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El lector
El lector implícito

Denominamos lector o lector empírico a la persona real que lee un texto. En una relación semejante a la que establecemos entre autor y autor implícito, denominamos lector implícito al tipo de lector para quienes se escribe un texto. Un ejemplo de una situación obvia nos permitirá comprender el concepto de lector implícito: el lector implícito de una obra escrita en español serán personas que conocen el idioma español. Es decir, los autores, mediante aspectos precisos del proceso de codificación, escriben sus textos teniendo en cuenta a grupos determinados de posibles lectores: libros escritos para niños, o para adolescentes, o para especialistas, o para lectores de ciencia ficción, etcétera. El lector implícito, pues, es una creación en la mente del autor en el proceso de escribir, que luego puede o no coincidir con los lectores empíricos, o sea las personas reales que leen una novela o un poema.

Al hablar del acto de comunicación señalamos la independencia absoluta del lector al leer e interpretar un texto. No queremos decir con ello que todas las lecturas sean igualmente válidas, sino que su valor debe establecerse con relación a los objetivos que motivan la lectura. Dentro de los innumerables posibles matices, vamos a considerar aquí dos categorías fundamentales: a) la lectura subjetiva del texto en la intimidad (en el devenir) del lector y b) la lectura destinada a la comunicación con otros lectores:

a) Un primer nivel de lectura, el más natural y común, es cuando nos comunicamos con el texto desde nuestra experiencia vital. Es la lectura que hacemos normalmente cuando no tenemos objetivos ulteriores. Se trata de una lectura subjetiva mediante la cual el texto se incorpora en nuestra intimidad o nosotros nos incorporamos en nuestra fantasía al mundo del texto. Es decir, corresponde a este nivel la lectura de un texto que hacemos por placer.

b) Otro nivel de lectura, propio del mundo académico y que encontramos también en los estudios críticos publicados en libros y revistas y en los últimos años en numerosos lugares en Internet, es la lectura de un texto con el objetivo ulterior de comentar, reflexionar o compartir la lectura con otros posibles lectores. En estos casos, el objetivo, o sea la razón por la cual leemos un texto, es fundamental y nos da la perspectiva con la cual nos acercamos a un texto. Una lectura cuyos objetivos sean lingüísticos, ideológicos, sociológicos, literarios, etcétera, va a proporcionar análisis (comentarios, reflexiones) muy diferentes, aun cuando todos ellos den lugar a interpretaciones muy precisas y ajustadas al texto.

En la discusión de los textos de este curso de introducción a la literatura, buscamos una lectura cuyos objetivos serán la interpretación del texto según los recursos retóricos y múltiples contextos que nos proporciona el texto mismo. No significa esto que nuestras interpretaciones necesariamente tengan que coincidir. El texto será el mismo, pero cada uno de nosotros nos aproximamos a la lectura desde nuestros propios contextos: experiencias e intereses personales, lecturas previas, conocimiento de la retórica, diversos grados de sensibilidad e intuición, etcétera. Una discusión ulterior del texto destacará la influencia de las distintas perspectivas individuales en la interpretación de un mismo texto.

(Gómez-Martínez)

Proyecto Ensayo Hispánico