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Orgullo, soberbia, vanidad, arrogancia espiritual y humildad



Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Palabras preliminaries
  2. Introducción
  3. El
    orgullo
  4. La
    soberbia
  5. La
    vanidad
  6. La
    arrogancia espiritual
  7. La
    humildad cristiana
  8. A
    manera de conclusión
  9. Referencias

«No eres más porque te
alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de
Dios, eso eres y nada más».

Tomás de Kempis
(1380-1471)

Palabras
preliminaries

Desede hace bastante tiempo he querido realiar este
pequeño estudio acerca del ORGULLO, SOBERBIA, VANIDAD,
ARROGANCIA ESPIRITUAL Y HUMILDAD, sin embargo, voluntariamente
siempre lo he postergado dado a que, he encontrado no es
fácil realizarlo pues, por una parte, carecía de
conocimientos, o confundía los conceptos o los empleaba
como sinónimos. Por otro lado, debo confesar intentando
ser humilde, que en mí ha existido toda una vida ciertas
dosis de orgullo personal y professional. Por otra parte la
vanidad no estuvo presente en mis durante muchos años lo
que me indujo a considerarme "superior" a mis pares.

Por otra parte, cuando se realizan algunos estudios
acerca de la Palabra de Dios, podemos caer en la Arrogancia
Espiritaul al considerarnos conocedores de La Verdad, sentirnos
sin pecados o justificar el pecado por las circunstancias. Es muy
fácil ver en el hermano la paja en su ojo sin tener la
capacidad de vernos la tremenda viga que existe en el nuestro.
Esto verdaderamente es bastante serio porque, al actuar de esa
manera, cortamos las bendiciones que Dios a cada instante nos
brinda con su Amor Incondicional hacia nosotros y, por otra
parte, dejamos de ser creibles o nos consideren de doble
estandat.

Iniciaré este estudio analizando el concepto,
significado y los aspectos negativos de orgullo, soberbia,
vanidad y arrogancia espiritual desde una óptica "laica" y
fundamentalmente Bíblica y por ultimo, la virtud que
considero de gran estima en el Ser como lo es la
humildad.

Quiero hacer notar que no comparto en su totalidad la
apresiación de índole psicológica laica que
expongo pero, me ha sido necesaria incluirla para no caer en
fundamentalismos religiosos.

Pido a Dios Padre, por medio de Su hijo Jesucristo y la
ayuda del Espíritu Santo, me ilumine con Su
sabiduría con objeto de poder ser lo más
veráz posible y que sea de ayuda para mis hermanos y
hermanas en la fe que lo leerán.

Introducción

El orgullo, la arrogancia y la soberbia, se definen en
un sólo, espíritu, cuyo nombre es Leviatán.
Este espíritu es la raíz de tos los pecados, debido
a que fue el pecado que llevó a Satanás a rebelarse
en contra de Dios. Una persona que camina con orgullo, puede caer
en cualquier pecado. Cada vez que una persona se enorgullece, le
recuerda a Dios la rebelión que ocurrió en el
cielo. Hoy día, hay un sin número de personas que
han caído en pecado y no se han vuelto a levantar por
causa del orgullo que anida en su corazón.

Hay palabras sinónimas para referirse al orgullo,
tales como soberbia y arrogancia. Y tanto el orgullo, como la
soberbia y la arrogancia, son la raíz de todos los
pecados. A continuación, estudiaremos cada uno de estos
conceptos que nos permitirán entender al menos
medianamente este gran enemigo del ser humano.

Los conceptos de orgullo, soberbia y vanidad van de la
mano, y lo cierto es que en mayor o menor medida, cualquier
persona se ha dejado llevar por este fantasma emocional en
algún momento de su vida. Dentro del ser humano se
producen dos dualidades, la lucha entre el alma y el ego. El alma
te conecta con Dios, con la vitalidad, con la humildad…
Por el contrario, la soberbia y la vanidad conducen al ego,
al deseo de sobresalir por encima de los demás, a la
rivalidad… ¿Qué hacer entonces?

Claros antagonismos del orgullo serían la
humildad, la vergüenza o la modestia que, por lo general,
son considerados como virtudes. 

El sano orgullo es inmediatamente distinguible del
orgullo maligno (soberbia).

La vanidad es la falta de verdad, por
error, estupidez o mala voluntad, en la apreciación de la
propia valía. El vanidoso se atribuye una valía
personal mayor de la que realmente tiene. Si lleva su
vanidad al extremo cae en un patético ridículo.El
orgulloso, en cambio, puede tener una justa apreciación de
su valía, y ésta puede ser enorme. Pero su
engaño consiste en que considera que el mérito de
esa valía es única y exclusivamente suyo. No
soporta pensar que ha llegado a esa valía ayudado por
otros y que, sin ellos, no hubiese llegado a estar donde
está. Es un desagradecido que suele pagar la ayuda que le
prestan con el olvido o, peor aún, con el rencor y el
resentimiento. No quiere la cercanía de quienes le han
ayudado, porque le recuerdan su dependencia. "El orgullo es
el amor desordenado a la propia excelencia". El máximo
grado del orgulloso es considerar que uno no le debe nada a Dios,
que no necesita su ayuda en absoluto.

