ENTENDIMIENTO

v. Ciencia, Conocimiento, Inteligencia, Mente, Prudencia, Sabiduría
Deu 32:28 nación privada de .. y no hay en ellos e
Job 12:24 él quita el e a los jefes del pueblo de la
Psa 111:10 buen e tienen todos los que practican
Psa 119:34 dame e, y guardaré tu ley .. cumpliré
Psa 119:125 tu siervo soy yo, dame e para conocer
Psa 119:144 son tus testimonios; dame e, y viviré
Psa 119:169 Jehová; dame e conforme a tu palabra
Psa 136:5 al que hizo los cielos con e, porque
Psa 147:5 grande es el Señor .. y su e es infinito
Pro 11:12 el que carece de e menosprecia a su
Pro 13:15 el buen e da gracia; mas el camino de
Pro 16:22 manantial de vida es el e al que lo lee
Pro 19:8 que posee e ama su alma; el que guarda
Pro 28:16 el príncipe falto de e multiplicará la
Isa 27:11 aquel no es pueblo de e; por tanto su
Isa 40:28 Jehová .. su e no hay quien lo alcance
Dan 1:17 y Daniel tuvo e en toda visión y sueños
Hos 4:14 rameras .. por tanto, el pueblo sin e caerá
Mar 12:33 amarle .. con todo el e .. es más que
Luk 24:45 les abrió el e, para que comprendiesen
Rom 12:2 por medio de la renovación de vuestro e
1Co 1:19 y desecharé el e de los entendidos
1Co 14:15 el espíritu, pero oraré también con el e
1Co 14:15 cantaré con .. cantaré también con el e
1Co 14:19 prefiero hablar cinco palabras con mi e
2Co 3:14 pero el e de ellos se embotó; porque
2Co 4:4 el dios de .. cegó el e de los incrédulos
Eph 1:18 alumbrando los ojos de vuestro e, para
Eph 4:18 teniendo el e entenebrecido, ajenos de la
Phi 4:7 y la paz de Dios, que sobrepasa todo e
Col 2:2 alcanzar todas las riquezas de pleno e
2Ti 2:7 considera lo que digo, y el Señor te dé e
1Pe 1:13 ceñid los lomos de vuestro e, sed sobrios
2Pe 3:1 despierto con exhortación vuestro .. e
1Jo 5:20 nos ha dado e para conocer al que es


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Sinónimo de inteligencia. Facultad humana que permite al hombre “entender”, es decir ” pensar, comprender”, discernir, enjuiciar, idear, razonar.

El término posee un sentido más dinámico y psicológico que el de inteligencia. Entender es actuar por dentro, buscar, mientras que inteligencia es leer, captar, ver por dentro, pero de forma más pasiva, más receptiva.

(Ver Inteligencia)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(v. ciencia y fe, dones del Espí­ritu Santo, verdad)

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización

Las palabras de los idiomas originales que se traducen †œentendimiento† pueden referirse a una comprensión de cuestiones sencillas o aludir a una comprensión profunda y completa de la naturaleza interna, las razones subyacentes y el significado de asuntos complejos. La perspicacia, el discernimiento y la percepción son términos afines al entendimiento.
El verbo hebreo bin y el sustantivo bi·náh por lo general tienen que ver con el entendimiento. A veces bin y bi·náh ofrecen las siguientes matizaciones especiales: discernimiento (1Sa 3:8; 2Sa 12:19; Sl 19:12; Da 9:2), consideración minuciosa (Dt 32:7; Pr 14:15; 23:1; Jer 2:10; Da 11:37) o atención que se da a un asunto (Job 31:1; 32:12; 37:14; Sl 37:10), y en esos casos pueden traducirse según corresponda. El profesor R. C. Dentan dice en The Interpreter†™s Dictionary of the Bible (edición de G. A. Buttrick, 1962, vol. 4, pág. 733): †œLa raí­z בין [bin] significa principalmente †˜discernir con los sentidos†™, †˜percibir diferencias†™, también †˜dar profunda atención a†™ y por último (de manera especial en sus derivados) †˜conseguir comprensión†™ o †˜dar†™ comprensión a otros†. El hebraí­sta Gesenius da como sentido básico †œseparar, distinguir […], por lo tanto, discernir, señalar, entender, todo [lo] cual está en función de la capacidad para separar, distinguir, discriminar†. (A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, traducción de E. Robinson, 1836, pág. 140.) Otro sustantivo, tevu·náh, por lo visto viene de la misma raí­z que bi·náh, y se puede traducir apropiadamente †œdiscernimiento† (Pr 10:23; 11:12) o †œentendimiento† (Ex 31:3; Dt 32:28), dependiendo del contexto.
Según el significado básico de estos términos, la persona entendida es aquella capaz de comprender los pormenores de un asunto, de discernir su composición aislando los factores o los elementos que constituyen o forman un todo, de percibir la relación entre estos componentes y, por lo tanto, comprender o captar el significado del asunto. Esto puede ilustrarse con un idioma. Para que una persona pueda entender lo que se habla en cierta lengua, tiene que ser capaz de distinguir las palabras individuales que componen las frases, conocer su significado y ver cómo se relacionan unas con otras. (Dt 28:49.) Sin embargo, aunque la persona pueda comprender básicamente lo que se le ha dicho, el entendimiento es capaz de ir más allá de una simple comprensión. Supone obtener el verdadero significado y sentido del mensaje, con la capacidad de evaluarlo, beneficiarse de él y saber la acción que este exige. Cuando el sacerdote Esdras leyó la Ley delante del pueblo en Jerusalén, se reunió a †œtodos los de suficiente inteligencia [del heb. bin] como para escuchar†, pero aunque la mente de estos era madura, capaz de entender todas las palabras, los levitas †œestaban explicando la ley al pueblo [instruyendo al pueblo en la Ley, o dando entendimiento (forma de bin)], […] leyendo en voz alta del libro, de la ley del Dios verdadero, la cual se exponí­a, y habí­a el ponerle significado; y continuaron dando entendimiento en la lectura†. (Ne 8:2, 3, 7, 8.)
