Cortés pide ayuda a los tlaxcaltecas para conquistar México

Texto original con ortografía de la época:

Habiendo pues pasado Hernando Cortés por tan rigurosos trances y vaivenes de fortuna, deseando ya dar fin a su negocio comenzado y acabar la demanda, o ser señor de todo este Nuevo Mundo; estando un día muy cuidadoso, llamó a sus amigos los cuatro señores de las cuatro cabeceras parcialidades de Tlaxcalla, y proponiéndoles el caso era decirles, cómo quería dar orden de ir a conquistar la ciudad de México, y tomalla destruilla a fuego y a sangre, porque estaba muy enojado de todo aquel reino de culhua, y que para hacer esto quería su ayuda y favor, por tomar cruel venganza de gente tan falsa y traidora; e que para acabar y emprender tan gran empresa tenía necesidad de enviar por gente de los suyos que tenía en Cempohuallan y que era la más fuerte y belicosa que él traía, porque la había dejado allá para su retaguardia, e que era gente muy valiente y esforzada y que con aquella gente que le viniese reformaría su campo y iría contra los mexicanos de Tenuchtitlan [...] 

[...] pasando adelante Hernando Cortés con su razonamiento, y de cómo quería ir y tornar sobre los mexicanos y destruirlos, e que para traer las municiones, tiros y pólvora y otros pertrechos de guerra y hierro para hacer clavazón para hacer bergantines, tenía necesidad de su ayuda, y que le acudiesen con gente para traer estas cosas de Cenpohuallan y del puerto, porque estaba muy sentido y enojado de los culhuas mexicanos, por su gran desvergüenza y traición y gran atrevimiento; y que convenía mucho que tan gran maldad no quedase sin castigo, porque estando confiados y debajo de seguro de ellos y descuidados de esto, entendiendo que los tenían por amigos, le fueron traidores y mortales enemigos, e que para pago de su maldad y traición, los quería castigar muy cruelmente y hacelles guerra como a sus enemigos capitales, como lo verían adelante en seguimiento de esta causa. Ansí que, muy leales y fieles amigos míos os ruego que me ayudéis en todo lo que se me ofreciere, y más en tan justa ocasión como esta, pues es vuestra propia causa y particular interés vuestro, porque yo de mi parte no os he de faltar.

Acabada esta plática y razonamiento, Hernando Cortés afirmativamente prometió a los tlaxcaltecas, que si dios nuestro señor le daba victoria, tendrían parte de todo lo que conquistase, ansí de despojos de oro y otras riquezas de todas las provincias y reinos que se ganasen y conquistasen, particularmente la ciudad de Cholula y provincia de Huexotzinco y Tepeyacac; y ansí fue que como fidelísimos y leales, le ayudaron a ganar y a conquistar toda la máquina de este Nuevo Mundo con gran amor y voluntad: en todas las cosas que se ofrecieron, siempre los hallaba y halló muy de su parte y a su lado, con determinación de seguirle hasta morir o vencer, contra sus propios naturales, aunándose con nuestros españoles, gentes extrañas de su natural y nación, la cual causa se atribuye ser más obra de dios nuestro señor que de hombres mortales, que tenía guardada esta gente tan incógnita y apartada, para ensalzamiento de su santa fe católica.

Acabada su plática, como tenemos referido, Hernando Cortés, le respondieron los cuatro señores cabeceras de las cuatro parcialidades de la ciudad de Tlaxcalla. Ante todas cosas concedieron todo lo que les pidió, confirmando y ratificando su leal amistad, sin haber en contrario otra cosa; y ansí dándoseles todo lo necesario como les fue pedido, salieron número de gentes para la provincia de Cempohuallan, con capitanes prácticos de aquella tierra y conocidos y ejercitados en guerras, para que con más recaudo trujesen las municiones y cosas necesarias para la guerra de México, y ansí les fue encargado y entregado lo cual trujeron con gran recaudo, haciendo en esto uno de los más loables servicios que los tlaxcaltecas hicieron a la real corona de Castilla y a Hernando Cortés, en su nombre.

Para citar:
Muñoz Camargo, Diego , Historia de Tlaxcala, Tlaxcala, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; Universidad Autónoma de Tlaxcala, 2013 [1998], pp. 205-208
Persona(s):
  • Hernando Cortés