sien


También se encuentra en: Sinónimos.

sien

s. f. ANATOMÍA Cada una de las dos partes laterales de la cabeza, comprendidas entre la frente, la oreja y la mejilla. templa
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

sien

 
f. anat. Cada una de las dos partes laterales de la cabeza, comprendidas entre la frente, la oreja y la mejilla.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

sien

('sjen)
sustantivo femenino
anatomía parte de la cara de las personas comprendida entre la frente, la oreja y la mejilla Se frotaba las sienes para relajarse.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

sien

temple

sien

tempe

sien

slaap

sien

tempia

sien

templo

sien

معبد

sien

Храм

sien

Chrám

sien

sien

사원

sien

วัด

sien

SF (Anat) → temple
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

sien

f. temple, the flattened lateral region on either side of the head.
Spanish-English Medical Dictionary © Farlex 2012

sien

f (anat) temple
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
Ejemplos ?
Él mismo se lo había repetido diez veces... Y el día avanzaba, y el enfermo creía oír el feliz ruido de las tazas, entre las pulsaciones profundas de su sien de plomo.
Lo recuerdo con toda nitidez. Y era yo quien había recibido la bala en la sien. Estoy completamente seguro de que quise dirigir el arma contra Duncan.
Se trata de un hombre acusado criminal- mente, preso, secuestrados sus bienes, consumidos más de mil ducados de ellos, y atormentado cuatro veces en el potro, sien- do el cuerpo del delito una fábula de la Mitología.
Aún pudo muy débilmente percibir el resplandor que iluminaba el espacio al huir la aparición; aún en su mente asombrada un momento se pintó de su bella Valentina la purísima ilusión; y aun su sien calenturienta ligeramente oreó al elevarse en los aires con sus alas de crespón.
Pero, en el propio juicio de su ilustrado autor esta aceptación no es definitiva.” "Relata también el señor Chávez González en su importante versión que el nombre del Río del Macho, que hasta hace pocos años corría al norte de la Ciudad, sien pudo ser "machín"...
En cambio, a lo mejor, tendidos en la umbría, una hoja vaga que se desprende de la fronda nos roza la sien y produce en nosotros un misterioso estremecimiento, en que nos parece barruntar un suceso inmenso que en aquel instante está ocurriendo, tan grande y universal que no tiene límites, que no tiene forma, que no puede ser definido ni nombrado, y del que la hoja caediza es sólo un humilde nuncio o infinitesimal síntoma.
Sia embargo el juzgado, privatívo de la Legion podrá tomar conocimiento de los mismos delitos por lo relativo á ella, es decir en casos y en materia de honor, pues á ella toca juzgar si los delitos son tales que induzcan deshonor ó infamia, y hagan al delinquente indigno de continuar sien lo miembro de una corporacion obligada por su instituto á mantener y aumentar el honor con acciones loables, y virtuosas.
En su labio risueño Yo contemplé mi amor con ufanía; Ella me amaba un día, Yo la llamé mi dueño… Reclinado en su seno Sentía yo su mano dulcemente Resbalar por mi frente, De orgullo el pecho lleno. Y la impresión ligera Sentí que por mi sien acalorada Hacía perfumada Su negra cabellera.
La sien sobre la mano, Sobre la yerba el codo Permanecia inmovil, de tal modo Que alguno la juzgara fácilmente De acertado escultor obra escelente Trasunto de un modelo soberano.
Y tal vez en tu ventana, Ceñida la sien de flores, Verás nuevos amadores Venir de tierra lejana: Y en cansado palafrén, Mal vestido el roto acero, Vendrá algún aventurero Á darte obsequio también; Mientras yó, el primer amante, En esta arena distante, Lloro mi bella inconstante, Lloro mi perdido amor… Tus caricias quqe pasaron Como cierzos que bramaron, Como soles que secaron Una solitaria flor.
Era Fray Ambrosio y el verle no dejó de regocijarme. Adelantóse haciendo sonar las espuelas, y con la diestra en la sien para contener un tanto el temblor de la cabeza.
Que nunca pesen menos tu fe y tu honor que el oro: que no orlen los diamantes, sino el pudor, tu sien: que tengas en tu casa las llaves del decoro; que seas en tu raza de la vejez sostén.