¿Qué es la Nueva Ruta de la Seda china? - El Orden Mundial - EOM
EOM explica Geopolítica China

¿Qué es la Nueva Ruta de la Seda china?

Actualizado: 29 diciembre, 2022

La One Belt, One Road Initiative, conocida en castellano como Nueva Ruta de la Seda, es un proyecto internacional de infraestructuras que China lanzó en 2013 para conectarse e influir a nivel internacional
¿Qué es la Nueva Ruta de la Seda china?
La ruta de la seda en el este de China. Fuente: lwtt93 (Flickr)

La Nueva Ruta de la Seda china es un proyecto para conectar el país con Asia y el resto del mundo y ganar influencia económica y política a nivel global. Lanzado en 2013, también se le conoce como One Belt, One Road Initiative o Belt and Road Initiative y consiste en establecer dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima. 

Para desarrollar la ruta marítima, el Gobierno chino ha llevado a cabo grandes inversiones en países del Sudeste Asiático, el océano Índico, el este de África y algunos puntos de Europa. Las rutas terrestres conectan China con puertos de esas regiones y con otros países asiáticos y Europa a través de Asia Central. Una de ellas es la ruta ferroviaria entre la ciudad china de Yiwu y Madrid, de más de 13.000 kilómetros, la más larga del mundo. Dentro de la Nueva Ruta de la Seda, China también ha financiado la construcción de gasoductos y oleoductos en Rusia o Kazajistán. Además, el proyecto todavía está en fase de desarrollo y, aunque ya ha logrado un gran despliegue de infraestructuras, apunta a extenderse a otras regiones del mundo como América Latina, donde China gana cada vez más influencia.

La Nueva Ruta de la Seda, comercial y geopolítica

Con todo, la Nueva Ruta de la Seda no es solo un proyecto comercial, sino que se extiende a otros ámbitos de la política exterior. Un ejemplo es la base militar que China ha establecido en Yibuti, en el cuerno de África, para controlar el estrecho de Bab al Mandeb, de gran importancia estratégica en la ruta marítima. La dimensión financiera también juega un papel fundamental, ya que las enormes inversiones de Pekín han generado una deuda considerable con China en muchos países participantes. A su vez, los países de América Latina han encontrado en la Nueva Ruta de la Seda una oportunidad para salir de la influencia estadounidense e impulsar sus economías. Por su parte, China utiliza sus vínculos con países como Argentina o Brasil para estrechar lazos comerciales y desplazar a Estados Unidos del liderazgo de poder.

Por último, el proyecto jugará un papel importante en la exportación de la cultura china a través de la cooperación con otros países. Así, aunque originalmente la Nueva Ruta de la Seda estuviese orientada a ganar influencia en Asia, el proyecto ha acabado adoptando una dimensión tanto geopolítica como económica y cultural que le permite a China reforzar su presencia en todo el mundo.

Medioambiente y derechos humanos, los talones de Aquiles

Sin embargo, la Nueva Ruta de la Seda china también requiere un gran uso de recursos naturales, la destrucción de ecosistemas y grandes emisiones de gases de efecto invernadero. En 2019, se estimó que hacer realidad el sueño chino aumentaría 2,7 ºC la temperatura global, lo que superaría el máximo de 2 ºC establecido en el Acuerdo de París. Para aminorar las críticas contra China, el presidente Xi Jiping anunció en 2021 su apoyo a los países que desarrollen energía verde y prometió dejar de financiar proyectos que utilicen el carbón como combustible.


Por otro lado, se han registrado abusos en los países donde China ha invertido una gran cantidad de capital para impulsar la Nueva Ruta de la Seda. Por ejemplo, en Camboya, la construcción de una presa hidroeléctrica financiada por Pekín provocó en 2018 la inundación de la zona donde vivían pueblos indígenas y obligó el desplazamiento de 5.000 personas. Myanmar, Laos e Indonesia, también en el Sudeste Asiático, completan la lista de países donde se han denunciado abusos contra trabajadores.

Isabel Sebastiá

Castellón, 1998. Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Interesada en derechos humanos, cooperación y América Latina.