La soberbia es la falta de verdad acerca de nuestra
posición e importancia en el mundo. Al soberbio le
gustaría ser el más importante. Naturalmente no
puede. Pero sí puede engañarse acerca de su
posición en el ranking. Puede convencerse de que su
impacto en la marcha de la vida es más grande de lo que en
realidad es. Eso le hace sentirse poderoso. No soporta pensar que
alguien pueda tener más influencia que él en los
acontecimientos. Quiere controlar totalmente su vida, sin pedir
nada a nadie. Aunque es difícil, el soberbio puede no ser
orgulloso y hasta ser agradecido. Puede reconocer el
mérito de sus padres o de sus educadores en haberle hecho
como es y agradecérselo, pero piensa que una vez que ha
llegado a ser lo que es, su impronta en el mundo será
mayor que la de cualquiera que le haya ayudado a llegar a donde
está. En su grado máximo, vomita la sola idea de
Dios.

La soberbia es la causa más importante de la
increencia y la más difícil de erradicar. El
diablo, que no puede negar la existencia de Dios, le odia,
precisamente porque Dios es Dios y él no.

La arrogancia espiritual o cinismo religioso es una
actitud de manipulación de Dios. Los cínicos
religiosos dicen: "Si soy creyente puedo hacer lo que sea que
Dios siempre me protegerá", creyendo que Dios nos
sobreprotege y nos evita asumir las consecuencias de nuestros
actos. También pretenden hacer del perdón la
justificación perfecta para hacer cualquier acción
mala o negativa. No importa lo malo que haga, al fin y al cabo
Dios me perdona. Olvidando que el perdón siempre exige un
arrepentimiento verdadero y el deseo de no volver a hacer lo
malo.

La humildad es el antídoto a los tres pecados de
vanidad, orgullo y soberbia. Decía santa Teresa que "la
humildad es vivir en la verdad. Y así es. El que vive en
la verdad sabe su auténtica valía, reconoce que
está en deuda con mucha gente que le ha ayudado a
alcanzarla, con Dios en primer lugar, y se sabe una ínfima
causa en un universo inmenso regido por un Dios providente sin el
que no podría ni tan siquiera existir y en el que
él sólo puede arañar la superficie por mucho
poder que tenga. Sabe también que sin la
colaboración de muchas personas no podría ser causa
eficiente de casi nada. Busca el apoyo y la colaboración
de todo el mundo y lo agradece. Sobre todo, contempla lleno de
asombro y embargado por un sentimiento de pequeñez y
gratitud la grandeza y la belleza del cosmos y del Dios que lo ha
creado".

El
orgullo

Definición conceptual:

  • Exceso de estimación propia y de los propios
    méritos, por el cual se cree uno superior a los
    demás.

  • "Arrogancia, vanidad, exceso de estimación
    propia

  • "Satisfacción personal que se experimenta por
    algo propio o relativo a uno mismo y que se considera
    valioso".

  • El orgulloso es aquel que tiene un alto concepto de
    si mismo y confía en todo lo que hace porque tiene la
    certeza de que puede hacer todo bien y que no hay nadie mejor
    que él.

El orgullo desde el punto de vista
psicológico:

Sentirse orgulloso de si mismo por algo que se hizo bien
es saludable, siempre que ese orgullo no se transforme en
soberbia y esa persona se crea que es un dios que nunca se
equivoca y que el resto de la gente es bien poco vale. Tener
confianza en si mismo es positivo pero tenerla en exceso puede
limitar a una persona a llegar hasta ahí y no intentar
nada nuevo.

Desde este punto de vista (psicológico) existen
dos tipos de orgullo: El Positivo y el Negativo.

  • 1. Desde el punto de vista Positivo, el
    orgullo, nos permite valorarnos a nosotros, a lo que somos
    capaces de construir, a nuestras acciones y experiencias, a
    nuestros propios logros así como también los
    logros y acciones de los demás. Nada de negativo recae
    en compartir nuestros éxitos y esfuerzos con las
    personas que queremos. "Merecemos" (merecemos realmente?)
    "darnos la palmadita en la espalda" cuando hicimos las cosas
    bien o pusimos todo nuestro empeño en lograrlo. Desde
    el punto de vista de la psicología, el no darnos
    permiso para ser orgullosos es arrebatarnos la oportunidad de
    valorarnos.

Barbara Fredickson, psicóloga señala que,
el orgullo no es sinónimo de soberbia y que recibir
halagos por nuestra labor o por cualquier otra
característica positiva que poseemos es algo hermoso,
debemos recibir con brazos abiertos a las personas que nos
valoran y también aprender a valorarnos a nosotros.
Agrega: "siéntete orgulloso de ti y de los demás y
no temas aventurarte en la hermosa experiencia de amarte
saludablemente a ti mismo".

  • 2. Desde el punto de vista Negativo, el orgullo
    propio nos puede conducir a la arrogancia al no escuchar o
    minimizar el aporte de los demás. Se caracteriza este
    orgullo porque el orgulloso siempre pasa primero, habla
    primero, se ubica primero tratando de hacerse ver y decir lo
    que tiene que decir porque cree que es lo mejor. Del mismo
    modo, el orgulloso se siente imprescindible y no
    confía en nadie más que en él mismo. Es
    el que tiene la familia perfecta, los hijos perfectos, la
    mejor casa, el que eligió el mejor auto, tiene el
    mejor cónyuge, y el que tiene el mejor trabajo y el
    sueldo más alto. El orgulloso no acepta el aporte de
    los demás, descarta cualquier sugerencia sólo
    porque no se le ocurrió a él.

El orgulloso se aferra a una postura y la defiende a
muerte, sin márgenes para el error o las correcciones. Es
el sabelotodo que se adhiere a utopías ya hechas para no
adjudicarse a si mismo sus fracasos y es el que se identifica con
todo lo que tiene.

La persona orgullosa vive pendiente de las apariencias y
necesita estar primera, sentirse que ocupa el primer lugar, y que
tiene lo que hay que tener para pertenecer a la clase que
justifica plenamente su orgullo.

Nota:

Hago notar que, si bien es cierto comparto algunas
afirmaciones desde el punto de vista psicológico,
también es cierto que no las comparto en su totalidad. Mas
adelante dare las razones del caso.

La Biblia y el orgullo:

¿De dónde viene el espíritu de
orgullo?

El espíritu de orgullo viene desde que
Satanás pecó y su corazón se
enalteció en contra de Dios. Fue el orgullo lo que lo
llevo a la destrucción. Se encontró en él
pecado de iniquidad y orgullo, y por esa razón, Dios lo
derribó de los cielos.

Se enalteció tu corazón a causa de tu
hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu
esplendor; yo te arrojaré por tierra, y delante de los
reyes te pondré por espectáculo". Ezequiel
28.17

Desde ese entonces, de alguna manera cada uno de
nosotros ha sido controlado o influenciado por el espíritu
de orgullo, unos en mayor grado que otros. Uno de los efectos que
provoca la acción de este espíritu es la "ceguera
mental". La palabra de Dios le llama, espíritu de
Leviatán, "el rey de los soberbios".

¿Que es el espíritu de Leviatán?
Leviatán:

Significa Rey sobre los hijos de orgullo.Cuando una
persona es controlada o influenciada por el espíritu de
orgullo o Leviatán, presenta tres características
principales:

  • 1. Terquedad.

  • 2. Dureza de Cerviz.

  • 3. Dureza de corazón.

¿Cómo describe la Biblia al
espíritu de Leviatán?

"En aquel día Jehová castigará con
su espada dura, grande y fuerte a Leviatán, la serpiente
veloz, a Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará
al dragón que está en el mar". Isaías
27.1

"Aplastaste las cabezas del Leviatán y lo diste
por comida a los habitantes del desierto". Salmos
74.14

Dios formula preguntas en el libro de Job
(capítulo 41) acerca del espíritu de
Leviatán. A través de cada una de estas preguntas,
el Señor nos revela la naturaleza de Leviatán:
"¡¿Sacarás tú al leviatán con
anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?
¿Pondrás tú soga en sus narices, y
horadarás con garfio su quijada?" Job 41:1-2.

Esta pregunta que Dios hace a Job es acerca de la
inhabilidad del hombre para dominar por sí sólo
este espíritu. Nosotros, los seres humanos, no podemos
sujetarlo con una soga, ni atarle su quijada. La única
manera de vencerlo es por medio de la ayuda de Dios, reconociendo
en humildad, que nada se puede hacer sin Jesús. El
comienzo de la humildad es reconocer nuestras limitaciones y
nuestra dependencia de Dios. La persona orgullosa no depende de
Dios para vivir y hacer las cosas en su vida; sino que se basta a
sí misma para obtener lo que quiere.

Una persona influenciada por este espíritu no
considera la oración como algo importante. Hemos
encontrado que el espíritu de Leviatán o de orgullo
es un obstáculo para la oración. Hay personas que
tienen dificultad para orar porque están bajo la
influencia de Leviatán; a veces, hasta se quedan dormidas
como una manifestación de este espíritu. La gente
orgullosa no ve ni siente la necesidad de orar. Las personas
humildes reconocen la necesidad de buscar a Dios y de rezar
porque saben que, sin Él, no pueden vivir. Sin embargo,
los orgullosos tomar decisiones sin buscar la voluntad del
Señor en oración, pues no lo consideran necesario.
"…el malo por la altivez de su rostro no busca a Dios; no
hay Dios en ninguno de sus pensamiento". Salmo 10:4.

A las personas orgullosas, se les hace difícil
aceptar y pedir ayuda; y a menudo, hablan en un tono duro. Les
cuesta recibir de la gente regalos o hasta los favores más
pequeños.

El orgullo se convierte en un obstáculo para las
personas que entran en un pacto de amistad o una relación
íntima. Las personas bajo la influencia del
espíritu de orgullo trabajan solos; en otras palabras, sin
cobertura ni bajo autoridad alguna.

En repetidas ocasiones, vemos divorcios,
destrucción de noviazgos… causados por la influencia del
espíritu de Leviatán, que hace que las personas no
perdonen ni se humillen, prefiriendo así romper el pacto
matrimonial, de noviazgo o amistad.

El orgullo ciega a la persona, impidiendo que reciba y
camine en el pacto que tiene a través de la sangre de
Jesús. Algunas personas no tienen revelación de lo
que es liberación, sanidad, prosperidad, fe y otras
verdades que están en la Biblia.

"¿Hará un pacto contigo para que lo tomes
por esclavo para siempre?" Job 41.4

Un esclavo en Cristo, es un creyente que sirve al
pueblo, y si quieres servir, te puede encontrar con que el
orgullo te va a impedir someterse y servir a otros, puesto que se
requiere humildad para hacerlo. El orgullo siempre quiere estar
por encima y en control. Una persona orgullosa quiere que todo el
mundo se someta a ella y le sirva. Si tienes problemas para
someterte y para servir, es porque tienes alguna influencia de
Leviatán. Jesús es nuestro ejemplo de humildad, ya
que Él se humilló y se hizo hombre por
nosotros.

El orgullo te dará batalla en todo lo que hagas.
Un consejo importante: Nunca te metas en contienda con una
persona orgullosa, porque siempre habrá discusión
debido a que la contienda es parte de su vida, es algo que lleva
por dentro, y su satisfacción es ver humillada a la
persona que se atreva a oponérsele. Toda persona
contenciosa es orgullosa. La palabra de Dios nos enseña
que: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes".
Santiago 4.6

Lo que nos está diciendo esta escritura, es que
Dios se resiste, como un general, para no dejar avanzar a una
persona que sea orgullosa en ninguna área de su vida, y
como resultado, le va mal en todo. Algunos se preguntan:
¿Por qué me va mal en mis finanzas? ¿Por
qué me va mal con mis hijos y mi cónyuge?
¿Por qué Dios no contesta mis oraciones?
¿Por qué siempre que hago algo me sale mal? La
respuesta a estas preguntas es que hay un general que lo
está resistiendo, y ese general, es Dios mismo. "Su
espalda está cubierta de fuertes escudos, cerrados
estrechamente entre sí". Job 41.15

El espíritu de Leviatán u orgullo se cubre
con otros espíritus para protegerse a sí mismo de
los ataques. Estos espíritus funcionan como escudos, para
volverlo impenetrable. Estos demonios que lo protegen, son con
los que se tiene que lidiar primero para luego echar fuera al
espíritu fuerte (Leviatán).

Algunas personas no pueden recibir santidad porque su
reino está protegido con escudos. Por ejemplo, algunas
personas influenciadas por este espíritu de orgullo, se
protegen con espíritus de rechazo, lujuria, inseguridad,
vergüenza, temor y otros. Todos estos espíritus se
encuentran en una persona que tiene espíritu de orgullo.
Algunas veces, las personas dan "razones" por las cuales son
orgullosas. Todo el tiempo están levantando paredes para
no dar amor ni darle el corazón a nadie. Lo más
terrible de todo esto, es que la persona que tiene el
espíritu de Leviatán, está tan cegada que no
se da cuenta de que es orgullosa. Estas razones provienen de los
espíritus (escudo del Leviatán), que están
ejerciendo su tarea de protegerlo.

La persona que está cegada por el
espíritu de Leviatán, es impenetrable, no se
puede llegar a su corazón y, si por casualidad se
llegase a tocar su corazón, pronto se
alejarán argumentando razones para tal alejamiento,
razones que siempre son producto de su orgullo. Dios mismo
tiene que romper ese corazón a través del
padecimiento y del dolor para poder penetrar esa coraza.
Házte esta pregunta: ¿Hay algún
área de mi vida que es impenetrable, que la estoy
cubriendo de alguna manera? El poder de Leviatán es
roto, solamente cuando echamos fuera aquellos
espíritus que lo protegen.

"El uno se junta con el otro de modo que el viento no
pasa entre ellos". Job 41:16.

El viento, en el idioma griego, es "pneuma", que
significa espíritu; y si lo aplicamos a lo que
estábamos hablando anteriormente, diríamos que las
escamas están tan apretadas entre sí, que ni
siquiera el Espíritu Santo (viento) puede pasar, entrar.
El orgullo es un espíritu que bloquea a una persona para
que no pueda fluir en lo espiritual. A menudo, las personas a las
que les cuesta mucho fluir en los dones del Espíritu
Santo, son las que están batallando con el espíritu
de Leviatán. El enemigo habla a la mente y al
corazón de la persona orgullosa, dándoles
razonamientos y excusas, tales como: "tú lo tienes todo,
no necesitas nada más, no necesitas cambiar, tu
denominación es la correcta, tu determinación es la
correcta y todo el mundo está mal, tú tienes la
sana doctrina, y la verdad". Dios quiere cambiar eso por medio de
su Espíritu Santo; pero nosotros, por nuestro orgullo, no
lo dejamos.

El espíritu de orgullo en una persona, bloquea
todo aquello que la pudiera llevar a cambiar para mejorar y ser
diferente; bloquea su corazón para que, al momento de ser
corregida, rechace la corrección y no pueda crecer
espiritualmente, que es lo que sucede cuando una persona recibe
la disciplina.

"Unido está el uno con el otro, trabados entre
sí, no se pueden separar". Job 41;17

Los demonios suman fuerza cuando se juntan (crean una
cadena de ataduras en la persona), ayudándose mutuamente
para mantener protegido al "hombre fuerte". Si estas personas no
buscan su liberación, pueden permanecer "atadas" durante
muchos años; pero, en el momento en que deciden humillarse
y arrepentirse, el Señor puede y quiere obrar en ellas.
"Cuando estornuda, lanza relámpagos; sus ojos son como los
párpados del alba. 19De su boca salen llamaradas;
centellas de fuego brotan de ella". Job 41:18-19

Este espíritu orgulloso es un dragón que
se manifiesta a través de la lengua. Santiago 3:15 dice:
"Así también la lengua es un miembro pequeño
pero se jacta de grandes cosas. He aquí,
¡cuán grande bosque enciende un pequeño
fuego!"

Ésta es una referencia obvia al orgullo.
Leviatán manifiesta lo que es a través de la
lengua. ¿Cómo lo hace?

  • 1. Jactándose (recordemos que el
    soberbio es uno que se jacta de sus logros, que exagera
    facultades y virtudes que no tiene, y siente en su
    corazón y dice con su boca que haría cualquier
    cosa, mejor que los otros).

  • 2. Mintiendo exageradamente.

  • 3. Maldiciendo continuamente. La persona
    orgullosa siempre está hablando mal de otros y
    exaltándose a sí misma.

"Por el pecado de su boca por la palabra de sus labios
sean ellos presos en su soberbia y por la maldición y
mentira que profieren". Salmo 59.12

Dos de los pecados de orgullo son maldecir y
mentir.

Una persona orgullosa se jacta continuamente. Pero,
¿qué es jactarse? Jactarse significa hablar de uno
mismo con vanagloria; es alardear, presumir, ostentar de lo que
se tiene o se cree ser o tener. ¿Por qué las
personas mienten acerca de su edad? ¿Por qué
mienten acerca de su estado civil, de su raza, nacionalidad,
origen y pasado? Porque un espíritu de orgullo los
está influenciando.

"De sus narices sale humo, como de una olla o caldero
que hierve". Job 41.20

"Un caldero u olla que hierve". La palabra hervir nos da
a entender un estado de agitación emocional y sentimental,
referentes a la ira y a la contienda. La ira y la contienda son
manifestaciones del orgullo. Proverbios 73:70 dice: "Ciertamente
la soberbia produce discordia, pero con los prudentes está
la sabiduría".

"Un hombre que se cree importante a sí mismo,
provoca riñas y disputas". Aquellos que son
fácilmente dados a las contiendas, a las riñas y a
la ira, son controlados por Leviatán. El espíritu
de Leviatán es el que incita a las personas a provocar
contiendas, chismesa, discusiones entre los hermanos, la familia
y en el hogar. La ira y la contienda van de la mano. Por esa
razón Job dice en "En su cerviz está su fuerza, y
delante de él cunde el desaliento". Job 41:22

Hay dos fuentes que manifiestan el Espíritu de
Leviatán, y éstas son:

  • 1. La testarudez

  • 2. La dureza de corazón

De acuerdo al versículo citado, Leviatán
es fuerte en su cerviz o cuello. "En su cerviz está la
fuerza". Esto se refiere a que el ser testarudo y rebelde es una
manifestación del orgullo. Las personas orgullosas odian
la sumisión a la autoridad, y son como el mulo, es decir,
nunca cambian su mentalidad. A esta clase de personas, se les
considera de "mente cerrada"; nunca salen de su caja. Nunca ceden
la razón a nadie.

¿Qué significa ser testarudo
"necio-necedad" o de dura cerviz?

La persona que es testaruda, se rehúsa a cambiar;
no admite que está equivocada ni pide perdón. Hay
algunas personas que se rehúsan a cambiar su vida
personal, y por eso, Dios no ha obrado en ellas. También,
se rehúsan a cambiar en su vida sentimental o su
matrimonio porque siempre están culpando a la mujer o al
hombre, y mientras cada uno no tome responsabilidad de sus actos
y se humille, no habrá cambio.

¿Por qué las personas van de iglesia en
iglesia y no se plantan en ninguna?

Porque se rehúsan a cambiar. Tienen una luna de
miel con el sacerdote o el pastor y la iglesia mientras no se les
dice nada que los contraríe. Cuando se les dice la verdad,
se van. Cuando las hieren, se van, porque no soportan la
presión de sus líderes ni la presión de
servir.

Muestran una gran resistencia al cambio, y todo esto, no
es otra cosa que una manifestación del espíritu de
Leviatán. Una señal de que estás creciendo
espiritualmente en un lugar, en el ámbito personal y
familiar, es que hay cambios en tu vida. Los cambios son
señales de que Dios está trabajando en tu
corazón y que no lo estás resistiendo; si
estás cambiando, regocíjese. Por ejemplo, si antes
te gustaba decir malas palabras y maldecir y ya no lo hace,
significa que está cambiando. Si antes no diezmaba, y
ahora has decidido obedecer para recibir más
bendición diezmando, quiere decir que estás
cambiando. Si antes eras controlado por la ira y ahora logras
controlar tu ira, es porque está cambiando; no
estás resistiendo a Dios, sino que te estás dejando
moldear por Él. "Firme es como una piedra su
corazón, fuerte como la piedra de un molino". Job
41:24

Una persona influenciada con el espíritu de
Leviatán, tiene su corazón endurecido, y por eso,
no puede ser sensible a la voz de Dios. El endurecimiento del
corazón es causa de las heridas emocionales del pasado y
de la práctica del pecado continuo. Esto lleva a la
persona orgullosa a endurecer su corazón. Veamos lo que
Jesús dijo en Marcos 8:17 "Y entendiéndolo
Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, por
qué no tenéis pan? ¿No entendéis ni
comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido
vuestro corazón?". Esta condición de endurecimiento
de corazón, da como resultado ceguera y sordera
espiritual. Eso le ocurre a aquellos individuos orgullosos no
entendidos ni oidores de la Palabra. Es alguien que casi nunca
llora, que no sufre quebrantamiento en su
corazón.

Una persona orgullosa siempre provoca grandes problemas
de contienda dondequiera que vaya, y agita todo a su alrededor. A
veces no es sensible a la necesidad de la familia ni de las
personas en general. De cosas minúsculas, forma un gran
problema, y hace enojar a todos los que están con ella.
"Menosprecia toda cosa alta; es rey sobre todos los soberbios".
Job 41:34

Menosprecia todo aquello que le hable o le recuerde que
hay que humillarse, servir, depender de Dios. Todo aquello que es
noble y bueno, lo desprecia. El espíritu de
Leviatán menosprecia la oración, menosprecia el
amor a los demás, a Dios y a su Palabra, y su único
deseo es exaltarse a sí mismo.

¿Cuáles son los espíritus
relacionados con Leviatán?

Ira, Brujería, Arrogancia, Perfeccionismo,
Contención, Rebeldía, Desobediencia, Vanidad,
Independencia, Adivinación, Mentira, Rechazo.

El espíritu de orgullo es un espíritu que
compensa a la persona que se siente rechazada. Cuando una persona
se siente rechazada, el orgullo causa que ella sienta una falsa
seguridad y que ella se sienta mejor acerca de sí misma.
El espíritu de orgullo causa que la persona se cubra y se
esconda, que sienta miedo de ser ella misma, porque eso lo hace
vulnerable.

El orgullo, pecado capital:

Una valoración negativa del término
resultan del cristianismo que relaciona al orgullo con la persona
vanidosa y prepotente que suele dejar a Dios de lado. Para la
Iglesia Católica, el orgullo y la soberbia, son unos de
los siete pecados capitales que manifestó santo
Tomás de Aquino.

Existe una diferencia entre la clase de orgullo que Dios
odia (Prov 8:13) y la clase de orgullo que sentimos acerca de un
trabajo bien realizado. La clase de orgullo que procede de la
auto-justificación es pecado y Dios la aborrece porque es
un obstáculo para buscarle a Él. El Salmo
10:4 explica que los orgullosos están tan llenos de
sí mismos que sus pensamientos están lejos de Dios.
"El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay
Dios en ninguno de sus pensamientos." Esta clase de orgullo
altanero, es lo opuesto al espíritu de humildad que Dios
busca: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos." Mateo 5:3. De esta manera,
los "pobres de espíritu" son aquellos que reconocen
su total bancarrota espiritual y su inhabilidad para venir a Dios
aparte de Su divina gracia.

Los orgullosos, por otra parte, están tan
cegados por su soberbia, que piensan que no tienen necesidad de
Dios o aún peor, que Dios debe aceptarlos como son, porque
ellos merecen ser aceptados.

A través de toda la Escritura, se nos habla
acerca de las consecuencias del orgullo. Proverbios 16:18-19
nos dice que, "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes
de la caída la altivez de espíritu. Mejor es
humillar el espíritu con los humildes, que repartir
despojos con los soberbios." Satanás fue echado del
cielo por su orgullo (Isaías 14:12-15). Él tuvo la
egoísta audacia de intentar reemplazar a Dios mismo como
el legítimo gobernante del universo. Pero Satanás
será lanzado al abismo del infierno en el juicio final de
Dios. De la misma manera, para aquellos que se levantan
desafiantes contra Dios, no les espera nada más que el
desastre, "Porque yo me levantaré contra ellos, dice
Jehová de los ejércitos, y raeré de
Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice
Jehová." (Isaías 14:22).

El rehusar admitir el pecado o justificarlo como
también querer reconocer que hemos logrado tal o cual
objetivo por nuestra propia valía no llegaremos a vivir y
heredad la vida eterna. El orgullo, ha sido una piedra de
tropiezo para la gente soberbia. No debemos sentirnos
superiores de nosotros mismos, pero si queremos glorificar algo,
entonces debemos proclamar la exelencia Dios Padre. Lo que
decimos de nosotros mismos, no significa nada en la obra de Dios.
Es lo que Dios dice acerca de nosotros, lo que hace la
diferencia. "Nosotros no debemos jactarnos más de lo
debido. "Nos limitaremos al campo que Dios nos ha asignado
según su medida, en la cual también ustedes
están incluidos". (2Cor 10:13).

¿Por qué es el orgullo un pecado tan
grande?. Muy simple, es porque el orgullo es darnos el
crédito a nosotros mismos por algo que Dios ha hecho en
nosotros o por nosotros. El orgullo toma la gloria que solo le
corresponde a Dios y nos la da a nosotros mismos. El orgullo es
en esencia una auto-adoración. Cualquier cosa que
hubiéramos hecho en este mundo, no habría sido
posible si Dios no nos hubiera permitido realizarla. Por esta
razón le damos la Gloria y elevamos Alabanzas a Dios
porque solo Él la merece.

El sabio es libre cuando obedece a Dios:

El principio de la sabiduría es el temor de Dios
dice Salomón: "El sabio de corazón recibirá
los mandamientos…" Prov. 10:8. Esto quiere decir que un
hombre sabio de verdad, observará los preceptos de Dios
para cumplirlos ¡no para desacatarlos! El hombre sabio
se aparta del mal para no ofender a Dios. Se aparta del
orgullo. Por eso David exclamó: "En tus mandamientos
meditaré; consideraré tus caminos. Me
regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus
palabras" Sal 119:15-16.

Hay personas que quieren vivir sin prohibiciones, o sin
leyes divinas que los rijan. Afirman que quieren ser "libres" y
no "esclavos" de reglas o mandatos divinos que no les dejen
"disfrutar" de la vida. Pero estas personas NO saben que los que
desobedecen a Dios, y a sus leyes, son esclavos del pecado.
Al respecto dice Jesús: "…todo aquel que hace
pecado, esclavo es del pecado." Juan 8:34.  Es
decir, el que no quiere obedecer los mandamientos de Dios,
se vuelve esclavo de su carne, de sus pasiones, y de sus vicios.
Quien es verdaderamente libre es aquel que se ha decidido a dejar
el pecado de orgullo, y esto significa; someterse a los
mandamientos de Dios con humildad. De modo que si quieres
ser verdaderamente libre de tu orgullo, debe seguir el siguiente
consejo de Jesús:  "Así que, si el Hijo os
libertare, seréis verdaderamente libres" Juan
8:36. Sí, Jesús es el único que puede
libertar al pecador perdido y esclavo. Sólo Cristo; su
doctrina y sus mandamientos, pueden hacernos libres de
orgullo.

El orgullo en el corazón:

La Biblia nos dice, "El malo, por la altivez de su
rostro, no busca a Dios" Salmo 10:4. El asunto no es
cómo impresiona una persona (de hablar suave, gracioso),
sino más bien, la condición humilde de su
corazón para con Dios.

El orgulloso busca su propia honor y no la gloria de
Dios. La Escritura también nos dice: 

  • "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes
    de la caída la altivez de espíritu" Prov.
    16:18.

  • Dios odia el orgullo de los hombres, y
    también odia a aquellos hombres que lo poseen: "Los
    insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a
    todos los que hacen iniquidad" Salmo 5:5.

Aquellos que hacen iniquidad son los mismos hombres
orgullosos que rechazan a Dios:

  • "Dice el necio en su corazón: No hay Dios…
    ¿No tienen discernimiento todos los que hacen
    iniquidad?" Salmo 14:1-4. Y
    también, 

  • "Abominación es a Jehová todo altivo
    de corazón, ciertamente no quedará impune"
    Proverbios. 16:).

En cuanto a aquellos que son humildes de corazón
ante Dios, Dios ha prometido bendecirles. "Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por
heredad" Mateo 5:5.  Dios ha prometido quitar al
orgulloso del poder y establecer a los mansos como los habitantes
y regentes de la tierra. Entonces, te pregunto: Cuál es tu
meta en esta vida? Quieres realmente vivir ya la vida eterna y
prolongar esta vida mas allá de tu muerte física?.
Si es lo que quieres, deja tu orgullo y pide a Dios te de un
corzón de carne humilde desterrando tu orgullo que a nada
positive te conduce.

Sin embargo, el corazón humano es engañoso
y desesperadamente malvado, aún entre aquellos a quienes
Cristo ha salvado. Los humildes por quienes Cristo murió y
que están sujetos al pecado del orgullo mundano, frustran
la bendición de Dios. Juan escribió para
amonestarnos contra esta tentación, "No améis
al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno
ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo" 1 Juan 2:15-16. Pedro
también advierte a los creyentes de la condenación
de Dios contra el ser orgulloso, "Igualmente,
jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos
unos a otros, revestios de humildad; porque: Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes" 1 Pedro
5:5.

Mirado a la luz de la verdad, no tenemos ninguna
razón para ser orgullosos. Saquemos de nuestra biblioteca
la Biblia para leer y estudiar algunos versículos que
así lo corraboran.

  • 1. Fuimos creados por otro.  Vinimos
    como niños desvalidos y no tuvimos decisión en
    el asunto. Nosotros no escogimos ser hombre o mujer, fuerte
    ó débil. (Sal.100:3, 1Co.6:19-20;
    Job 38:4)

  • 2. Tenemos una naturaleza pecaminosa que no
    podemos cambiar (Jer.13:23; Sal.39:5; Is.64:6). Si hay
    algo justo en nosotros, vino de Dios. Nada bueno sale de
    nosotros si no es de Dios (Ro.7:18-21).

  • 3. No tenemos habilidad o poder alguno salvo el
    que Dios nos da.  Toda  habilidad
    física, mental o espiritual, viene de Dios (Dt .8:18;
    1Co.4:7; Stg.l:17; Jn.3:27) El hombre no tiene habilidad en
    si mismo para hacer nada.

  • 4. No podemos controlar nuestro destino
    ó guiamos a nosotros mismos  (Jer.10:23;
    St.4:13-16; Ec.8:8). El hombre no puede controlar
    lo  que traerá el mañana, tampoco se
    entiende a si mismo, ni tiene
    las  respuestas  a  sus  verdaderas
    necesidades. No puede hacer cosa alguna sin la ayuda de Dios.
    Así que cuando el hombre es orgulloso, está
    engañado.   El Apóstol Pablo nos
    exhorta a no pensar de nosotros mismos más alto de lo
    debido, y a no ser sabios en nuestra propia opinión.
    El problema está en lo que estamos
    pensando.  Por
    naturaleza  tenemos  una
    mente  altiva  (Ro.12:2-3,16;  Pr.23:4;
    Gá.6:3; 1 Co.8:2).

Algunas características sobre la
persona orgullosa.

Los invito a que analicemos estas caracterícticas
que tienen las personas orgullosas con toda honestidad. Para
ello, pidamos en oración la ayuda al Espíritu Santo
para que nos illumine, nos de sabiduría y veracidad y, de
esta manera, reconocer si algunas de ellas están presentes
en nuestras vida. No busquemos justificaciones por nuestros actos
pues justificarse, es no reconocer nuestros errores, faltas y
pecados. Una institución cuyo deber es la defensa nacional
dice: "La justificación agrava la falta".

Un ejemplo de justificación sería: "si soy
orgulloso de mis logros en la vida, se debe a que con mucho
esfuerzo y perseverancia he logrado ser lo que soy y tener lo que
tengo. Este tipo de justificación es no reconocer que lo
que eres y tienes, -si bien es cierto ha sido con tu esfuerzo-,
no es menos cierto que se debe a las bendiciones que Dios te ha
dado para lograrlo. No reconocer que es Dios es el que te ha dado
ciertas capacidades, que te ha bendecido, simplemente es negar el
poder de Dios en tu vida.

  • EL ORGULLO hace que el hombre trate de
    aparentar ser algo que no son. El orgullo por lo tanto nos
    hace falsos e hipócritas.

  • EL ORGULLO debido a que nos hace tratar de
    aparentar lo que no somos, nos coloca bajo una tensión
    indebida. Cuando se está tenso, también se
    está agotado. Así que el orgullo nos consume
    emocionalmente y es el responsable de nuestro agotamiento y
    crisis nerviosas.

  • EL ORGULLO nos hace tener una alta
    opinión de nosotros mismos y ver inferiores a otros y
    sus opiniones. El orgullo puede ser muy descortés,
    mientras que una muestra de grandeza es la habilidad de
    recibir de otros, cualquiera  que  sea su
    nivel. El orgullo definitivamente empequeñece al ser
    humano.

  • EL ORGULLO es pretencioso y cree que tiene
    todas las respuestas, lo cual no es cierto. Debido al
    orgullo, la gente no escucha a otros, por lo tanto el orgullo
    es falta de sabiduría.

  • EL ORGULLO hace que el hombre albergue ideas
    muy elevadas de si mismo e induce a muchos a vivir
    en un mundo de sueños. ¡Nadie es tan grande como
    yo! o "¡Soy la respuesta a los problemas del mundo!"
    (Gá.6:3).

  • EL ORGULLO  puede estar  en el
    fondo de la timidez  o
    vergüenza.  Una persona tímida no se
    expondrá a ser vulnerable y con mucho cuidado se
    protegerá a si misma.  ¡Qué
    horrible si me equivoco, qué tremendo si me critican,
    se van a dar cuenta de como soy, me van a humillar! El
    orgullo es la raíz de ciertos temores. El orgullo
    protege arduamente al Yo. Jesús fue humilde,
    vulnerable y estuvo dispuesto a verse como un
    fracaso.

  • EL ORGULLO busca lo suyo propio y anhela la
    alabanza de los hombres. El orgullo lucha por tener un gran
    nombre, titulo propio y gran popularidad. El orgullo ama la
    publicidad y desea ser el centro de atención, y le
    preocupa más la opinión de los demás que
    la de Dios (Jn.5:44). El orgullo utiliza retóricas y
    palabras elevadas que la gente ordinaria desconoce y ni sabe
    pronunciar,  con el  fin de exaltarse a
    si mismo y sonar superior. Satanás es un intelectual
    complicado y así son los
    cristianos  orgullosos  (2Co.11:3).  Jesús  utilizó  las
    palabras más simples y sencillas cuando
    enseñaba.  Jesús nunca
    pretendió obtener  una reputación
    terrenal (Fil.2:5-8).

  • EL ORGULLO es la razón de una
    disposición violenta. La gente orgullosa tiene
    terribles arranques de cólera debido a que su ego es
    muy sensible y no consiguen lo que quieren. Con la ira viene
    la amargura, el resentimiento y muchos otros
    males.

  • EL ORGULLO es la razón principal de la
    falta de paz. Muchos conflictos cesan cuando el orgullo ha
    sido purgado.

  • Partes: 1, 2, 3, 4

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