SELLO

Gen 38:18 ella respondió: Tu s, tu cordón, y tu
Rom 4:11 como s de la justicia de la fe que tuvo
1Co 9:2 el s de mi apostolado sois vosotros
2Ti 2:19 teniendo este s: Conoce el Señor a los
Rev 5:1 un libro escrito .. y sellado con siete s
Rev 6:1 vi cuando .. abrió uno de los s, y oí a
Rev 8:1 séptimo s, se hizo silencio en el cielo
Rev 9:4 los hombres que no tuviesen el s de Dios
Rev 20:3 encerró, y puso su s sobre él, para que


Sello (heb. jôthâm; gr. sfraguí­s). Instrumento que se usaba para imprimir una marca distintiva en arcilla, cera, etc., con el fin de indicar autenticidad, autoridad, seguridad de que algo estaba completo también inviolabilidad, ratificación, etc. Se los hací­a de metal, piedra, etc., y podí­a ser un anillo (fig 20) de forma cilí­ndrica (fig- 454) o cónica. Su dibujo o monograma, que podí­a incluir el nombre del dueño, era propiedad indiscutible de dicha persona (Exo 28:11; Est 8:8). Ya habí­a sellos en la era patriarcal, y en Palestina se han encontrado muchos de ellos a partir de esa época. A menudo formaban parte de un anillo* (Jer 22:24), o se los usaba unidos a un cordón que colgaba alrededor del cuello (Gen 38:18, BJ y DHH). Se los empleaba para sellar cartas, 1073 documentos oficiales, contratos, libros en forma de rollos, tumbas, etc. (1Ki 21:8; Est 8:10; Jer 32:9-14; Dan 12:4, 9; Mat 27:66; Rev 5:1 ). Cuando se endurecí­a la arcilla, o el material sobre el cual se aplicaba el sello (fig 455), una impresión intacta indicarí­a que el objeto sellado no habí­a sido violado. Las manijas de 3 jarrones de arcilla excavados en Bet semes y Tell Beit Mirsim (quizá Debir), llevan la impronta del sello: “Propiedad de Eliacim, mayordomo de Joaquí­n” (fig 184). Esto indicarí­a que Nabucodonosor no confiscó todas las pertenencias de Joaquí­n cuando lo llevó cautivo a Babilonia. En Laquis se descubrió un sello que dice: “Pertenece a Gedalí­as, administrador de la casa” (fig 212; Jer 40:9). Con respecto a otros sellos e impresiones de sellos, véase las figs 10, 23, 44, 50, 101, 102, 270, 277. 454. Sello de lapislázuli, dado por el rey Kirikiri a su hijo Bilalama, encontrado en Tell Asmar. A la derecha, la impresión del sello. A Daniel se le dijo: “Sella el libro hasta el tiempo del fin” (Dan 12:4); aparentemente esto significaba que no se lo entenderí­a hasta un tiempo determinado (cf Rev 10:4). La circuncisión de Abrahán era un “sello de la justicia de la fe” (Rom 4:11). El Espí­ritu Santo “sella” al creyente como la posesión adquirida de Dios (Eph 1:13, 14; cf 2 Tit 2:19). Cristo se refirió a sí­ mismo como señalado, o sea sellado por el Padre (Joh 6:27). En el Apocalipsis el sellamiento de los 144.000 “en sus frentes” (7:1-4) significa su aprobación por el cielo (14:1, 2). En el cp 5 se presenta un libro “sellado con siete sellos” el cual, una vez abierto, describe gráficamente ciertos acontecimientos de la lucha entre Cristo y Satanás (cf 6:1-8:1). Para mayor información acerca del significado de esos sellos, véase CBA 7:786-796. 455. Tableta cuneiforme de Amurru, con un sello hitita grabado con jeroglí­ficos, encontrado en Ras Shamra.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(heb., hotham, sello, tabb†™ath, anillo de sello, hatham, sellar; griego sphragizo, katasphragizomai, sellar).
1. Sentido lit. Es un objeto que porta un diseño o un nombre hecho de tal modo que puede impartir una impresión en relieve sobre una substancia blanda como arcilla o cera. Cuando la arcilla o cera se endurece, conserva permanentemente la impresión del sello.