En las Escrituras Griegas el verbo sy·ní­Â·e·mi (literalmente, †œponer juntamente†) y el sustantivo sý·ne·sis se usan con referencia al †œentendimiento† cuando esta palabra significa percepción, es decir, captar el sentido de un asunto. Otros términos son e·pí­Â·sta·mai, cuyo significado primordial es †œconocer bien†, y gui·no·sko, que significa †œconocer†.

La fuente del entendimiento. Jehová Dios es a la vez la Fuente del entendimiento y el Ejemplo Supremo de su uso. El entendimiento de Dios se manifiesta en la espléndida coordinación y manera de funcionar del universo, en el que cada creación desempeña un propósito particular y armonioso, sin ningún conflicto o problema debido a falta de discernimiento por parte del Creador. (Job 38:36; Sl 136:5-9; Pr 3:19, 20; Jer 10:12, 13.) Dios ha dado a los animales entendimiento instintivo, a cada uno según su género. Los hombres pueden pasar años consiguiendo entendimiento de la aerodinámica, pero el halcón sabe de forma instintiva cómo †œleer† y utilizar los diferentes tipos de corrientes de aire. (Job 39:26.) Sin embargo, las criaturas animales son extremadamente limitadas en otros aspectos del entendimiento humano. (Compárese con Sl 32:9.)
A pesar de los estudios intensivos realizados a lo largo de la historia, muchos fenómenos y ciclos que funcionan según las leyes divinas todaví­a se escapan de la plena comprensión del hombre. (Job 36:29; 38:19, 20.) Lo que el hombre puede captar por su estudio de la creación material tan solo se aproxima a †˜los bordes de los caminos de Dios†™ y no es más que un †œsusurro† al compararlo con el †œpoderoso trueno†. Estas expresiones aplican aún más en el caso de las obras de juicio y salvación de Dios, pues sus pensamientos son demasiado profundos para que las personas impí­as los capten. (Job 26:7-14; Sl 92:5, 6.) Sin embargo, el examinar la sabidurí­a y el entendimiento divinos manifestados en la creación material le permitió a Job discernir su apropiada relación con el Creador y reconocer con humildad su propia falta de entendimiento. (Job 42:1-6.)
En lo que concierne al hombre, Jehová puede penetrar en los pensamientos y actos de todos los humanos. (1Cr 28:9; Sl 139:1-6.) Además, puede prestar seria consideración (heb. bin) o atención a una persona o a cierta clase de personas. (Pr 21:12; Sl 5:1, 2.) Conoce su propio propósito inquebrantable y lo que hará en el futuro, y sus normas justas son fijas e inmutables. Por lo tanto, †œno hay sabidurí­a, ni ningún discernimiento, ni ningún consejo en oposición a Jehovᆝ. (Pr 21:30; compárese con Isa 29:13, 14; Jer 23:20; 30:24.) El no necesita consultar a nadie para entender algo, como, por ejemplo, cómo ayudar a sus siervos de manera eficaz o cómo librarlos de la angustia y de la opresión. (Isa 40:10-15, 27-31.)
El conocimiento de Jehová Dios y el discernimiento de su voluntad, junto con la fe y la confianza en El, constituyen, por lo tanto, el fundamento del entendimiento verdadero de sus criaturas inteligentes. †œEl conocimiento del Santí­simo es lo que el entendimiento es†, y esto implica entender †œjusticia y juicio y rectitud, el derrotero entero de lo que es bueno†. (Pr 9:10; 2:6-9; 16:20.) Ningún asunto de verdadera importancia se puede entender a plenitud a menos que todos los factores se miren desde el punto de vista de Jehová y se vean en relación con sus normas, cualidades y propósito eterno.

Los que se apartan de la Fuente. La persona que escoge como derrotero la transgresión empieza a dejar de lado a Dios cuando toma decisiones y hace planes. (Job 34:27.) Permite que su corazón le ciegue al error de sus caminos y pierde perspicacia. (Sl 36:1-4.) Aun si afirma adorar a Dios, pone los preceptos del hombre por encima, prefiriéndolos a los de Dios. (Isa 29:13, 14.) Justifica y excusa su conducta relajada como un mero †œjuego†. (Pr 10:23.) Llega a pervertirse, embrutecerse y hacerse necio en su razonamiento, hasta el extremo de afirmar que el Dios invisible no ve o discierne su mala conducta, como si los poderes de percepción de Dios hubiesen fallado. (Sl 94:4-10; Isa 29:15, 16; Jer 10:21.) Por su proceder y sus actos, dice en realidad: †œNo hay Jehovᆝ (Sl 14:1-3), y no le tiene en cuenta para nada. Como no se guí­a por los principios divinos, no puede juzgar los asuntos de la manera correcta ni ver las cuestiones con claridad, sopesando los factores envueltos y llegando a decisiones correctas. (Pr 28:5.)

Los campos del entendimiento humano. El entendimiento puede estar relacionado con el conocimiento y la destreza en actividades manuales, como la construcción y el diseño de edificios, o la fabricación de artí­culos de madera, metal, piedra o tela. El trabajador de Tiro, Hiram, era un †œhombre hábil, experimentado en entendimiento†, un artesano que trabajaba con una gran variedad de materiales. (2Cr 2:13, 14; 1Re 7:13, 14.) Un entendimiento de este tipo contribuye a un trabajo eficaz que resulta en productos de calidad duradera.
Otros pueden ser †œperitos [forma de bin]† en cuestiones de transporte o música debido a su entendimiento. (1Cr 15:22; 25:7, 8; 2Cr 34:12.) Algunos pueden demostrar entendimiento en la lengua hablada o escrita, o en otros temas de estudio. (Da 1:4, 17, 20.) Es posible conseguir tal entendimiento mediante la habilidad natural y el esfuerzo. Por supuesto, el espí­ritu de Dios puede aumentar o intensificar tal entendimiento en ciertas personas, de modo que puedan enseñar a otros sus oficios o profesiones. (Ex 31:2-5; 35:30-35; 36:1; 1Cr 28:19.)
Algunos son buenos observadores y tienen una fina percepción de la naturaleza humana. Cuando David notó que sus siervos cuchicheaban, †˜discernió†™ que el hijo que le habí­a dado Bat-seba habí­a muerto. (2Sa 12:19.) Rehoboam se guió por su entendimiento de la naturaleza humana caí­da y la tendencia a la envidia y a los celos cuando distribuyó las herencias de sus hijos. (2Cr 11:21-23.)
De igual manera, los hombres pueden mostrar mucho discernimiento en operaciones comerciales, lo que les puede ayudar a enriquecerse, como le ocurrió al †œcaudillo† de Tiro. (Eze 28:2, 4.) Es posible que los gobernantes tengan entendimiento para guerrear y para la estrategia militar (Isa 10:12, 13), o sean expertos en diplomacia polí­tica. (Da 8:23.) Sin embargo, puede que su entendimiento sea limitado y de un beneficio de corto alcance, como en los casos mencionados antes.
Las Escrituras hacen referencia al entendimiento que se puede obtener por medios naturales. No obstante, tal †œcomprensión† (sý·ne·sis) de los †œintelectuales† (sy·ne·tói) mundanos se convierte en algo vano y tonto cuando no se tienen en cuenta los propósitos de Dios. (1Co 1:19, 20, Int.) Las Escrituras recomiendan principalmente un entendimiento que es superior, espiritual, que tiene a Dios como fundamento. Sin importar hasta qué punto puedan los hombres explotar los recursos del planeta, explorar las profundidades de la Tierra y del mar o estudiar el cielo, por sus propios esfuerzos nunca podrán hallar †œel lugar del entendimiento† ni la sabidurí­a que lleva a una vida de éxito en justicia y felicidad. (Job 28:1-21, 28.) Este entendimiento es †˜mejor que la plata†™, y puede traer el futuro deseado, que no está al alcance de las efí­meras riquezas y la honra mundanas. (Pr 16:16, 22; 23:4, 5; Sl 49:6-8, 14, 20.)

Su relación con el conocimiento y la sabidurí­a. El entendimiento tiene que estar basado en conocimiento y obra de acuerdo con él aunque va más allá. El alcance y el valor del entendimiento de una persona depende en gran manera de la amplitud y calidad del conocimiento que tenga. El conocimiento consiste en estar familiarizado con los hechos, los más importantes y fundamentales de los cuales tienen que ver con Dios: su existencia, su propósito inquebrantable y sus caminos. El entendimiento permite que la persona relacione el conocimiento adquirido con el propósito y las normas de Dios, para entonces sopesar el valor de tal conocimiento. El †œcorazón entendido es el que busca el conocimiento†; no está satisfecho con una simple visión superficial, sino que intenta conseguir un cuadro completo de la cuestión. (Pr 15:14.) Para que el discernimiento salvaguarde a una persona de la interpretación equivocada y del engaño, el conocimiento tiene que llegar a ser †˜agradable a su mismí­sima alma†™. (Pr 2:10, 11; 18:15; véase CONOCIMIENTO.)
Proverbios 1:1-6 muestra que el †œentendido es el que adquiere dirección diestra, para entender el proverbio y el dicho difí­cil de entender, las palabras de los sabios y sus enigmas†. Esto no debe referirse a cosas dichas tan solo para pasar el tiempo en conversación ociosa, pues los sabios no perderí­an el tiempo de esa manera habitualmente, sino a instrucción, preguntas y problemas que disciplinen y preparen tanto la mente como el corazón en los principios justos, y así­ equipen al oyente para acción sabia en el futuro. (Compárese con Sl 49:3, 4.) La combinación del conocimiento y el entendimiento produce la sabidurí­a, que es la †œcosa principal†: la capacidad de hacer uso de un fondo de conocimiento y profundo entendimiento para tratar con éxito los problemas. (Pr 4:7.) La persona que tiene motivos correctos no busca el entendimiento debido a simple curiosidad o para ensalzarse, sino con el propósito de actuar con sabidurí­a. †˜La sabidurí­a está delante de su rostro.†™ (Pr 17:24; véase SABIDURíA.) Tal persona no es como aquellos hombres del dí­a del apóstol Pablo que afirmaban ser maestros de otros, pero estaban †˜hinchados de orgullo no entendiendo nada†™. Por su falta de sabidurí­a, aquellos hombres llegaron a estar mentalmente enfermos †œsobre cuestiones y debates acerca de palabras†, cosas que crean desunión y que conducen a muchos males. (1Ti 6:3-5.)

