Las enfermedades respiratorias suelen ser la principal causa de inflamación de los ganglios linfáticos. Sin embargo, existen otros factores que podrían desencadenar este síntoma, algunos de ellos preocupantes.

Los ganglios linfáticos son unas glándulas que forman parte del sistema linfático, una red de vasos distribuidos por todo el cuerpo que transporta la linfa, un líquido que contiene glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales.

A decir de expertos en salud, los ganglios se encuentran distribuidos por distintas partes del organismo —como las axilas, el tórax, el cuello, entre otros— y su función es filtrar la linfa y destruir las sustancias extrañas. Es decir, se encargan de defendernos frente a las infecciones atrapando virus, bacterias u otras causas de enfermedades.

¿Por qué se inflaman?

Los ganglios miden alrededor de un centímetro y no suelen ser visibles. Cuando se inflaman y duelen, suele ser por una infección localizada en una zona próxima a la que se encuentran. Entre las principales causas destacan las siguientes:

  1. Infecciones en la garganta, como amigdalitis o faringitis.
  2. Infecciones en la boca, como aftas, infección en alguna pieza dental o gingivitis.
  3. Procesos víricos, como los resfriados comunes.
  4. Infecciones en el oído, como las otitis, víricas o bacterianas.
  5. Heridas cutáneas infectadas en la cara, el cuello, etcétera.

Cuando se tiene un diagnóstico y el tratamiento es el adecuado, la  inflamación de los ganglios desaparece antes de dos semanas. En raras ocasiones, la inflamación puede complicarse y provocar abscesos.

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¿Cuándo debes preocuparte?

La causa más frecuente de la inflamación de los ganglios del cuello son la infecciones comunes, pero en ocasiones, pueden ser el síntoma de una enfermedad más grave. Acude con un médico si:

  • El ganglio no vuelve a su estado habitual después de dos semanas.
  • No hay ninguna infección asociada.
  • Siguen creciendo, aunque sea poco.
  • Están duros, fijos y son irregulares.
  • Tienes fiebre persistente o pérdida de peso inexplicable.
  • Están rojos y sensibles.

 

Vía: 20 minutos.es