SOMBRA

v. Oscuridad, Tinieblas
Jdg 9:15 venid, abrigaos bajo de mi s; y si no
Jdg 9:36 ves la s de los montes como si fueran
2Ki 20:10 fácil .. es que la s decline diez grados
1Ch 29:15 nuestros días .. cual s que no dura
Job 14:2 sale .. huye como la s y no permanece
Psa 39:6 una s es el hombre .. en vano se afana
Psa 102:11 mis días son como s que se va, y me
Psa 109:23 me voy como la s cuando declina; soy
Psa 121:5 Jehová es tu .. es tu s a tu mano derecha
Psa 144:4 el hombre .. días son como la s que pasa
Ecc 6:12 los días .. los cuales él pasa como s?
Son 2:3 bajo la s del deseado me senté, y su
Son 2:17; Son 4:6 que apunte el día, y huyan las s
Isa 4:6 habrá un abrigo para s contra el calor del
Isa 25:4 s contra el calor; porque el ímpetu de
Isa 38:8 aquí yo haré volver la s por los grados
Isa 49:2 me cubrió con la s de su mano; y me
Hos 14:7 volverán y se sentarán bajo su s; serán
Act 5:15 menos su s cayese sobre alguno de ellos
Col 2:17 todo lo cual es s de lo que ha de venir
Heb 8:5 sirven a lo que es figura y s de las cosas
Heb 10:1 la ley, teniendo la s de los bienes venideros
Jam 1:17 en el cual no hay .. ni s de varición


Lit., una sombra de una montaña (Jdg 9:36), de un árbol (Hos 4:13; Mar 4:32), de un cuadrante (2Ki 20:9-11), de una enramada (Jon 4:5), de una planta de ricino (Jon 4:6), de una persona (Act 5:15). Figuradamente, significa la brevedad de la vida (1Ch 29:15; Job 8:9; Psa 102:11), protección (sea buena, como en Psa 17:8; Psa 36:7; Psa 91:1; o mala, como en Isa 30:3; Jer 48:45), las bendiciones del Mesí­as (Isa 4:6; Isa 32:2; Isa 49:2; Isa 51:16), y muerte (sea fí­sica, como en Job 10:21-22; Psa 23:4; o espiritual como en Isa 9:2; Mat 4:16; Luk 1:79).

Teológicamente, se usa
( 1 ) para la inmutabilidad de Dios (Jam 1:17);
( 2 ) para la tí­pica naturaleza del AT (Col 2:17; Heb 8:5; Heb 10:1), se ejemplifica en estos hechos: el AT prefigura en un bosquejo la sustancia del NT; el AT representa externamente (en ritos y ceremonias) lo que el NT cumple internamente; los santos del AT, no obstante, pudieron por fe comprender la realidad í­ntima de la sombra; el NT, por lo tanto, cumple y anula la sombra del AT; los santos del NT, sin embargo, pueden todaví­a extraer instrucción espiritual de la sombra; y, finalmente, aun los santos del NT, con la sombra y la sustancia, aguardan el dí­a pleno de entendimiento espiritual (1Co 13:12).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Aplicada teológicamente, Col 2:17, Heb 8:5. y figuradamente en Isa 30:3, Sal 17:8, 1Cr 29:15.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

La s. se produce cuando el sol da a un objeto sólido y proyecta una imagen oscura, una silueta del objeto, que puede verse si hay otro cuerpo sobre el cual se produce el reflejo. La s. se parece al objeto, pero no lo es, aunque está relacionado con él y nos dice algo sobre el mismo. Es con ese sentido que se dice que muchos objetos y sucesos del AT son s., de lo que habrí­a de venir, esto es, Cristo y el NT (Col 2:17; Heb 8:5; Heb 10:1). La palabra también se usa para significar descanso y refugio, porque en tierras donde el sol se siente muy fuertemente, se apreciaba la s. que proporcionaba un árbol, o una roca (Sal 91:1; Isa 4:6). Relacionado con esto, también la idea de seguridad (Sal 17:8; Sal 63:7). Pero como la s. de las cosas va cambiando y extinguiéndose según desaparece el sol, se toma a veces la palabra para expresar transitoriedad, especialmente de la vida (Job 8:9; Job 14:2; Job 17:7; Sal 39:6). Pero en Dios, †œno hay mudanza, ni s. de variación† (Stg 1:17).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Lugar privado de luz que proporciona una protección agradable del sol ardiente, tanto si la sombra proviene de un peñasco (Isa 32:2), como de una nube (Isa 25:5), una cabaña (Isa 4:6), un árbol (Can 2:3; Eze 17:23; Os 4:13) u otra clase de planta (Jon 4:5, 6). Por lo tanto, se dice figuradamente que uno viene bajo la †œsombra† de aquello que sirve o se considera como protección, cobertura, seguridad o refugio. Por ejemplo, Lot dijo a los hombres de Sodoma con referencia a los extranjeros que habí­a introducido en su hogar: †œSolo no hagan nada a estos hombres, porque por eso han venido bajo la sombra de mi techo†. (Gé 19:8.) Y Jehová, por medio de su profeta Isaí­as, pronunció un ay sobre los que se refugiaban en la †œsombra de Egipto†, es decir, los que recurrí­an a Egipto en busca de protección. (Isa 30:1-3; véase también Lam 4:20; Eze 31:6, 12, 17.) Se habla especialmente de Jehová como Aquel que provee sombra protectora a su pueblo (Sl 91:1; 121:5; Isa 25:4) o le da protección semejante a sombra bajo su †œmano† o sus †œalas†. (Sl 17:8; 36:7; 57:1; 63:7; Isa 49:2; 51:16.) Por otro lado, la †œsombra profunda† se asocia con las tinieblas, el peligro o la sepultura, †œla tierra de oscuridad†. (Job 10:21, 22; 24:17; 38:17; Sl 23:4.)
La manera como una sombra cambia de tamaño y finalmente deja de existir como resultado del avance del Sol se utiliza como un sí­mil de la vida corta o pasajera del hombre. (1Cr 29:15; Job 8:9; 14:1, 2; Sl 102:11; 144:4; Ec 6:12; 8:13.) El que los dí­as de alguien sean †œcomo una sombra que ha declinado† significa que su muerte está próxima. (Sl 102:11; 109:23.) Aunque las sombras que causa el Sol siempre cambian de tamaño y dirección según la rotación de la Tierra, Jehová es inalterable. Como escribió el discí­pulo Santiago, †œcon él no hay la variación del giro de la sombra†. (Snt 1:17.)
La sombra o imagen oscura que un objeto proyecta sobre una superficie no es la realidad, no es el objeto verdadero. Sin embargo, puede dar una idea de la forma general o diseño de esa realidad. A este respecto, Pablo explicó que la Ley, con sus fiestas, su tabernáculo y sus sacrificios, tení­a una sombra que representaba cosas mayores por venir. Escribió: †œLa realidad pertenece al Cristo†. (Col 2:16, 17; Heb 8:5; 9:23-28; 10:1.)
Con respecto al milagroso retroceso de la sombra narrado en 2 Reyes 20:9-11 e Isaí­as 38:8, véase SOL.

Fuente: Diccionario de la Biblia

A. NOMBRES 1. skia (skiav, 4639), se utiliza: (a) de una sombra, causada al interceptar la luz (Mc 4.32, Act 5:15); metafóricamente, de las tinieblas y muerte espiritual de la ignorancia (Mat 4:16; Luk 1:79); (b) de la imagen o forma dibujada por un objeto (Col 2:17), de ceremonias bajo la ley; del tabernáculo y sus utensilios y ofrendas (Heb 8:5); de todo ello como dispuesto bajo la ley (Heb 10:1).¶ 2. aposkiasma (ajposkivasma, 644), sombra. Se emplea en Jam 1:17: El significado probable de esta palabra es sombrear por encima o arrojar sombra sobre (que puede ser indicado por apo), y ello con el caso genitivo de trope, “giro”, da el significado “sombreamiento de mutabilidad”, implicando una alternancia de sombra y luz; de ello hay dos explicaciones alternas, que son, sombreamiento (1) no provocado por cambios en Dios, o (2) causados por cambios en otros, esto es: “ningunos cambios en este mundo inferior pueden arrojar una sombra sobre la inmutable fuente de luz” [Mayor, que además comenta: “El significado del pasaje serí­a entonces, “Dios es a la vez incapaz de mudar (paralage) e incapaz de ser cambiado por la acción de otros””]. B. Verbo episkiazo (ejpiskivazw, 1982), arrojar una sombra sobre (epi, sobre, y Nº 1), cubrir. Se usa: (a) de la nube de luz en la transfiguración, traducido “los cubrió”, (Mat 17:5); “que les hizo sombra” (Mc 9.7); “que los cubrió” (Luk 9:34); (b) metafóricamente, del poder del Altí­simo sobre la virgen Marí­a (Luk 1:35 “te cubrirá”); (c) de la sombra del apóstol Pedro sobre los enfermos (Act 5:15 “cayese sobre”). Véanse CAER, CUBRIR, SOBRE.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La sombra, como la *noche o la *nube, simboliza una doble experiencia, según que afirme la ausencia o su-ponga la presencia de la *luz. El hombre quiere la plena luz y también busca la sombra; Dios es luz y *fuego abrasador, pero también sombra refrigerante, y ha decidido habitar en la nube oscura. La Biblia juega con esta ambivalencia de significado.

