El test de Rorschach es una prueba proyectiva, creada por Hermann Rorschach (1884-1922), publicada en 1921, que se utiliza para evaluar la personalidad. También conocida como la “prueba de las manchas de tinta”, la prueba consiste en un conjunto de 10 láminas cada una con una figura inestructurada (ancha de tinta).

Las láminas se presentan una a una al sujeto y se le pide que diga en cada caso “todo lo que ve”, “todo lo que le parece que representa la lámina". La prueba se realiza en una habitación tranquila, alejada de todo estímulo, sin interrupciones, ni presencia de familiares.

El examinador establece una relación de “persona a persona” (circunstancial), en la cual uno de los dos aporta con los conocimientos y el otro con su proyección (Asimetría), pero ambas son de mutua reciprocidad.

La consigna para la aplicación del test es la siguiente: “Le voy a mostrar una serie de láminas, frente a las cuales me gustaría que dijera que es lo que ve y que se imagina que podría ser”. No se debe aclarar que existen respuestas buenas o malas, frente a cualquier pregunta se deben repetir las instrucciones.

Se registra toda la conducta que se observa del sujeto, y las verbalizaciones que hace, anotandolas en una hoja de protocolo. El carácter del sujeto, los detalles como su empatía, sociabilidad o tendencias sexuales quedarán reflejados en sus respuestas y el psicólogo trazará un perfil de personalidad en base a estas claves para interpretar los resultados del test.

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