Cómo adquirir el verdadero entendimiento. La persona que busca verdadero entendimiento ora a Dios: †œHazme entender, para que observe tu ley, y para que la guarde con todo el corazón. […] Para que siga viviendo†. (Sl 119:34, 144, también 27, 73, 125, 169.) Este es el motivo correcto. El apóstol oró por los cristianos de Colosas a fin de que se les †˜llenase del conocimiento exacto de la voluntad de Dios en toda sabidurí­a y comprensión espiritual [sy·né·sei], para que anduviesen de una manera digna de Jehovᆙ. (Col 1:9, 10.)
La edad y la experiencia son factores naturales que pueden contribuir a adquirir entendimiento. (Job 12:12.) Sin embargo, por sí­ solas no son determinantes. Los consoladores de Job se jactaban del entendimiento que ellos y sus asociados de mayor edad tení­an; no obstante, el joven Elihú los reprendió. (Job 15:7-10; 32:6-12.) Jehová, el †œAnciano de Dí­as† (Da 7:13), tiene un entendimiento infinitamente superior al de toda la humanidad, cuyos dí­as se remontan a unos cuantos miles de años y todaví­a no entiende exactamente cómo llegó a formarse el planeta en el que vive. (Job 38:4-13, 21.) Por consiguiente, la Palabra escrita de Dios es un medio principal para conseguir entendimiento. (Sl 119:130.)
Los niños y los jóvenes deberí­an meditar detenidamente en la instrucción de sus padres, ya que son mayores que ellos y tienen más experiencia, en especial cuando estos son siervos devotos de Dios. (Pr 2:1-5; 3:1-3; 4:1; 5:1.) También es posible conseguir entendimiento al †˜considerar†™ (heb. bin) con atención la historia de generaciones anteriores, y por lo general las personas de más edad están familiarizadas con estos acontecimientos. (Dt 32:7.) No se deberí­a buscar la asociación de †œlos inexpertos†, sino de los sabios, y alimentarse de su consejo e instrucción para †˜seguir viviendo y andar directamente en el camino del entendimiento†™. (Pr 9:5, 6.) Aquel que escucha y obedece puede dejar de ser ingenuo y crédulo, y conseguir así­ †˜entender sagacidad†™ y evitar muchas experiencias amargas. (Pr 8:4, 5.)
Al estudiar y aplicar con diligencia la Palabra de Dios y sus mandatos, una persona puede llegar a tener más perspicacia que sus maestros y más entendimiento que los hombres de mayor edad. (Sl 119:99, 100, 130; compárese con Lu 2:46, 47.) Este hecho se debe a que la sabidurí­a y el entendimiento en realidad son parte integrante de las reglas y decretos judiciales puros de Dios. Por consiguiente, el que Israel observase fielmente estas reglas y decretos harí­a que las naciones vecinas lo viesen como un †œpueblo sabio y entendido†. (Dt 4:5-8; Sl 111:7, 8, 10; compárese con 1Re 2:3.) La persona entendida reconoce la inviolabilidad de la Palabra de Dios, quiere amoldar su vida a ella y le pide ayuda a Dios para conseguirlo. (Sl 119:169.) Asimismo, deja que el mensaje de Dios le penetre profundamente (Mt 13:19-23), lo escribe sobre la tabla de su corazón (Pr 3:3-6; 7:1-4) y llega a desarrollar odio por †œtoda senda falsa†. (Sl 119:104.) Cuando el Hijo de Dios estuvo en la Tierra, mostró esta clase de entendimiento. Ni siquiera intentó evitar la muerte en un madero, ya que el cumplimiento de las Escrituras requerí­a que muriese de ese modo. (Mt 26:51-54.)

Son esenciales el tiempo y la meditación. El que es †˜demasiado apresurado†™ por lo general no †˜considera [o presta cuidadosa atención a; forma del heb. bin] el conocimiento†™. (Isa 32:4; compárese con Pr 29:20.) La persona entendida sabe cuándo guardar silencio (Pr 11:12), no habla a la ligera y mantiene la calma incluso cuando una discusión se acalora. (Pr 14:29; 17:27, 28; 19:11; Job 32:11, 18; compárese con Snt 3:13-18.) Medita en el consejo para determinar el significado de las palabras y del mensaje. (Job 23:5; Sl 49:3.) Hace preguntas con el propósito de discernir las causas y los motivos del éxito o el fracaso, de la bendición o la maldición de Dios; pondera las lógicas consecuencias futuras de un determinado proceder. (Sl 73:2, 3, 16-18; Jer 2:10-19; compárese con Isa 44:14-20.) Israel no actuó así­ y no dio consideración en su corazón a lo que serí­a †œsu fin después†. (Dt 32:28-30.)

Acepta disciplina. El orgullo, la terquedad, la obstinación y la independencia son enemigos del entendimiento. (Jer 4:22; Os 4:14, 16.) La persona que tiene verdadero entendimiento no piensa que lo sabe todo; como dice Proverbios 19:25, †œdebe dirigirse censura al entendido, para que discierna conocimiento†. (Compárese con Job 6:24, 25; Sl 19:12, 13.) Precisamente porque es entendido está dispuesto a escuchar, discierne la base para la reprensión y obtiene más beneficio de ella que un estúpido de recibir cien golpes. (Pr 17:10; compárese con 29:19.)

El entendimiento de las profecí­as. Tan solo aquellas personas que han sido limpiadas y que oran por entendimiento con humildad pueden comprender los mensajes proféticos inspirados. (Da 9:22, 23; 10:12; 12:10.) Aunque se pueda determinar la época general en la que se cumple la profecí­a, es posible que haya que esperar hasta que llegue el tiempo que Dios ha fijado para su realización a fin de discernir por completo su aplicación. (Da 8:17; 10:14; 12:8-10; compárese con Mr 9:31, 32; Lu 24:44-48.) Aquellos que cifran su confianza en los hombres, que menosprecian el poder de Dios y que no hacen caso de su propósito, no pueden entender las profecí­as y permanecen ciegos a su significado, hasta que los efectos desastrosos de su cumplimiento empiezan a alcanzarlos. (Sl 50:21, 22; Isa 28:19; 46:10-12.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Un término bíblico usado para referirse a la comprensión de significados, diferenciado de la mera aprehensión de hechos o datos (Dn. 12:8; Mt. 13:13–14). Es la traducción más frecuente del hebreo bîn, bînāh («entendimiento, sabiduría, conocimiento, significado»), de una raíz para «separar (mentalmente), para distinguir». El AT se refiere al entendimiento como el don de Dios (1 R. 3:9), a través de la palabra (Sal. 119:104). En el paralelismo de Proverbios 4:5 es un sinónimo de sabiduría, una virtud intelectual muy exaltada en Proverbios. En 1 R. 3:9 es asociado con el discernir entre lo bueno y lo malo, un uso que se ajusta muy bien a su significado esencial.

Los términos más usados en el NT son noeō («ponderar, pensar, entender»), ginōskō («saber, estar consciente de»), y suniēmi («enviar o añadir, entender a fondo, percibir claramente») y sus derivados.

En las Escrituras, el repetido contraste entre «el oír» y «el entender» (Neh. 8:8; Is. 6:9–10; Mr. 4:12; 7:14; Hch. 28:27, etc.) es el mejor indicio del significado de este concepto. Entender implica un conocimiento a fondo, además de una mera aprehensión del dato dado. De manera que, particularmente en las cosas espirituales, el entendimiento es un don divino (Sal. 119:34, 73; 2 Ti. 2:7; 1 Jn. 5:20); el entendimiento de uno puede ser «abierto» (Lc. 24:45); «iluminado» (Ef. 1:18) o, por el contrario, «entenebrecido» (Ef. 4:18). Es un resultado de la fe (Heb. 11:3); es esencial para el conocimiento de la voluntad de Dios (Col. 1:9); es riqueza espiritual (Col. 2:2); puede sobrepasar los logros mismos que una persona haya logrado en amor (1 Co. 13:2).

La cita frecuente en el NT de Isaías 6:9ss. (p. ej., Mr. 4:12; Mt. 13:13–14; Jn. 12:40; Hch. 28:26, 27) indica la estrecha relación entre el entendimiento de las cosas de Dios y la sujeción obediente a la voluntad de Dios (cf. 1 Co. 1–2).

Westlake T. Purkiser

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (208). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología