Moda

El sarape mexicano tiene más que un secreto que contar. Esta es su historia

El origen de una de las piezas mexicanas más valoradas y reconocidas en todo el mundo por su fina elaboración y sus extraordinarios diseños que plasman la historia e identidad de nuestro país. 
ilustración de un sarape mexicano
Sarape mexicanoIlustración @nellaartt Antonella Andrade

El sarape es una prenda única, llena de pasión y cultura que ha acompañado a los mexicanos desde tiempos coloniales y ha sido utilizada por campesinos, hacendados, artesanos, charros, revolucionarios, generales e incluso artistas a lo largo de nuestra historia.

Algo que nos queda muy claro, es que, si vamos a hablar de prendas y trajes típicos mexicanos como el huipil, la guayabera, el reboso o el traje de charro, el sarape no puede quedarse fuera. Es una prenda que trae a México impregnado en cada una de sus fibras y todo en el, desde su historia, diseño y hasta su elaboración, tiene algo que contarnos…

Sombreros charros y sarapesJPecha

Sus orígenes

A pesar de que hoy en día, el sarape es considerado como una prenda de indumentaria 100 por ciento mexicana y es utilizado como decoración para la sala o cocina, esta originalmente, es una prenda traída por los españoles en el siglo XVI durante la conquista y era utilizada por la gente de campo y los hacendados. Además, ha pasado a ser una prenda representativa del traje de charro y la encontramos en personajes históricos, por ejemplo, Venustiano Carranza y Emiliano Zapata, así como en inspiración para artistas como Diego Rivera en su pintura cubista ‘El paisaje zapatista’ de 1915.

Aunque no se tiene una fecha exacta ni un lugar especifico de origen, el sarape ha dejado huella desde Totonicapán, Guatemala, hasta la región Río Grande de los hispanoamericanos de Nuevo México. Sin embargo, de acuerdo con Laura Lorena Neira García, directora del museo del sarape y trajes típicos de Saltillo, se estima que su origen se sitúa con los tlaxcaltecas que utilizaban el sarape para cubrirse del frio del desierto, y por este mismo motivo climático, es que el sarape es un tejido delgado que lo diferencia del cotón, el cual es 10 veces más grueso.

Recordemos que las culturas prehispánicas no contaban con utensilios de costura como tijeras y sus prendas solían ser piezas completas y en formas geométricas, por lo que el sarape nace siendo un rectángulo, sin aberturas por en medio como sería el poncho o el jorongo y su diseño es en líneas rectas o en zigzag, con un rombo en el centro, denominado diamante, que lo caracteriza.

Posteriormente, y de acuerdo con Lorena Neira, a finales del siglo XVI, el sarape llega a Saltillo y se populariza a causa de la feria que se celebraba cada septiembre en honor a San Mateo, en donde personas de todo el país y hasta del extranjero, llegaban para adquirir sarapes finos en un acto de trueque, lo cual le dio fama y se le nombro ‘saltillo’ a los sarapes de alta calidad y diseño único que se encontraban en esta celebración novohispana. 

loridambrosio

Su elaboración

De acuerdo Juan Rubén Tamayo, maestro artesano de la Escuela del Sarape ‘La favorita’, un sarape 100 por ciento saltillense, debe ser tejido en telar de pedal con hilo de lana, plata u oro y este debe estar teñido con colores naturales, como la grana cochinilla para los rojos y rosados, el palo de Brasil y el palo de Campeche para los tonos naranja, café y morado y diversas plantas como el cempasúchil para los amarillos.

 Aunque esta es la manera tradicional que ha pasado de generación en generación, también existe la posibilidad de teñir el hilo con anilinas, un compuesto orgánico que facilita y agiliza la producción del mismo.

Detrás de un diseño

‘Para mí, el sarape es un estilo de vida […] Mi día laboral empieza a las 5 de la mañana y puede terminar hasta las 7 – 8 de la noche, dependiendo la complejidad del trabajo. En un día completo puedo avanzar de 2 a 15 centímetros del sarape y así me la puedo pasar de 15 días a 8 meses […] Es por eso que cada vez que hago un sarape, estoy dejando una parte de mi y de mi alma en ellos’ comenta el maestro Tamayo.

Sin duda alguna, el sarape de Saltillo, ha sido el que ha sobresalido en el mundo por su colorido diseño que nace tras la llegada de los artesanos tlaxcaltecas a esta región para plasmar los escenarios desérticos e interpretar el encuentro entre el cielo, las flores y la tierra. 

Además de los colores, el maestro Tamayo nos cuenta que, el sarape está caracterizado por su diamante de 18 picos y las cenefas, que por lo general llevan dentro ‘la flor de la manita’, una planta medicinal del desierto representativa de la región que se utilizaba con fines medicinales.

Últimamente, los artesanos han renovado el diseño de sus sarapes para plasmar su identidad y con ello contar la historia de México. Es por ello, que no todos los sarapes cumplen estas normas de diseño y se han sustituido las flores y los diamantes con diferentes imágenes iconográficas que reflejan la cosmovisión de las distintas etnias que lo producen y que nos cuentan un poco de la historia de la que nuestros artesanos han trabajado arduamente por prevalecer.