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Al ritmo de la murga
"La Bufona Carpocapsa" contagia alegría. .Tiene más de 80 integrantes de entre 2 y 70 años.

"La Murga es conceptualmente un natural medio de comunicación, trasmite la canción del barrio, recoge la poesía de la calle, canta los pensamientos del asfalto. Es una forma expresiva que trasunta el lenguaje popular, con una veta de rebeldía y romanticismo.

"La Murga, esencia del sentir ciudadano, conforma una verdadera autocaricatura de la sociedad, por donde desfilan identificados y reconocidos, los acontecimientos salientes, lo que la gente ve, oye, y dice, tomados en chanza y en su aspecto insólito, jocoso y sin concesiones, y si la situación lo requiere, mostrará la dureza conceptual de su crítica, que es su verdadera esencia. El contexto del libreto, así como la crítica social tendrán un nítido sentido del ingenio, picardía y autenticidad.

"Distingue a la Murga la mímica, la pantomima, la vivacidad, el movimiento, el contraste, la informalidad escénica y lo grotesco. Sus textos estarán apoyados por música popularmente conocida o inédita, teniendo la posibilidad de realizar su propia música si así lo quisiera".

El fragmento anterior pertenece al artículo 71 del Reglamento Municipal del Carnaval de la ciudad de Montevideo.

Eso es la murga. Y en Cipolletti "La Bufona Carpocapsa" no tiene nada que envidiarle a las otras murgas de la región y del país. Está constituida por más de 80 integrantes de todas las edades y funciona desde 2006 en el ámbito de los talleres municipales. La murga reúne a todas las clases sociales y tiene integrantes de todos los barrios de la ciudad. "Hasta chicos de la universidad llegaron para hacer su pasantía y decidieron quedarse con nosotros", cuenta Cintia (19). una de las coordinadoras de los talleres.

Al ruido de los tambores los murgueros de Cipolletti ensayan todos los sábados en el club San Martín. Ya se sienten parte de la institución. "Somos como las mascotas de la gente del San Martín", dice el Chino Berrud, al frente del grupo de trabajo desde sus inicios.

También la murga llega a los barrios y en la semana el colorido ritmo murguero llega hasta el corazón del Anai Mapu, de las 300 Viviendas y del barrio La Paz llevando alegría a todos sus habitantes. "Dicen que la murga son las vacaciones de los pobres y como los talleres funcionan desde abril, en el verano no descansamos y nos instalamos todas las tardes en el Parque Meteorológico", cuenta otro integrante.

La Bufona Carpocapsa reúne a chicos desde los dos años hasta gente que tiene más de 70. En el San Martín se dividen en grupos por edades y ensayan hasta el cansancio. Muchos esperan que llegue el fin de semana para dar el presente ante todos sus compañeros murgueros y descargar las energías bailando.

La idea es que el grupo crezca y que sostenga esa identidad que ha ido conformando. Los integrantes del grupo no sólo se reúnen para danzar sino que también coordinan actividades para juntar fondos y poder viajar a encuentros y participar de cursos de capacitación. "Actuamos en cumpleaños, vendemos fideos, empanadas, siempre tenemos algo para hacer", dice el Chino con entusiasmo. Los silbatos recorren las instalaciones del club San Martín, el sonido de los bombos y redoblantes retumba en todas las paredes, las chicas y chicos bailan al ritmo de la música y la murga se constituye en una fuerza viva que lleva alegría y color a todos los habitantes de la ciudad. Eso es La Bufona Carpocapsa.



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