género Cinchona. De estos árboles existen aproximadamente 23 especies, todas oriundas de América del Sur y crecen a lo largo de la cordillera oriental de los Andes.

Su descubrimiento se remonta al siglo XVIII durante una de las grandes expediciones científicas que se organizaban a Sudamérica desde Europa. Fue en 1633.

Cuentan que un jesuita español descubrió que los indios de América Central usaban la corteza molida de unos árboles que ellos llamaban ‘quina quina’ para curar la malaria.

Los monjes utilizaron este remedio para salvar de la muerte a la condesa de Chinchón, Ana de Osorio, esposa del virrey de Perú, aquejada de lo que por entonces denominaban ‘fiebre de los pantanos’.

El 'polvo de la condesa'

Dicen que la condesa volvió a España y recomendó su uso para curar las fiebres y así, la corteza de ‘quina quina’ pasó a llamarse el ‘polvo de la condesa’.

Pero, hoy en día esta leyenda es más que discutida, dado que no es cierto que la condesa volviera a España y tampoco hay datos que indiquen que padeciera malaria.

Lo que sí es cierto es que la primera planta que llegó a España del árbol ‘quina quina’ desde Perú está en el Herbario del Real Jardín Botánico CSIC en Madrid.

Allí está el tipo, es decir, el primer ejemplar de esta planta recogido, estudiado y catalogado para su conservación. El tipo es un pliego, es una hoja de papel donde se ha dispuesto la planta prensada, en dos dimensiones, con las hojas, los tallos y los frutos o flores a la vista (si es que los hay) y con todos los datos sobre su recogida (el día, el lugar, el entorno).

Y por supuesto, el nombre de la planta que por cierto, originalmente se llamaban Chinchona, como la condesa, pero en algún momento hubo un error en la transcripción y alguien escribió cinchona, en vez de chinchona.

Se quedó con cinchona. Y para terminar muy importante, los tipos se cubren con una carpeta roja. Es el código de color que se usa en todos los herbarios del mundo para identificar a estos ejemplares tan especiales. Y es que son historia.

CIENCIA AL CUBO

SUSCRÍBETE al podcast de Ciencia al Cubo, el programa sobre Ciencia de América Valenzuela en Radio 5.