La palabra "chape" es un chilenismo, derivado del mapudungun (el idioma hablado por los mapuches). Y por obra y magia de algunas costumbres, pasó a formar parte del repertorio de dichos chilenos. "Chape" es simplemente una trenza, pero como dijimos, la palabra "chape" terminó reemplazando a la más castiza "trenza" en Chile.

Entre los indígenas existía la costumbre de que el ostentador de un cargo de autoridad, debía dejarse una larga y única cola de pelo atrás. Coincidió que los españoles, cuando conquistaron Chile, venían de Europa (los conquistadores no, se entiende, sino sus sucesores, en particular los gobernadores) usando un copete. Por lo tanto, la expresión "gente de chape" pasó a significar ser alguien de respeto, alguien encumbrado en la sociedad colonial. Como de costumbre, el respeto de la expresión se trocó en ironía: "chapetón" pasó a llamarse a los soldaditos españoles recién llegados al territorio chileno, y que por lo tanto pasaba sus buenos pesares adaptándose al territorio, al clima, y en particular a los nativos.

Aunque todos estos usos lingüísticos alrededor del chape hoy en día son arcaísmos, y quien se atreviera a usarlos haría hoy en día el más pavoroso de los ridículos, aún el chape sigue existiendo. Entre chilenos, una manera de decir a alguien que tiene ideas francamente erróneas sobre algo, o bien de frentón ser tonto, es decirle que "está enfermo del chape".

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