¿Qué es el tiempo cronológico?
El tiempo cronológico es aquel que se puede medir por medio de un cronómetro o reloj. Permite ubicar los hechos o acontecimientos en momentos específicos. Mide periodos de tiempo cortos, como segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años o décadas.
Por el contrario, el tiempo histórico mide periodos de la historia extensos y permite dar explicaciones sobre causas y consecuencias de los hechos históricos.
Mientras que en el mundo científico el tiempo cronológico es de suma importancia, en la sociedad humana se ha dado preferencia al tiempo histórico, ya que las acciones humanas han tenido más relevancia en el cambio social que producen, que en el momento en que tienen lugar.
Solamente en la era moderna se ha dado importancia mayor al tiempo cronológico, pues la velocidad que trajo la Revolución industrial, hizo que las sociedades cambiaran su forma de vivir y no dependiesen de la salida del sol y del estado del tiempo para sus actividades. La masificación de los relojes y el establecimiento de calendarios y rutinas periódicas fijas (vacaciones, horarios de trabajo, hora del almuerzo, etc.), hicieron el resto.
Este nuevo modelo trajo ventajas en cuanto al aumento de productividad y división social, y se extendió rápidamente.
Desde tiempos remotos, el tiempo estuvo íntimamente ligado a la religión y a sucesos cosmológicos, como los eclipses. De hecho, los nombres de los días y los meses son dedicados a deidades como el sol y la luna, y a partir de la era cristiana, se denomina al primer día de la semana como el dedicado a Dios.
Los calendarios
La Luna, nuestro satélite natural, ha marcado –desde el inicio– nuestra sociedad. Su periódica aparición y sus diferentes fases influyeron para que las sociedades más primitivas utilizaran su existencia como método de medición de unidades de tiempo.
Los calendarios, como manera de medir el tiempo transcurrido, usan los recursos de los conceptos de tiempo originario, posición de los sucesos en un antes o después, y unidades de medida para comparar la duración de los eventos o el tiempo transcurrido desde su ocurrencia.
El punto cero u origen coincide con un momento de alta relevancia histórica que se establece como el inicio del conteo. El nacimiento de Cristo o de un monarca suelen ser empleados como momentos iniciadores.
Una vez establecido el momento inicial, los eventos se ubican en un antes y después del mismo.
Las unidades de medida se establecen para contar cuánto tiempo ha transcurrido desde la ocurrencia de un evento. Usualmente, se toman en consideración los fenómenos naturales periódicos.
Calendario de 28 días
Es así como los primeros meses surgen del conteo de los 28 días que tarda en cumplirse el ciclo lunar. Griegos y judíos establecieron la duración del año en doce meses, lo cual traía una pequeña diferencia del tiempo real en unos 10 a 12 días.
Con pequeñas complementaciones alterando el número de días en algunos meses, se ajustaría la duración.
No fue sino hasta 1582 cuando se realizó la mayor modificación, cuando el papa Gregorio adelantó 10 días el calendario para ajustarlo y eliminó los finales de siglo como bisiestos.
La repetición de las estaciones y los fenómenos climáticos a lo largo de los años, marcaron la sociedad, haciendo que se adaptase a los ciclos agrarios.
La ordenación y regulación del tiempo se convirtió en una norma social, la cual fue administrada en un principio por la religión, luego por las monarquías y finalmente por los gobiernos, dictando de este modo las jornadas de trabajo, los días de descanso y las vacaciones o tiempos libres, feriados, etc.
Los gobiernos aprovecharon para su beneficio la regulación del tiempo, imponiendo normativas en cuanto a recaudación de impuestos, adaptando las movilizaciones militares y las relaciones económicas a las estaciones del año, dando una falsa sensación de dominio del tiempo, cuando la realidad es que todo está regulado por la naturaleza.
Tipos de calendarios
El calendario romano constaba de diez meses lunares de 30 y 31 días, era un calendario lunar y empezaba de marzo hasta diciembre. Posteriormente, se le agregaron dos meses más, siendo su duración de 29 y 31 días de manera alternativa.
Finalmente, el calendario juliano quedó establecido en once meses de 30 y 31 días y uno de 29 (febrero) el cual cada cuatro años recibiría un día adicional.
Januarius: Dedicado a Jano
Februarius: Dedicado a Feebruus
Martius: Dedicado a Marte
Aprilis: El mes que se abre
Maius: Dedicado al crecimiento
Iunonis: Dedicado a Juno, al florecimiento
Quintilis: Mes quinto. Luego transformado a Iulius en homenaje a Julio César.
Sextilis: Mes sexto, luego modificado a Agosto por César Augusto.
Septembris: Mes séptimo.
Octobris: Mes octavo.
Novembris: Mes noveno.
Decembris: Mes décimo.
El año en el calendario juliano comenzaba en la primavera, en marzo, y terminaba en febrero.
Inicio del calendario
– En el antiguo Egipto, el inicio de los reinados indicaba el inicio del calendario. De manera similar, en Mesopotamia por la duración de los reinados.
– En la antigua Grecia, por la realización de las Olimpiadas y mediante las magistraturas.
– Los romanos usaban la fundación de Roma como inicio del calendario.
– La era cristiana define el inicio del mundo como el origen, y el nacimiento de Jesucristo como punto intermedio entre el antes y después.
– Los judíos definen su inicio en el Génesis, que, según su tradición, comenzó el domingo 7 de octubre del 3761 (a.C. para el mundo occidental).
– Los islámicos definen su inicio en la Hégira, ocurrida en 622 d.C.
Percepción del tiempo
En un principio de la historia del pensamiento, los filósofos expusieron sus ideas acerca del concepto del tiempo. Se pensaba que el tiempo era la magnitud de medida antes y después de un hecho acontecido. Otros pensaron que es una imagen móvil que permite comprender la idea de cambio y duración.
Desde la Antigüedad se percibió la diferencia entre el tiempo físico, que se puede medir y tiene regularidad, y el tiempo social, producido por la actividad humana y sujeto a variaciones y alteraciones.
Con Isaac Newton se reforzó la idea de lo absoluto del tiempo, pero incluyéndolo como una dimensión más del Universo, sumado al espacio. Esta suma de momentos unidos por un intervalo imperceptible conformaban la realidad del momento actual.
Crítico de esta idea fue Kant (1724-1804) quien pensaba que el tiempo existía solo por la capacidad del ser humano para percibirlo.
Por su parte, Albert Einstein (1879-1955) demostró que el tiempo era relativo, unido al espacio y al movimiento, y que la velocidad del observador podía dilatar o contraer el tiempo.
Estas ideas ayudaron a definir la diferencia fundamental entre el tiempo cronológico y el histórico. El tiempo cronológico es continuo, mientras que el tiempo social no lo es.
Ejemplos de tiempo cronológico
– Una cita médica a las 10 de la mañana, el martes de la siguiente semana.
– La boda de Francisco y Ana, que se celebró el 12 de abril de 2018.
– Una entrevista de trabajo a realizarse el miércoles 7 de diciembre de 2022, a las 3 de la tarde.
– La transmisión de un programa de televisión por canales nacionales, todos los días a las 7 de la tarde.
– Llegar a la oficina de lunes a viernes a las 9 de la mañana.
Referencias
- Definición de cronológico. Recuperado de definicion.de.
- La dimensión temporal: el tiempo social e histórico. Recuperado de dondeycuando.wikispaces.com.