Los sellos eran usados con varios propósitos:
( 1 ) Como una marca de autenticidad y autoridad para cartas, mandamientos de la realeza, etc. (1Ki 21:8; Est 3:12; Est 8:8, Est 8:10);
( 2 ) como una marca de una ratificación formal de una transacción o pacto (Neh 9:38; Neh 10:1; Jer 32:11-14);
( 3 ) como un medio de proteger libros y otros documentos de modo que no fuesen falsificados (Jer 32:14; Rev 5:2, Rev 5:5, Rev 5:9; Rev 6:1, Rev 6:3);
( 4 ) como una prueba de autoridad y poder delegado (Gen 41:42; Est 3:10; Est 8:2);
( 5 ) como un medio de sellar puertas cerradas de modo que se mantuviesen alejadas las personas no autorizadas (Dan 6:17; Mat 27:66; Rev 20:3); usualmente se estiraba una cuerda delante de ellas y entonces se sellaba la cuerda; y
( 6 ) como una marca oficial de propiedad, como, por ejemplo, sobre jarras con asas y con tapones.
2. Sentido figurado. Las Escrituras muchas veces usan el término metafóricamente para indicar autenticidad, confirmación, propiedad, evidencia o seguridad (Deu 32:34; Job 14:17; Dan 12:4, Dan 12:9; Rom 4:11; Rom 15:28; 1Co 9:2; Eph 1:13; Eph 4:30; Rev 5:1 ss.; Rev 7:2-4; Rev 10:4).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Utensilio para estampar en documentos un nombre o divisa (1Re 21:8, Jer 32:10-44, Gen 41:42, ] ob.14:17).

Sello del Espí­ritu Santo: Dios tiene un “sello” con el que marca a cada cristiano: Es el Espí­ritu Santo, Efe 1:13, Efe 4:30. es un sello que se nos imprime en el Bautismo, que asegura y autentiza: (2Co 1:22, 2Co 3:18, Efe 1:13, Jua 6:27).

zCómo puedes reconocer que tienes el Sello del espí­ritu Santo?: Es muy fáci: Si puedes decir con la boca y el corazón que “Jesúus es el Senor”, es que tienes el Sello del Espí­ritu Santo: (1Co 12:3), y si puedes proclamar con la boca y el corazón que Dios es tu Papá, tu Abba, es que tienes el Sello del Espí­ritu Santo: (Gal 4:6). así­ de fácil y grandioso es, ¡y así­ de claro!. es tan sencillamente maravilloso que se nos escapa de las manos: Si puedes decir “Jesús es el Senor” es que estás sellado con el Espí­ritu Santo, porque “nadie puede decir Jesús es el Senor sino en el Espí­ritu Santo”: (I Cor.12:3). Ver “Abba”.

Los 7 Sellos del Apocalipsis: Aquí­ la palabra “sello” se usa en el sentido de “cerrar, tapar, cubrir”: En Ap.S-6, el “rollo de la condenación de la humanidad” estaba cerrado con 7 sellos que nadie podí­a abrir, sólo el “Cordero de pie, como degollado” de Rev 5:5-6. ¡y el Cordero quitó los 7 sellos, redimiendo a la humanidad”.

Los 144.000 sellados de Ap. 7 y 14, es un numero grandí­simo, que nadie podí­a contar, de Rev 7:9. E1 “144.000”, es un numero simbólico que significa muchedumbre incontable, es 12x12x1000: (Ver “Números”).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Instrumento que se utilizaba para marcar una señal sobre una superficie de barro (†œ… como barro bajo el s.† [Job 38:14]) o de cera. La señal serví­a mayormente para identificar la propiedad o era una indicación de autoridad. Se poní­a un s. para marcar las vasijas de vino o aceite, así­ como en otros enseres. Esto se hací­a antes de poner el barro al fuego. Los s. eran, en su mayorí­a, en forma de anillo o de cilindros. Con el desarrollo de la escritura en la Mesopotamia, se usaban los s. para firmar documentos en tablillas cuneiformes. Los egipcios usaban s. sobre rollos de papiro.

Los s. se hací­an de distintos materiales, pero generalmente se utilizaban piedras semipreciosas en las cuales se hací­an incisiones con un taladro o un estilete. Al ordenar la confección de las dos piedras para las hombreras del sumo sacerdote, Dios dijo: †œDe obra de grabador en piedra, como grabaduras de s., harás grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel† (Exo 28:11). A los que tení­an forma cilí­ndrica se les hací­a una perforación en medio del cuerpo y a todo lo largo, por donde se pasaba un cordón, o una cadena, o un anillo. Generalmente se grababa en los s. escenas mitológicas y sí­mbolos cuyo estudio es muy útil a los arqueólogos para el estudio de las costumbres, el arte, etcétera.
lo general, como artí­culo de uso personal que era, llevaba el nombre de su dueño. Judá usaba un sello, probablemente en forma de anillo (Gen 38:18, Gen 38:25). Los reyes y altos funcionarios acostumbraban sellar sus documentos oficiales como señal de autenticidad. Jezabel †œescribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo† al ordenar la muerte de Nabot (1Re 21:8). Los edictos de Asuero eran sellados con su anillo (Est 3:12; Est 8:8, Est 8:10). Se poní­a un s. sobre ciertos documentos en la vida civil, como es el caso de la heredad adquirida por Jeremí­as (†œTomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre† [Jer 32:11]).
poner el s. sobre una cosa implicaba que el objeto estaba terminado y se indicaba quien era su dueño, en distintas ocasiones se utiliza el término como metáfora. †œTe pondré como anillo de sellar†, dijo Dios a Zorobabel (Age 2:23). El s. indicaba, además, autenticidad y propiedad. Así­, se dice que los creyentes han sido †œsellados con el Espí­ritu Santo de la promesa† (Efe 1:13). La presencia del Espí­ritu Santo, entonces, demuestra que realmente somos de Dios y que nuestra fe es auténtica. Se amarraba una carta o un rollo con una cinta o una cuerda pequeña que se cerraba con un sello de una manera que sólo el destinatario debí­a abrir. Por eso se habla de †œsellar la visión y la profecí­a† (Dan 9:24). En la visión de Juan aparece †œun libro escrito … sellado con siete sellos† (Apo 5:1) que el Cordero es el único que puede abrir (Apo 5:1-9; Apo 6:1-12; Apo 8:1).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, UTEN COSM

ver, ESPíRITU SANTO

vet, Sortija u objeto cilí­ndrico que llevaba el nombre de su propietario, o un diseño, y a veces ambos, grabados en el metal o en la piedra preciosa (Ex. 28:11; Est. 8:8). Los sellos babilónicos en forma de cilindro se remontan a una gran antigüedad, y los del tercer cuarto del siglo IV a.C. indican un desarrollo artí­stico destacable. Los sellos rectangulares y ovales desplazaron totalmente a los cilí­ndricos en Palestina a partir de la edad de hierro. El anillo de sello se llevaba en la mano derecha, o suspendido del cuello mediante un cordón (Gn. 38:18; Jer. 22:24). Las cartas y otros documentos se formalizaban mediante un sello (1 R. 21:8; Neh. 9:38; Est. 8:8; Jer. 32:10, 44; Jn. 6:27). La huella se marcaba por lo general en arcilla (Jb. 38:14). En Palestina se ha descubierto una cantidad considerable de sellos y de documentos llevando el nombre de sus propietarios, y datando de un perí­odo comprendido entre los siglos VIII y V a.C. Los cofres, jarras, sepulcros y lugares donde no se debí­a penetrar, recibí­an el sello de la autoridad correspondiente (Jb. 14:17; 41:6; Dn, 6:17; Mt. 27:66; Ap. 5:1). Nehemí­as y los suyos sellaron un pacto (Neh. 10:1). El creyente, al dar crédito a lo que Dios dice acerca del hombre y de la salvación que El ha provisto, virtualmente pone su sello (asiente al hecho) de que Dios es veraz (Jn. 3:33). “El fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos (la parte de Dios); y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (la parte del hombre)” (2 Ti. 2:19). Esta es una ilustración del doble sello girando sobre un pivote, del que se podí­an usar ambos lados. El rollo en Ap. 5 tení­a siete sellos, dispuestos de manera que al romper un sello se podí­a desenrollar una parte del rollo; así­, se van abriendo sucesivamente los sellos hasta que todo queda revelado. El hecho de sellar constituí­a un proceso legal mediante el que se confirmaba un acto de entrega o prohibición o reserva (cfr. Jer. 32:7-11). También se empleaban con frecuencia como testimonio y prueba de genuinidad. Esto puede ser de ayuda para comprender el concepto de sellamiento cuando se aplica a Cristo y a los cristianos. (a) El Señor Jesús habló de Sí­ mismo como habiendo sido sellado por Dios el Padre (Jn. 6:27), refiriéndose indudablemente al descenso del Espí­ritu Santo sobre El en Su bautismo. Así­, se dio testimonio de que El era el Hijo de Dios. (b) Los creyentes son sellados por el Espí­ritu para el dí­a de la redención, y el Espí­ritu es también las arras de la herencia (2 Co. 1:22; Ef. 4:30). El don del Espí­ritu es el sello. Ello no pudo ser así­ hasta que se llevó a cabo la obra de la redención, consiguiéndose así­ la justicia para los hombres. Pero el sello es ahora la marca distintiva de los que son de Dios. El concepto de sellado es distinto del de ser nacidos del Espí­ritu, así­ como del de ser conducidos por el Espí­ritu después de haberlo recibido. Sólo los creyentes reciben el sello, en virtud de su fe en el Salvador, que murió por ellos y que resucitó para su justificación. El sellado, basado en el perdón de los pecados, da la consciencia del beneficio conseguido por la fe. Hay varios incidentes en el libro de Hechos que arrojan luz sobre esto. En el dí­a de Pentecostés, después que Pedro hubiera proclamado la muerte, resurrección y exaltación de Cristo, los oyentes, compungidos de corazón, dijeron: “¿Qué haremos?” (Hch. 2:37). Pedro les contestó: “Arrepentí­os, y bautí­cese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espí­ritu Santo” (Hch. 2:38). Así­, cuando Pedro predicaba a Cornelio y a los que se habí­an reunido en su casa, mientras él estaba diciendo: “Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre… el Espí­ritu Santo cayó sobre todos los que oí­an el discurso” (Hch. 10:43, 44). En Ef. 1:13 se afirma que los gentiles, al creer en el evangelio de su salvación, fueron sellados con el Espí­ritu Santo de la promesa. (Véase ESPíRITU SANTO.) (c) Los ciento cuarenta y cuatro mil de las doce tribus de Israel mencionados en Ap. 7:3-8 serán sellados en sus frentes. Esta cantidad tipifica la integridad del remanente que quedará preservada para bendición a través de la gran tribulación, y quedan patentes como portadores del testimonio y de la marca del Dios viviente.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

En la antigüedad los sellos grabados por obreros especializados (Ex 28,11.36), con frecuencia en forma de escarabajo, se utilizaban en las casas como señal de propiedad. Los elegidos están marcados con un sello, que indica la pertenencia total a Dios (Ap 7,3-8; 9,4). Se usaba también como firma y rúbrica en los documentos escritos (Ap 5,1). Las tumbas solí­an ir selladas, por lo cual en la roca y en la piedra que tapaba el sepulcro se enganchaba una cuerda, cuyas extremidades se uní­an con cera o arcilla, donde se grababa el sello (Mt 27,66). Metafóricamente se dice que Dios marcó a Jesús con su sello (Jn 6,27), es decir, que su misión es auténtica, está acreditada por Dios; su sello atestigua la veracidad de Dios (Jn 3,33); el bautizado está también marcado con el sello del Espí­ritu (2 Cor 1,22).

E.M.N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Utensilio que serví­a para realizar una impresión, habitualmente sobre arcilla o cera, con la que se indicaba a quién pertenecí­a un objeto, se autorizaba un documento o se cerraba un acuerdo. En la antigüedad los sellos consistí­an en una pieza de material duro (piedra, marfil o madera) con letras o dibujos grabados en negativo. Estaban hechos de diversas formas, como, por ejemplo, conos, cubos, cilindros, escarabajos y cabezas de animales. (Con respecto a los anillos de sellar, véase ANILLO.) Los que tení­an forma cilí­ndrica por lo general medí­an entre 2 y 4 cm. de longitud. El cilindro tení­a grabada la superficie curva, y cuando se pasaba por la arcilla húmeda, producí­a una impresión continua en relieve. Los sellos en forma de cilindro solí­an estar agujereados de extremo a extremo, gracias a lo cual se podí­an suspender de una cuerda.
Entre los temas representados en los sellos egipcios y mesopotámicos se encuentran los sí­mbolos religiosos, plantas, animales y escenas cotidianas. En el sello babilonio †œLa tentación† (Museo Británico), se observa un árbol y un hombre sentado a un lado, y al otro, una mujer, detrás de la cual está una serpiente erguida. Los sellos por lo general llevaban el nombre y la posición de su propietario. Por ejemplo, un sello encontrado en Palestina dice: †œQue pertenece a Shema, el ministro de Jeroboam†. (Diccionario Bí­blico Arqueológico, de C. Pfeiffer, 1982, pág. 599.)
Las impresiones de sellos podí­an indicar propiedad o autenticidad y evitar que se violasen las cosas que estuviesen selladas, como documentos, bolsas, puertas y hasta tumbas. (Job 14:17; Da 6:17; Mt 27:66.) Cuando el profeta Jeremí­as compró un campo, se selló la copia de la escritura que llevaba las firmas de los testigos, pero la segunda copia se dejó sin sellar. Es posible que para sellarla se doblara, se le atara una cuerda y luego se le pusiera un pedazo de cera u otra sustancia blanda sobre la cuerda, haciendo una impresión sobre este material blando con un sello. Si con el tiempo surgí­a alguna pregunta en cuanto a la exactitud de la copia abierta, podí­a presentarse la escritura que se habí­a sellado delante de testigos. (Jer 32:10-14, 44.) La persona a la que se confiaba el sello del rey podí­a emitir decretos oficiales, marcándolos como auténticos con la impresión del sello. (1Re 21:8; Est 3:10, 12; 8:2, 8, 10.) El que una persona pusiera su sello en un documento significarí­a que aceptaba los términos contenidos en él. (Ne 9:38; 10:1.) Se han hallado numerosas asas de jarras antiguas con impresiones de sellos sobre ellas. Es posible que estas impresiones de sellos mostraran a quién pertenecí­an los jarros y su contenido, o quizás indicaran la cantidad o calidad del contenido.

Uso figurado. Los mismos usos de los sellos proveen la base para varias expresiones figurativas que se hallan en la Biblia. Se predijo que el Mesí­as †œ[imprimirí­a] un sello sobre visión y profeta†. Esto es así­ porque, al cumplir las profecí­as, el Mesí­as las marcarí­a como auténticas e inspiradas por Dios. (Da 9:24; compárese con Jn 3:33.) En el sentido de marca de posesión o propiedad, Abrahán recibió la circuncisión como un †œsello† de la justicia que tení­a. (Ro 4:11.) Como el apóstol Pablo habí­a ayudado a muchos cristianos corintios a hacerse creyentes, ellos fueron un sello que confirmaba la autenticidad de su apostolado. (1Co 9:1, 2.) Se dice que los cristianos del primer siglo fueron †œsellados† por medio de espí­ritu santo, que es una prenda anticipada de su herencia celestial. (Ef 1:13, 14; 4:30.) El sello significa que son posesión de Dios (2Co 1:21, 22) y muestra que verdaderamente están en ví­as de recibir la vida celestial. El libro de Revelación indica que la cantidad sellada finalmente es de 144.000. (Rev 7:2-4; 9:4.)
La Biblia habla de algo que está cerrado, escondido o secreto como si estuviera sellado. Los mensajes proféticos estaban †˜sellados†™ durante el tiempo que no se entendí­an. (Da 12:4, 9; Rev 5:1; 22:10; compárense con Isa 8:16; 29:11.) Y se dice que Jehová †˜pone un sello en derredor de las estrellas†™, queriendo decir, posiblemente, que las esconde de la vista con nubes. (Job 9:7.)

[Fotografí­a en la página 989]
Sello cilí­ndrico antiguo junto con su impronta en arcilla. Parte superior: adoradores junto a un árbol. Parte inferior: aves acuáticas

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. Sentido y uso del sello. El sello no es sólo una joya grabada con arte (Eclo 32,5s): es también un sí­mbolo de la persona (Gén 38,18) y de su autoridad (Gén 41,42; lMac 6. 15); así­ va con frecuencia fijo en un anillo, del que no se separa uno sino por motivo grave (Ag 2,23; cf. Jer 22,24). La oblea o nema sobre la que uno pone su sello atestigua que un objeto le pertenece (Dt 32,34), que una acción emana de él (lRe 21,8), que está prohibido el acceso a una de sus posesiones (Dan 14,10). El sello es, pues, como una firma; garantiza la validez de un.documento (Jer 32,10); indica también su fin (cf. Rom 15,28); a veces da un carácter secreto, como en el caso de un rollo sellado que nadie puede leer, salvo el que tiene derecho a romper el sello (Is 29,11).

2. El sello de Dios.

a) El sello de Dios es un sí­mbolo poético de su dominio sobre las criaturas y sobre la historia; puede sellar las estrellas (Job 9,7), en la noche obscura; sella el *libro de sus *designios (Ap 5,1-8,1), y nadie descifra su secreto, excepto el *cordero que los *cumple. Dios sella los pecados, en cuanto que les pone término, ya sean pecados individuales (Job 14,17) o colectivos (Dan 9,24); en este último caso sella al mismo tiempo la “*profecí­a”, es decir, le pone término realizándola (ibí­d.).

b) El simbolismo adquiere nuevo valor cuando Cristo se dice marcado con el sello de Dios, su Padre (Jn 6,27); en efecto, este sello del Padre sobre el Hijo del hombre no es sencillamente el poder que le da de realizar su obra (cf. Jn 5,32.36), sino también la consagración que lo hace *Hijo de Dios (Jn 10,36). En esta consagración participa el cristiano cuando lo marca Dios con su sello dándole el *Espí­ritu (2Cor 1,22; Ef 1,13s), don que es exigencia de fidelidad al Espí­ritu (Ef 4,30). Este sello es la marca de los servidores de Dios y su salvaguardia en el momento de la prueba escatológica (Ap 7,2-4; 9,4).

Gracias a él podrán mantener se fieles a las palabras divinas: éstas, en efecto, sellan la carta de fundación de la vida cristiana e invitan a los creyentes a ser *fieles a la gracia de la *elección (2Tim 2,19).

-> Cumplir – Bautismo – Espí­ritu.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

La palabra sello y sus formas relacionadas se encuentran alrededor de ochenta veces en la Biblia. El sustantivo «sello» es la traducción del hebreo ḥôṯām y el griego sfragis. Esta palabra es muy antigua, y se encuentra entre los pueblos de Egipto, Babilonia, Asiría, y los hebreos. Su uso bíblico más antiguo se encuentra en Gn. 38:18, 25. Esta palabra se usa en dos formas en la Biblia, una literal y otra figurada.

Literalmente el sello era una sustancia dura sobre la que se colocaba algún signo o figura. Sellos grabados cuidadosamente eran, por lo general, de cornalina, jaspe, ágata, ónice, roca cristalizada, lapislázuli, hematites y piedra caliza; mientras que el tipo más corriente que se encontraba en Palestina, era de caliza no dura o esteatita (Edith Porada en TCERK, Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, 1955). El sello se usaba para hacer una impresión en sustancias blandas tales como cera y arcilla. Algunos de estos sellos eran cilíndricos en forma; algunos se hacían en la forma de un cono; otros eran confeccionados como coleóptero de Egipto, y se los llamaban escarabajos. Estos eran muy comunes en Egipto y los usados durante el período de los Hiksos suplen al arqueólogo con valiosa información en cuanto a los hechos de la historia bíblica (J.P. Free, Archeology and Biblical History, Van Kampen Press, Wheaton, Illinois, 1950, p. 85). Los pequeños sellos, con frecuencia llamados sellos de impresión, son los más antiguos de las tres variedades. Se usaban para una gran variedad de propósitos tales como dar autoridad o autenticidad a las cartas y órdenes (1 R. 21:8; Neh. 9:38; Est. 8:2). Las puertas de los tiempos antiguos frecuentemente se cerraban y sellaban de la siguiente manera: se derramaba cera sobre una cuerda o cordón estirado a través de la puerta; cuando aún estaba blanda se le estampaba el sello (Dn. 6:17; Mt. 27:66).

El uso figurado de esta palabra a veces denota propiedad o responsabilidad (Ef. 1:13; 2 Ti. 2:19). También puede denotar cosas como seguridad (Ef. 4:30); autenticidad (Jn. 3:33); aislamiento o secreto (Dn. 12:4; Ap. 10:4); prueba de autenticidad (1 Co. 9:2).

BIBLIOGRAFÍA

J.P. Free, Archaeology and Biblical History, pp. 85–88; Edith Porada en TCERK.

Howard Z. Cleveland

TCERK The Twentieth Century Encyclopaedia of Religious Knowledge

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (566). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

El uso de un sello por los hombres de riqueza y posición fue común antes de la era cristiana. Era natural entonces que los altos funcionarios de la Iglesia adoptasen el hábito tan pronto como llegaron a ser social y políticamente importantes. Una alusión incidental en una de las cartas de San Agustín (217 a Victorino) nos permite conocer que él utilizó un sello. Esa práctica se extendió y parece que Clodoveo la dio por sentado en el comienzo de la época merovingia (Mon. Germ. Hist: Leg., II, 2). Más tarde los sínodos eclesiásticos requirieron que se le diesen cartas con el sello del obispo a los sacerdotes que por alguna razón abandonasen legalmente su propia diócesis; así se promulgó en Chalon-sur-Saone en el año 813. El Papa Nicolás I en el mismo siglo se queja de que los obispos de Reims y Dole le habían enviado sus cartas contra morem sin el sello (Jaffe, “Regesta”, nn. 2789, 2806, 2823).

Se puede asumir que desde esa fecha fue bastante generalizada la costumbre de los obispos de poseer sellos. Al principio sólo se usaban para sujetar el documento de la curiosidad impertinente y el sello se adjuntaba comúnmente a los lazos con los que se ataba. Cuando el destinatario abría la carta, necesariamente se rompía el sello. Más tarde, el sello sirvió como una autenticación y se pegaba a la cara del documento. Así, el documento sólo se consideraba válido siempre que tuviese el sello intacto. Pronto llegó a suceder a partir de este punto de vista que no sólo las personas reales como reyes y obispos, sino también todo tipo de persona jurídica, capítulos catedralicios, municipios, monasterios, etc., también requirieron un sello común para validar los actos que se ejecutaban en su nombre.

Durante la Alta Edad Media sellos de plomo, o más propiamente “bulas”), eran de uso común tanto en Oriente como en Occidente, pero excepto en el caso de la cancillería papal, estas autenticaciones en plomo pronto cayeron en desuso en la cristiandad occidental y se volvió una costumbre universal el hacer las impresiones en cera. En Inglaterra apenas ha sobrevivido cualquier sello de cera de fecha anterior a la conquista normanda. En la colección del Museo Británico los primeros sellos de obispo conservados son los de Guillermo de Saint Carileph, obispo de Durham (1081-1096) y de San Anselmo, arzobispo de Canterbury (1093-1109).

La importancia del sello como medio de autenticación requirió que cuando la autoridad pasaba a nuevas manos, había que destruir el sello viejo y hacer uno nuevo. Cuando el Papa muere, es el primer deber del cardenal camarlengo entrar en posesión del Anillo del Pescador, el sello papal, y asegurarse de que sea destruido. Una práctica similar prevaleció en la Edad Media y los historiadores la mencionan a menudo, ya que parece haber sido un asunto de cierta ceremonia. Así se nos dijo concisamente: “Murió en este año Robert de Insula, obispo de Durham Después de su entierro, su sello fue roto públicamente en presencia de todos por el maestro Robert Avenel.”. (Hist. Dunel. Scrip. Tres. P. 63). Mateo París ofrece una descripción similar de la ruptura del sello de Guillermo, abad de San Albano, en 1235.

Bibliografía: GIRY, Manuel de Diplomatique (Paris, 1894), 622-657; DEMAY, Inventaire des sceaux de la Normandie (Paris, 1881); BIRCH, Seals, Connoisseurs’ Library (1907); BIRCH, Catalogue of Seals in British Museum (London, 1887-99); D’ARCQ, Collection de Sceaux (3 vols., Paris, 1868).

Fuente: Thurston, Herbert. “Seal.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. 19 Dec. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/13649a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina

Fuente: Enciclopedia Católica