HEREDAD

v. Herencia, Parte, Porción
Gen 17:8 te daré .. toda la tierra de Canaán en h
Gen 31:14 ¿tenemos acaso parte o h en la casa de
Gen 48:4 daré esta tierra a tu .. por h perpetua
Exo 34:9 perdona nuestra .. y tómanos por tu h
Num 18:20 de la tierra de ellos no tendrás h, ni
Num 18:20 yo soy tu parte y tu h en medio de los
Num 26:53 a éstos se repartirá la tierra, en h por
Num 27:4 h entre los hermanos de nuestro padre
Num 32:22 esta tierra será vuestra en h delante
Num 36:9 no ande la h rodando de una tribu a otra
Deu 3:18 Jehová .. os ha dado esta tierra por h
Deu 9:29 ellos son tu pueblo y tu h, que sacaste de
Jos 14:1 hijos de Israel tomaron por h en la tierra
Rth 4:6 no puedo redimir .. no sea que dañe mi h
Job 20:29 la h que Dios le señala por su palabra
Psa 16:6 y es hermosa la h que me ha tocado
Psa 33:12 pueblo que él escogió como h para sí
Psa 37:18 y la h de ellos será para siempre
Psa 61:5 has dado la h de los que temen tu nombre
Psa 79:1 oh Dios, vinieron las naciones a tu h
Pro 8:21 hacer que los que me aman tengan su h
Isa 5:8 a casa, y añaden h a h hasta ocuparlo todo!
Isa 34:17 cordel; para siempre la tendrán por h
Isa 57:13 que en mí confía tendrá la tierra por h
Isa 58:14 te daré a comer la h de Jacob tu padre
Jer 3:19 os daré la .. la rica h de las naciones?
Jer 12:7 he dejado mi casa, desamparé mi h
Jer 32:7 cómprame mi h que está en Anatot
Lam 5:2 nuestra h has pasado a extraños, nuestras
Eze 47:13 que repartiréis la tierra por h entre las
Dan 12:13 y te levantarás para recibir tu h al fin
Zec 2:12 y Jehová poseerá a Judá su h en la tierra
Mat 5:5 porque ellos recibirán la tierra por h
Mat 21:38 matémosle, y apoderémonos de su h
Mar 12:7; Luk 20:14 matémosle, y la h será nuestra
Act 4:37 como tenía una h, la vendió y trajo el


Heredad (heb. generalmente najalâh; también gôrâl, jebel; gr. kl’ronomí­a, kleros; los 5 términos significan “propiedad hereditaria”, “herencia”). En el ámbito bí­blico, especialmente la propiedad asignada a las diversas tribus y familias israelitas cuando se establecieron en Canaán. La asignación de la tierra -designada por las palabras heb. jelêq (“parte”, Jos 15:13), jelqâh (“parcela”, 2Ki 9:26, LPD) o najalâh (“herencia”, Num 26:54, BJ)- debí­a permanecer en posesión permanente de la familia original, como un depósito de Jehová. No debí­a ser vendida (Lev 25:23), excepto en caso de una situación financiera extrema; y aun entonces, la venta era sólo temporaria, con el derecho de redención (vs 25-27) en cualquier momento, y con devolución obligatoria a la familia original el año del jubileo (vs 10, 28). Los principios guiadores para la transmisión de la propiedad ancestral incluí­an: 1. El heredero principal de la herencia era generalmente el hijo mayor, quien, por causa del derecho de la primogenitura,* recibí­a una porción doble de toda la riqueza de su padre. 2. Cuando no habí­a hijos varones, la herencia pasaba a las hijas, que mantení­an el tí­tulo de propiedad si se casaban dentro de su propia tribu (Num 27:8; 36:6-9). 3. Si no habí­a hijo ni hija, un pariente cercano podí­a asumir la herencia (27:9-11) con el derecho de redimir cualquier porción que se hubiera vendido temporariamente (Lev 25:25; cf Rth 4:3-9). Este pariente tení­a que someterse al levirato (Deu 25:5-10), ley por la cual se debí­a casar con la viuda y nombrar a su primer hijo como heredero legal y sucesor del fallecido (cf Rth 4:10). “Herencia” se usa también en expresiones figuradas y para expresar conceptos simbólicos. Por ejemplo, al pueblo de Dios se describió antiguamente como la “porción de Jehová” (Deu 32:9), o sencillamente “su heredad” (Psa 78:71). Y en el NT, Jesús se presentó a sí­ mismo como el heredero que vení­a a la propiedad de la familia que estaba en manos de labradores que la alquilaban (Mat 21:33-38). “Herencia” también se utiliza para describir el futuro hogar de los salvados (Col 3:24; 1Pe 1:4; etc.), y se habla de los seguidores de Cristo como de “herederos” (Gá. 3:29; Tit. 3:7; etc.) y “coherederos con Cristo” (Rom 8:17). El término hebreo para heredero es yôrêsh (del verbo yârash, “poseer”, “heredar”); en griego es kl’ronómos. Heredad del Lavador. Lugar donde los lavadores realizaban su oficio. Estaba fuera de Jerusalén, probablemente cerca de la fuente de Gihón, en el valle del Cedrón (2Ki 18:17; Isa 7:3; 36:2). Los lavadores necesitaban grandes cantidades de agua para su trabajo, y ésta no se podí­a conseguir fácilmente dentro de Jerusalén, que estaba prácticamente sobre colinas mucho más elevadas que el nivel del agua fuera de la ciudad; además, era deseable tener un establecimiento de este tipo a cierta distancia de ella por causa de los olores desagradables.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico