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Sony me prestó un tocadiscos Bluetooth y ahora soy 250 euros más pobre, pero mucho más feliz

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Imagen para el artículo titulado Sony me prestó un tocadiscos Bluetooth y ahora soy 250 euros más pobre, pero mucho más feliz
Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)

Hace una semana me llamaron de Sony para preguntarme si quería probar su nuevo tocadiscos Bluetooth, el PS-LX310BT. —No te preocupes— Me dijeron —Te mandamos un disco también por si no tienes ningún vinilo en casa— Ya tengo tres, y mi mujer me mira de reojo con preocupación.

En casa de mis padres siempre hubo tocadiscos, y debo confesar que siempre quise tener propio, pero no soy uno de esos defensores a ultranza del sonido de los vinilos. Simplemente me gustan, pero nunca hasta ahora había tomado la decisión de empezar una colección. El Sony PS-LX310BT lo ha hecho por mí.

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Solo tengo dos razones para querer coleccionar vinilos. La primera es que me hace feliz desde un punto de vista existencial. Esto es algo absolutamente personal y soy consciente de que no todo el mundo tiene por qué compartirlo. Soy un nostálgico y me encanta la estética retro de los vinilos, pero también me relaja el ritual de poner un disco en vinilo. Pasar un rato escogiendo el álbum. Sacar amorosamente el disco de su funda y soplar el polvo. Saber que apenas vas a escuchar 25 minutos o media hora de música antes de que tengas que darle la vuelta. Hay algo de meditación en esa liturgia, un gesto disociativo de parar el mundo por unos segundos y disfrutar del acto consciente y deliberado de elegir la música que vas a escuchar más allá de hacer doble click en una aséptica lista de reproducción. Sí, lo sé, suena a una de esas mierdas inspiracionales, pero es que el mundo de los vinilos tiene un fuerte componente emocional.

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Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)
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Obviamente, no puedo defender los vinilos frente a la cruda utilidad y conveniencia de un servicio de Streaming. No voy a cancelar mi suscripción a Spotify por tener un tocadiscos. Spotify me ayuda a poner música de fondo cuando trabajo, a elegir pulcramente los temas que quiero escuchar, a tener listas propias, a descubrir nuevos artistas y a reproducir música desde el móvil cuando estoy fuera de casa. Eso es absolutamente insustituible para mí, pero poner el Kind of Blue de Miles Davis en un vinilo y sentarte en el sofá con una copa de vino y unos tacos de queso después de un día de absoluta mierda es... otro rollo.

La segunda razón se resume en una frase que escribió nuestro colega Mario Aguilar en un artículo para esta misma casa hace cinco años. El artículo lleva por título Por qué los vinilos son todavía la mejor forma de comprar música, y sigue perfectamente vigente. La frase es:

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Coleccionar vinilos tiene mucho de legado, de enseñar a las nuevas generaciones a amar la música pausadamente. Uno no compra un vinilo a menos que sea un álbum realmente especial, sea porque es una obra maestra o porque lo escuchaste hasta la extenuación cuando eras joven y le tienes cariño. Eso convierte la colección de música en vinilo de una persona en una ventana a su vida y a su carácter.

He perdido la cuenta de las veces que escuché Dookie de Green Day a los 19. Hoy ha vuelto a mis manos.
He perdido la cuenta de las veces que escuché Dookie de Green Day a los 19. Hoy ha vuelto a mis manos.
Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)
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Por experiencia sé que las colecciones de vinilos de nuestros padres o abuelos suelen acabar regalándose o en un mercadillo. No es algo que apruebe, pero ¡Hey! La ignorancia de algunos alimenta mercadillos llenos de discos en oferta. No voy a quejarme por ello. Las nuevas generaciones tienen la libertad de hacer lo que les plazca con el legado de sus mayores, aunque sea desde la más horrenda ignorancia. Los mayores (yo ya voy para ese club) tenemos la responsabilidad de dejar un legado para que los jóvenes dispongan de él y tratar de inculcarles su valor. Puede que no nos hagan ni caso, pero mientras tanto pienso disfrutar de ese legado.

Tocadiscos todo incluído

Pero centrémonos. Esto iba a ser un análisis del Sony PS-LX310BT. Decía arriba que los cabrones de Sony me han hecho 250 euros más pobre y no lo decía en broma. La unidad que tengo es de préstamo. En un par de semanas se la llevarán, y cuando lo hagan ya se que invertiré 220 euros en comprar uno propio. Los otros 30 euros es lo que me he gastado en vinilos en la primera semana. Algo me dice que no serán los últimos. Después de esta frase ya puedes imaginar que el tocadiscos me ha encantado. Intentaré explicar brevemente por qué.

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El PS-LX310BT no es el mejor tocadiscos del mercado ni de lejos. Es un buen equipo y suena estupendamente, pero es que hablamos de un mercado para audiófilos en el que la media de un Audio Technica o un Marantz de calidad ronda los 300-400 euros, y en el que hay modelos como el Cambridge Audio Alva TT que cuestan 1.700. El 310BT no compite en esas ligas.