I. ANUNCIO DE MUERTE. 1. La sombra que huye. El hombre, criatura que se sabe abocada a desaparecer, reconoce su destino en la elevación o en la presencia fugaz de la sombra: “el dí­a declina. las sombras de la tarde se alargan” (Jer 6,4); así­ la vida humana, cuyos grados se suman inexorablemente en el cuadran-te del tiempo (2Re 20,9ss). “Una sombra que huye sin detenerse”, eso es el hombre (Job 14,2; cf. 8,9); sus dí­as declinan en la *noche como la sombra (Sal 102,12; 144,4), pasar a la muerte sin esperanza (1Par 29,15; Sab 5,9). A lo largo de una vida de vanidad (Ecl 6,12), camina como una sombra (Sal 39,7); pero en este desarrollo irreversible, experimentando su propia variabilidad, conserva la fe en el “Padre de las luces, en el que no hay variación ni sombras de cambio” (San’ 1,17).

2. La tiniebla y la sombra de la muerte. Los Setenta, recurriendo a una etimologí­a discutible, pero con profundo sentido de la realidad, tradujeron ordinariamente la palabra hebrea que significa “sombra profunda” por “sombra de la muerte” ; los evangelistas les dieron razón (Is 9,1; Mt 4,16; Lc 1,79). En efecto, la sombra no es sencillamente un fenómeno que cambia y huye; es un vací­o, una nada, esa oscuridad tenebrosa por la que suspira Job en su infortunio (Job 3,1-6). El seol sin esperanza, paí­s de la *muerte, es reino de tinieblas y de sombra (10,21), en la que toda claridad no es sino noche. Ya en esta vida la *prueba priva al hombre de la luz de los vivos : “sobre mis párpados hay sombra” (16,16).

3. El dueño de la sombra. Ante la sombra amenazadora de la muerte no queda más recurso que Dios. El, que cambia en sombra espesa la luz ficticia que se promete el pecador (Jer 13,16; cf. Sal 44,20), puede también “conducir a la luz la sombra oscura” (Job 12,22), “sacar de las sombras y de las tinieblas a los que eran cautivos de ellas” (Sal 107,10. 14). Así­ el salmista, lleno de confianza, exclama: “Aunque haya de pasar por un valle tenebroso, no temo mal alguno, porque tú estás conmigo” (Sal 23,4). Esta esperanza se hizo realidad desde que se cumplió en Cristo la profecí­a de Isaí­as: “Sobre los habitantes de las sombras de la muerte ha brillado una luz” (Mt 4,16; Is 9,1).

II. PRESENCIA PROTECTORA. Así­ como la *nube era tiniebla amenazadora para los unos y luz y protección para los otros, así­ también la sombra terrible puede ser protectora ; a través de la protección que proporciona descubre el hombre una presencia.

1. Sombras terrenales protectoras. En la vida cotidiana, sobre todo en Oriente, se aprecia la sombra, pues preserva del ardor del sol. Las criaturas todas piden sombra : al loto, el altivo Behemot (Job 40,22), a los *árboles, aves, bestias y personas (Ez 31,6). Por eso el árbol que da sombra simboliza el poder protector; como Daniel lo explica a Nabucadonosor: “el árbol eres tú ¡oh rey!” (Dan 4,17ss). Igualmente, la seguridad está garantizada a la sombra del *rey (Jue 9,15); el prí­ncipe justo es “como la sombra de una roca sobre una tierra sedienta” (Is 32,2). Pero tal sombra, ambigua, puede decepcionar: tanto la del ricino desecado sobre la cabeza de Jonás (Jon 4,5ss), como la del rey de Israel (Lam 4,20); cuánto más la de Egipto (Is 30,2), o la de los “cedros del Lí­bano” que pueden ser arrancados en un instante y precipitados en la fosa con todos los que confí­an en su sombra mentirosa (Ez 31; Dan 4).

2. La sombra de Dios. En lugar de una frágil protección, sólo Dios da una sombra segura. Hay que abandonar las umbrí­as placenteras de los *árboles sagrados (Os 4,13) y hallar en Yahveh nuestra sombra en todo tiempo (Sal 121,5; Is 25,4s). El sueño del fiel consiste en “morar a la sombra de í‘addai” (Sal 91,1), de estar, como verdadero siervo, a la sombra de su *mano poderosa (Is 49,2; 51,16) o de sus alas (Sal 17,8; 57,2; 63,8).

Tras estas metáforas se descubren algunos recuerdos del Exodo. Los Setenta lo sintieron y así­ tradujeron el verbo sakan (cubrir, morar, -reposar) por skiadsein, episkiadsein (cubrir uno con su sombra, poner al abrigo). Entonces la *nube cubrí­a con su sombra la tienda de Dios (Ex 40,35), determinando así­ la duración de los campamentos (Núm 9,18.22); cubrí­a también con su sombra a los israelitas (10,34) protegiéndolos maravillosamente, como dice el libro de la Sabidurí­a (Sab 19,7). Esta protección se renovará en los últimos tiempos. Sobre Sión purificada reposará la gloria de Yahveh, como “un dosel y una tienda, para hacer sombra durante el dí­a contra el calor, y servir de refugio y abrigo contra la lluvia y la tormenta” (Is.4,5s). Y mientras Israel camine bajo esta gloria divina, “los bosques le harán sombra” (Par 5,7ss; cf. 1,12).

En la circunstancia de la consagración del *templo, la nube invadió el santo de los santos, y Salomón ex-clamó : “Yahveh ha decidido halaitar en la nube oscura” (lRe 8,12). A la idea de protección se añade aquí­ la de *presencia í­ntima de Dios; en este sentido Jerusalén, como la esposa del Cantar, puede “sentarse a su sombra deseada” (Cant 2,3). En *Marí­a se hizo el sueño realidad cuando le hizo sombra el poder de Dios (Lc 1,35) y ella concibió a aquel sobre el que reposarí­a la nube en la transfiguración (9,34 p).

3. La sombra de Israel. El pueblo elegido se convierte a su vez en fuente de protección divina. En otro tiempo la *viña de Israel, por encima de los otros reinos, cubrí­a con su sombra las montañas (Sal 80,11). Israel, derrocado por un juicio divino, vol-verá a ser finalmente un árbol verdegueante en el que vendrán a anidar las aves (Ez 17,23; cf. Dan 4,9), figura visible del *reino de Dios, abierto a todas las naciones (Mt 13,32 p). Asimismo, cuando Pedro cura a los enfermos con su sombra (Act 5,15), revela la presencia salví­fica de Dios en su Iglesia.

-> írbol – Figura – Imagen – Luz – Muerte – Nube – Noche – Presencia de Dios – Poder – Roca.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

(heb. ṣēl, ‘sombra’, ‘defensa’; gr. skia, ‘una sombra’; ambas palabras con formas derivadas). La representación que hace todo cuerpo sólido cuando se interpone entre el sol, o la luz, y otro cuerpo. Como la sombra varía constantemente hasta que finalmente, y quizás de repente, deja de existir, así son de insustanciales y pasajeros nuestros días y súbita nuestra muerte (1 Cr. 29.15; Job 14.2; 17.7). La oscuridad y la lobreguez se asocian con las sombras y por ello con la “sombra de muerte” (Job 3.5; 16.16; 24.17; Sal. 23.4), aunque esta interpretación corriente del heb. ṣalmûṯ es estrictamente incorrecta y debería traducirse “profunda oscuridad” (cf. °sba “tinieblas”, °vp “sombra espesa”).

De la misma manera en que un hombre puede encontrar descanso en la sombra que lo protege del sol calcinante (cf. Jon. 4.5–6), así también se llama sombra a la dirección y protección del Todopoderoso (Lm. 4.20; Ez. 31.6; Sal. 91.1; Is. 25.4; cf. Cnt. 2.3). El tan esperado momento en que los siervos podían cesar sus labores se llama “sombra” (Job 7.2). En contraste con las señales de desolación y ruina que se aproximan, las “sombras de la tarde” (Jer. 6.4), el día de la gloria infinita es cuando “huyen las sombras” (Cnt. 2.17).

A las ceremonias de la antigüedad se las llamaba “sombra de los, bienes venideros” (He. 10.1; cf. Col. 2.17). La inmutabilidad de Dios contrasta con las “sombras de variación” (Stg. 1.17). En He. 9.5 “cubrían con su sombra” (°vha) proviene de kataskiazō, ‘provocar una sombra’ o ‘dar sombra completa’ (cf. heb. ṣālal).

J.D.D.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico