La catequesis

domingo 11 de marzo de 2012 | 2:00hs.
Si empezaron las clases, tiene que empezar también la Catequesis, para que los chicos aprendan también algo que va a ser muy importante para su vida, más aun que muchas de las cosas que aprenden en la escuela. Aunque yo quiero aclarar, de entrada, que la Catequesis no es una materia  más que hay que aprender. La catequesis no es una escuela, ni hay clases, ni maestros ni alumnos. El catequista no es un maestro, ni los chicos son sus alumnos. No me hablen de clases, que no las hay. Si acaso digan encuentros, o reuniones…  No hay exámenes, ni notas, ni guardapolvos o uniforme, ni… Porque no se trata tanto de ir a adquirir unos conocimientos. Esto sería más bien la cultura religiosa, que toda persona aunque no sea católico debiera tener, y que se lo tendrían que enseñar en la escuela, porque es parte de la historia de la humanidad. ¿Cómo una persona culta no va a saber quién fue Jesucristo, o incluso Buda, o Mahoma? Esto es cultura general. Pero la Catequesis es otra cosa.
En la Catequesis se trata no sólo de conocer a Jesús, sino de aprender a quererlo y seguirle a Él. Vivir como Él nos enseñó. Por esto no puede ser un conocimiento frío, sólo intelectual, de algunas verdades, sino algo vivencial. Y para ello, claro está, es fundamental el testimonio del catequista, porque nadie puede dar lo que no tiene.
La Catequesis no es tampoco, como muchos creen, unos cursos para prepararse a recibir la Primera Comunión o la Confirmación. ¿Cómo es esto? Sí, señor, venimos a la Catequesis no tanto para recibir un Sacramento sino para aprender a vivir como cristianos. A quererle a Jesús y saber como hemos de tratar al prójimo. Y… cuando entendemos esto, decimos que estamos preparados para recibirle a Jesús en nuestro corazón, que esto es la Primera Comunión, y no el traje o vestido, y la foto y los regalos. Y cuando ya estamos un poco maduritos como para tomar un compromiso de vivir como cristianos, ya podemos recibir la Confirmación; que es una Gracia, -presencia-, del Espíritu Santo, que nos ayuda para cumplirlo. Nos dará más fuerza para vencer las tentaciones y obstáculos con que nos vamos a encontrar en la vida.
Si no lo entendemos así, estamos condenados al fracaso. Estos niños que toman la Primera Comunión en una linda fiestita, o la Confirmación y no los vemos más en la Iglesia. Se ve que no entendieron nada. De balde vinieron durante dos años a los encuentros de Catequesis. Porque la Primera Comunión no es una fiestita o algo que hay que hacer. -¿Todavía no tomaste la Comunión?-, sino que “Primera” lo que significa es que ese día comenzó a recibirle a Jesús. Que le prometió ser su amigo. Y si soy su amigo, voy a procurar, al menos una vez a la semana ir a visitarle. Y por esto voy a comulgar, (=recibirle) cada domingo.
Si no voy nunca a comulgar, y a confesarme de vez en cuando, ¿para qué quiero otro Sacramento, si no aprovecho estos dos que ya tengo?  La Confirmación debería ser para aquellos que quieren tomarse en serio esto de ser cristianos. Si no, la verdad que es poco lo que les sirve. ¡Porque la Gracia de Dios es grande! Pero si nosotros no colaboramos aunque sea un poco…  Dios no le obliga a nadie. Somos nosotros los que necesitamos de Él. De modo que, papás, anímense y apúrense un poco para anotar a sus chicos en la Catequesis, (si es que ellos quieren). Y ustedes a acompañarles!

Joaquín Piña Batllevell
Obispo Emérito de Iguazú