Más allá de las burlas y los memes que han generado las imágenes de Joachim Löw director técnico de la Selección Alemana cuando fue grabado comiéndose los mocos ese comportamiento es un trastorno psicológico denominado mucofagia que es más común de lo que se cree
Es considerado un trastorno conductual, ya que es la ingestión del propio moco. Algunos psicólogos han sugerido que diversos estados de ansiedad y de bloqueos emocionales por disímiles causas también pueden llevar a desarrollar esta costumbre en momentos de la vida.
La mucofagia es una acción común que está presente de igual manera en niños y adultos. Sí, es frecuente ver a hombres y mujeres con las manos en la nariz en los lugares más inesperados, casi sin pensar; aunque no siempre se los comen, sí se escarban sus narices con los dedos.
Sea por manía, bloqueo emocional o instinto, se recomienda tener la nariz, tanto de niños como de adultos, siempre limpia e hidratada, lo que evita el contacto constante de los dedos con ella, pues más allá de lo que oculte este afán de meterse los dedos en las fosas nasales, este órgano es el encargado de velar que la respiración sea profunda.
Según el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales, comer mocos es uno de los trastornos habituales, en especial en momentos de ansiedad y alto niveles de estrés, como el comer su propio cabello o tener la necesidad de sentir con el olfato sus diferentes olores corporales.
Otras “manías”, como muchos las llaman, deben comer tierra, rocas o papel, así como los olores fuertes.
Saludable polémica
El médico austríaco Friedrich Bischinger dice que comer los mocos puede ser un acto sano y saludable. Según él, a contracorriente de la mayoría, el dedo al explorar las fosas nasales llega a lugares que un pañuelo no lo hace, lo que es benéfico para mantener limpia la zona.
Además, explica que la nariz es una especie de filtro que concentra bacterias y otras sustancias que intentan entrar en los pulmones. Por lo que el moco funcionaría como una especie de vacuna.
Según Friedrich Bischinger, “aquellos que se meten los dedos en la nariz y después comen los mocos, consiguen reforzar su sistema inmunológico de una forma natural y gratuita. Nadie les enseña a los niños comerse los mocos, por lo que debe haber una explicación atávica que no conocemos; quizás la sal que contiene la mucosidad sea benéfica al igual que el efecto que producen los cristales de sal, milenarios en el cuerpo”.
En todo caso, se trata de un método controvertido. Y si no sufre el trastorno, pero quiere probar la teoría del médico austriaco, se le recomienda que lo haga en privado.