Cathy Greenblat
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Demencia

15 de marzo de 2023

Datos y cifras

  • Actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo, más del 60% de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos.
  • La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos.
  • La demencia es, en la actualidad, la séptima causa de defunción y una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre las personas de edad en el mundo entero.
  • En 2019, la demencia tuvo un costo para las economías de todo el mundo de US$ 1,3 billones; aproximadamente el 50% de esta cifra es imputable a la atención que proporcionan cuidadores informales (por ejemplo, familiares y amigos cercanos), que, de promedio, dedican unas cinco horas diarias a labores de atención y supervisión.
  • La demencia afecta de manera desproporcionada a las mujeres, tanto directa como indirectamente. Estas presentan unos índices más elevados de años de vida ajustados en función de la discapacidad y de mortalidad como consecuencia de la demencia, pero también son las responsables del 70% de las horas de cuidados que reciben las personas que viven con demencia.

Datos y cifras

  • Actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo, más del 60% de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos.
  • La demencia es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia y puede representar entre un 60% y un 70% de los casos.
  • La demencia es, en la actualidad, la séptima causa de defunción y una de las causas principales de discapacidad y dependencia entre las personas de edad en el mundo entero.
  • En 2019, la demencia tuvo un costo para las economías de todo el mundo de US$ 1,3 billones; aproximadamente el 50% de esta cifra es imputable a la atención que proporcionan cuidadores informales (por ejemplo, familiares y amigos cercanos), que, de promedio, dedican unas cinco horas diarias a labores de atención y supervisión.
  • La demencia afecta de manera desproporcionada a las mujeres, tanto directa como indirectamente. Estas presentan unos índices más elevados de años de vida ajustados en función de la discapacidad y de mortalidad como consecuencia de la demencia, pero también son las responsables del 70% de las horas de cuidados que reciben las personas que viven con demencia.

 

Panorama general

La demencia es un término que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas.

La enfermedad empeora con el tiempo. Afecta principalmente a las personas de edad, pero no todas las personas la contraerán conforme envejecen.

Entre los factores que aumentan el riesgo de sufrir demencia cabe destacar:

  • la edad (es más común en personas de 65 años o más)
  • la hipertensión arterial
  • un exceso de azúcar en la sangre (diabetes)
  • el exceso de peso o la obesidad
  • el tabaquismo
  • el consumo excesivo de alcohol
  • la inactividad física
  • el aislamiento social
  • la depresión.

La demencia es un síndrome que puede deberse a una serie de enfermedades que, con el tiempo, destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro, lo que generalmente conduce al deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia habitual del envejecimiento biológico. Si bien la conciencia no se ve afectada, el deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones precedido, por cambios en el estado de ánimo, el control emocional, el comportamiento o la motivación.

La demencia tiene consecuencias físicas, psicológicas, sociales y económicas, no solo para las personas que viven con la enfermedad, sino también para sus cuidadores, las familias y la sociedad en general. A menudo hay una falta de concienciación y de comprensión de la demencia, lo que puede causar estigmatización y suponer un obstáculo para el diagnóstico y la atención.

Signos y síntomas

A veces, la persona tiene cambios de humor o de conducta antes de que empiecen los problemas de memoria. Los síntomas empeoran con el tiempo y la mayoría de las personas con demencia precisarán ayuda en su día a día.

Los signos y síntomas precoces son:

  • olvidar cosas o acontecimientos recientes
  • perder o extraviar cosas
  • perderse al caminar o conducir
  • sentirse desubicado, incluso en lugares familiares
  • perder la noción del tiempo
  • dificultades para resolver problemas o tomar decisiones
  • problemas para seguir conversaciones o a la hora de encontrar las palabras
  • dificultades para realizar tareas habituales
  • errores de cálculo al juzgar visualmente a qué distancia se encuentran los objetos

Los cambios comunes en el estado de ánimo y el comportamiento incluyen:

  • sensación de ansiedad, tristeza o enojo por las pérdidas de memoria
  • cambios en la personalidad
  • conducta inapropiada
  • renuncia al trabajo o a las actividades sociales
  • pérdida de interés por las emociones de otras personas

La demencia afecta a cada persona de una manera diferente, en función de las causas subyacentes, otras condiciones de salud y el funcionamiento cognitivo de la persona antes de enfermar.

La mayoría de los síntomas empeoran con el tiempo, mientras que otros podrían desaparecer o manifestarse únicamente en las últimas etapas de la demencia. A medida que la enfermedad avanza, aumenta la necesidad de ayuda con los cuidados personales. Las personas con demencia pueden no ser capaces de reconocer a familiares o amigos, desarrollar dificultades para desplazarse, perder el control sobre la vejiga y los intestinos, tener problemas para comer y beber y experimentar cambios de comportamiento, como exhibir una conducta agresiva, que provocan inquietud tanto en la persona con demencia como en las que lo rodean.

Formas comunes de demencia

La demencia es causada por distintas enfermedades o lesiones que afectan directa e indirectamente al cerebro. La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común, representa entre un 60% y un 70% de los casos. Otras formas incluyen demencia vascular, demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que contribuyen a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). La demencia también puede aparecer después de un accidente cerebrovascular o en el contexto de determinadas infecciones, como el VIH, de resultas del consumo nocivo de alcohol, de lesiones físicas reiteradas al cerebro (conocidas como encefalopatía traumática crónica) o de deficiencias nutricionales. Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.

Tratamiento y atención

No hay ningún tratamiento para la demencia, pero es mucho lo que se puede hacer para apoyar tanto a las personas que viven con la enfermedad como a quienes las cuidan.

Las personas con demencia pueden mantener su calidad de vida y mejorar su bienestar:

  • con actividad física
  • participando en actividades e interacciones sociales que estimulan el cerebro y mantienen su actividad diaria

Algunos fármacos pueden ayudar a controlar los síntomas:

  • Los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezilo, para el alzhéimer
  • Los antagonistas de los receptores del NMDA, como la memantina, para el alzhéimer grave y la demencia vascular
  • Los fármacos para controlar la tensión arterial y el colesterol pueden prevenir daños en el cerebro debidos a la demencia vascular
  • Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden ayudar con los síntomas graves de depresión si los cambios sociales y en el estilo de vida no han servido, pero no deben ser la primera opción

Si hay riesgo de que las personas que viven con demencia se lesionen o lesionen a otros, el haloperidol y la risperidona, por ejemplo, pueden ayudar, pero nunca deben ser la primera opción

Cuidado personal

Los síntomas de la demencia pueden controlarse de distintas maneras:

  • Haga ejercicio
  • Siga una dieta saludable
  • Deje el tabaco y el alcohol
  • Acuda al médico periódicamente
  • Anote las tareas y las citas cotidianas para no olvidar cosas importantes
  • No abandone sus aficiones y haga actividades que disfrute
  • Busque nuevas formas de mantener activa la mente
  • Pase tiempo con amigos y familiares y participe en la vida comunitaria

Planifique las cosas con antelación. Con el paso del tiempo, puede ser más difícil tomar decisiones importantes que le afecten personal o económicamente. Por ese motivo, conviene:

  • Tener a personas de confianza que le ayuden a tomar decisiones y a comunicarlas
  • Informar por anticipado de sus decisiones y preferencias en materia de cuidados y apoyo
  • Llevar encima, al salir de casa, un documento de identidad con su dirección y los contactos de emergencia
  • Recurrir a familiares y amigos
  • Contar a conocidos cómo le pueden ayudar
  • Unirse a un grupo de apoyo local

Es importante admitir que cuidar y apoyar a una persona que vive con demencia puede suponer un desafío que tendrá consecuencias para la salud y el bienestar de los cuidadores. Las personas que prestan apoyo a una persona que vive con demencia deben ponerse en contacto con familiares, amigos y profesionales para obtener ayuda, descansar periódicamente y cuidarse, experimentar con técnicas de gestión del estrés, como ejercicios basados en la atención plena, y buscar ayuda y orientación profesional si es necesario.

Factores de riesgo y prevención

Aunque la edad es el factor de riesgo de demencia más conocido, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento biológico. Además, la demencia no afecta exclusivamente a las personas mayores. La demencia de inicio temprano (es decir, cuando los síntomas aparecen antes de los 65 años) representa hasta un 9% de los casos. Los estudios demuestran que se puede reducir el riesgo de padecer deterioro cognitivo y demencia haciendo ejercicio con regularidad, no fumando, evitando el consumo nocivo de alcohol, controlando el peso, siguiendo una dieta saludable y manteniendo una tensión arterial y unos niveles de colesterol y de glucemia adecuados. Otros factores de riesgo adicionales incluyen la depresión, el aislamiento social, el bajo nivel educativo, la inactividad cognitiva y la contaminación atmosférica.

Derechos humanos

Desafortunadamente, las personas que viven con demencia a menudo se ven privadas de los derechos y libertades básicos que asisten a todo el resto de la población. En muchos países, el uso de medios de inmovilización tanto físicos como químicos está a la orden del día en los hogares de atención para personas de edad o en los servicios de cuidados intensivos, aunque estén en vigor normativas que defienden el derecho de las personas a ver preservada su libertad y tomar sus propias decisiones.

Hace falta un marco legislativo apropiado y favorable basado en normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios a las personas con demencia y sus cuidadores.

Respuesta de la OMS

La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública. En mayo de 2017, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó el Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025 (en inglés), que constituye un modelo integral dirigido a los responsables de la formulación de políticas, los asociados internacionales, regionales y nacionales y la OMS para la adopción de medidas en las siguientes esferas: la demencia como prioridad de salud pública; sensibilización acerca de la demencia y creación de una sociedad que tenga una actitud inclusiva para con esta enfermedad; reducción del riesgo de demencia; diagnóstico, tratamiento y atención; sistemas de información sobre la demencia; apoyo a los cuidadores, e investigación e innovación.

A fin de facilitar el seguimiento del plan de acción mundial sobre la demencia, la OMS ha creado el Observatorio Mundial de la Demencia (en inglés), un portal que recopila datos nacionales sobre 35 indicadores clave acerca de la demencia en las siete esferas estratégicas del plan de acción mundial. A modo de complemento del Observatorio Mundial de la Demencia, la OMS puso en marcha una plataforma de intercambio de conocimientos (en inglés), que es un repositorio de ejemplos de buenas prácticas en el ámbito de la demencia con el objetivo de fomentar la enseñanza recíproca y el intercambio multidireccional entre regiones, países e individuos a fin de facilitar la adopción de medidas a escala mundial.