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Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)
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No, la apuesta de Sony con este modelo es una mezcla de precio y conveniencia. Con el PS-LX310BT no necesitas un complejo sistema de alta fidelidad con amplificador y altavoces repartidos por la habitación. Si lo tienes puedes conectarlo mediante cable RCA, por supuesto, pero lo bueno es que para disfrutar de este equipo basta con un altavoz o unos simples auriculares Bluetooth.

Muchos audiófilos escucharán Bluetooth y se llevarán las manos a la cabeza pero sí, Bluetooth. ¿Por qué no? Todo el mundo tiene algún equipo de audio con esa conexión en casa. Crear un tocadiscos con esa conexión es abrir la puerta del mundo de los vinilos a miles de personas que, como yo, no quieren gastarse un pastizal en un tocadiscos porque implica gastarse otro pastizal en un amplificador, y en unos altavoces... y mire no, gracias. Son demasiadas cosas a la vez.

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Instalación y conexiones

Instalar el equipo es tan sencillo como buscarle un rincón tranquilo, enchufarlo, poner el plato de aluminio y pasar la goma por el motor (el plato incluye una pequeña cinta adhesiva para hacerlo con más comodidad. No lleva más de 15 minutos y no requiere de más conocimientos que saber leer las instrucciones.

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El manejo del tocadiscos es igualmente simple. No hay muchos botones que tocar. El de Start sirve para que el disco comience a girar y la aguja descienda automáticamente. Hay un interruptor para elegir entre 33 o 45 revoluciones, y otro para elegir el diámetro del disco. El botón Up/Down se usa para levantar la aguja sin peligro de rayar el disco en el caso de que queramos pasar a otra canción. Simplemente subimos el brazo pulsando el botón, lo movemos a donde queramos saltar, y volvemos a pulsarlo. Más analógico imposible.

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En la parte posterior tan solo encontramos el botón de encendido y dos interruptores, uno para elegir entre salida Phone o auxiliar, y otro para la ganancia. Las conexiones del PS-LX310BT se limitan a un doble RCA en el caso de que queramos conectarlo a nuestro equipo de música y al mencionado Bluetooth. El equipo no tiene conexión USB, lo que lo invalida si lo que buscas es un tocadiscos para digitalizar la vieja colección de vinilos del abuelo. El modelo de Sony con USB es el PS-LX300USB.

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Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)
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La conexión Bluetooth del tocadiscos roza la tecnomagia. Simplemente hay que encender el dispositivo que queramos enlazar, ponerlo en modo emparejamiento y pulsar el botón del tocadiscos. Si la luz se pone azul, es que se ha conectado con éxito. Si no se conecta o apagamos el altavoz pasa a naranja. El tocadiscos recuerda hasta ocho dispositivos, pero solo se puede conectar a uno cada vez. El resto deben permanecer apagados si no queremos que el equipo se líe.

Calidad de sonido

Tenía franca curiosidad por saber hasta qué punto el Sony PS-LX310BT ofrece buena calidad de sonido vía Bluettoth. Por fortuna probarlo era sencillo, porque mi viejo altavoz de torre tiene entrada RCA y también Bluetooth. He sido incapaz de notar diferencia escuchando la misma canción por RCA o por Bluetooth. Después probé a escuchar el mismo tema por bluetooth desde el PS-LX310BT y desde un móvil con Spotify en calidad alta. El vinilo se escucha más limpio y no faltan los eventuales chasquidos producto de la aguja rozando una mota de polvo. Es parte de su encanto.

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Foto: Carlos Zahumenszky (Gizmodo en Español)

Un tocadiscos perfecto para iniciarse

El Sony PS-LX310BT probablemente no es el tocadiscos que estás buscando si ya tienes un equipo de alta fidelidad al que quieres añadir un módulo para vinilos. Sin embargo, es perfecto para iniciarse en el coleccionismo de vinilos o para alguien que acaba de heredar una amplia colección y no sabe muy bien qué hacer con ella. Es asequible, y solo necesitas un altavoz o unos buenos audífonos Bluetooth para disfrutarlo. Por delante te queda un largo y maravilloso camino repleto de mercadillos, ferias de coleccionismo, accesorios de limpieza, puñaladas a la cuenta corriente y miradas torvas de tu pareja (recomiendo comprar vinilos para ella también).

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Para terminar, una nota sobre el precio. El PS-LX310BT es uno de esos equipos que puedes encontrar a precios muy diferentes. En Amazon España cuesta 246 euros e incluye un pequeño altavoz inalámbrico Sony. En Amazon Estados Unidos el precio baja a 178 dólares, y lo he visto (sin altavoz de regalo) por alrededor de 200. Vale la pena darse una vuelta por diferentes tiendas para ahorrarnos unos euros con los que añadir los primeros álbumes a la colección.