tiesto


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tiesto

(Del lat. testu, tapadera de barro.)
1. s. m. Recipiente de barro, plástico u otro material, que lleno de tierra se usa para criar plantas tiene la terraza llena de tiestos con rosales. maceta
2. Pedazo de una vasija de barro rota.
3. Chile Vasija de cualquier clase.
4. mear fuera del tiesto coloquial Salirse del tema, decir una cosa que no viene a cuento.
5. salirse una persona del tiesto coloquial Empezar la persona tímida o vergonzosa a atreverse a hablar o a hacer otras cosas.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

tiesto

 
m. Pedazo de vasija de barro.
Maceta (pie para ramillete).
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

tiesto

('tjesto)
sustantivo masculino
1. recipiente más ancho en la boca que en la base usado para cultivar plantas un tiesto de barro cocido
2. conjunto formado por el recipiente, la tierra y la planta regar un tiesto
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

tiesto

nombre masculino
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

tiesto

pokojová rostlina

tiesto

potteplante

tiesto

ruukkukasvi

tiesto

kućna biljka

tiesto

鉢植え植物

tiesto

화분에 심는 화초

tiesto

potplant

tiesto

krukväxt

tiesto

ต้นไม้ที่ปลูกในกระถาง

tiesto

cây cảnh

tiesto

SM
1. (= maceta) → flowerpot
2. (= cascote) → shard, piece of pottery
3. (Cono Sur) (= vasija) → pot, vessel; (= orinal) → chamber pot
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Entre todos aquellos desperdicios, el ángel señaló los trozos de un tiesto roto; de éste se había desprendido un terrón, con las raíces, de una gran flor silvestre ya seca, que por eso alguien había arrojado a la calleja.
Ésta -que se llamaba Margarita- se crió de milagro; el padre la alimentó con vasitos de leche y sopas, ayudado de las vecinas compasivas, que eran todas en aquel barrio del Jardín, y jugando con recortes de suela, retazos de cordobán, leznas y martillos, la muchacha creció; fue espigando, formándose, engruesando, echando carnes y lozaneando lo mismo que albahaca en tiesto o rosa en rosal.
22 Las palabras del chismoso parecen blandas; Mas ellas entran hasta lo secreto del vientre. 23 Como escoria de plata echada sobre el tiesto, Son los labios enardecidos y el corazón malo.
14 Heme escurrido como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron: Mi corazón fué como cera, Desliéndose en medio de mis entrañas. 15 Secóse como un tiesto mi vigor, Y mi lengua se pegó á mi paladar; Y me has puesto en el polvo de la muerte.
A poco la chocolatera de barro, acariciada por dos lenguonas rojas que la lamían por los flancos, cantaba en delicioso gorgoreo, en tanto que el tiesto encaramado en las tres piedras, se estremecía rabioso, al sentir en sus abrasadas concavidades la frialdad de aquella masa que se le pegaba como una ventosa; pues primero se cortara la cabeza señá Vicenta que dejar al "viejito" sin su arepa caliente al desayuno.
Los ladrillos tomados de moho, pareciéronle las inmensas praderas de la América del Norte; y como su presencia turbase la tranquilidad de varios de esos bichos que en los parajes húmedos habitan, creyó que eran rebaños de búfalos. Más allá había un tiesto por entre cuyas rendijas se escapaban gotas de agua.
9¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces; ó tu obra: No tiene manos?
No había modo de ahuyentar a los insectos, y entonces un hombre se llevó el tiesto afuera; mas al picarle en la mano una de las abejas, soltó él la maceta, que se rompió al tocar el suelo.
En la misma ventana había un tiesto con un arrayán, que habían apartado algo para que no cayera a la calle cuando la mujer se asomaba.
-Es que hoy no ha vinío entoavía ese tiesto que tú dices. -¿Que no ha vinío? Entonces es que ya se lo han llevao a presidio por esaborío que es y por mal ángel y por mal arte que tiene.
Yo lo probé por dos veces con mis flores; quería ver si crecían, tonta de mí, y las flores se murieron. Antón se quedó con el tiesto, y cada mañana, durante todo el invierno, salió a mirarlo, mas sólo se veía la negra tierra.
La falta del horizonte abierto ante los ojos, del calido viento libre contra el rostro, de la copla en los labios por delante del rebaño, del fiero aislamiento en medio de la tierra ancha y muda. La macolla de hierba llanera languideciendo en el tiesto.