La Restauración Monárquica (1815 -1848)

El Congreso de Viena, por Jean-Baptiste Isabey, 1819.

(Cuadro “El Congreso de Viena”, por Jean-Baptiste Isabey1819.)

La restauración  monárquica es un proceso que se inicia  después de la derrota de Napoleón[1], donde los países vencedores convocaron el Congreso de Viena para decidir la repartición de los territorios anexionados durante la era napoleónica y  a su vez, restablecer las monarquías absolutas.

Durante el mes de septiembre de 1814 se convocó un congreso en Viena, que  duraría 10 meses para decidir  como Europa se iba a reordenar después de la guerra. En el tránsito de este congreso, Napoleón sería derrotado definitivamente en la batalla de  Waterloo en 1815 por las fuerzas opositoras a su imperio. Prusia, Austria, Rusia y Gran Bretaña lograron detener el feroz avance que implicaba este enemigo común, poniéndole fin a las aspiraciones de Francia por su  predominio en Europa.

El congreso de Viena tenía por objetivos dos puntos, la legitimidad y el equilibro del poder. En cuanto al primero la legitimidad se refería al  derecho hereditario de los monarcas a gobernar, apelando al derecho divino estos defendían las bases del antiguo régimen absolutista. El pensamiento conservador de los monarcas era en rechazo a los que ellos llamaban ilegítimos a los gobiernos instaurados por la fuerza en base al liberalismo político. Estos principios nacidos de la  revolución francesa y que habían desplazado el gobierno absoluto de los reyes.

La legitimidad fue por lo tanto, el principio base para la restitución de los reyes a sus tronos depuestos por Napoleón. Entre algunos reyes  que volvieron al poder de sus reinos están,  Fernando VII en  España cautivo durante la ocupación francesa.  En el caso de la  derrotada Francia, se buscó al pariente más cercano a la familia real Borbónica,  a  Luis Estanislao Javier  hermano de Luis XVI guillotinado durante la etapa de la convención,  quien se proclamo rey de Francia con el Título de Luis XVIII.

El segundo objetivo del Congreso de Viena, el equilibrio del poder, los países reunidos en el congreso sabían que no podían volver a ser sometidos por una potencia militar mayor. Por eso  se buscaban mediante acuerdos diplomáticos y no por la guerra  lograr establecer un orden y paz en los territorios de toda  Europa,  siendo este un factor común  a perseguir por todas la potencias. No obstante,  Henry Kissinger en su obra la diplomacia afirma:

     Paradójicamente, este orden internacional, que fue creado en nombre del equilibrio del poder más explícitamente que ninguno anterior o posterior, era el que menos dependía del poder para mantenerse. Este singular estado de  cosas  ocurrió en parte porque el equilibrio estaba  tan bien planeado que sólo podía ser roto por un esfuerzo  de magnitud excesiva. Pero la razón más importante fue que los países del continente europeo se encontraban unidos por un sentido de valores compartidos. No solo había  equilibrio físico, sino moral. El poder y la justicia se encontraron en sustancial armonía[2]

Santa-Alianza

(arriba, imagen de Los Monarcas que integraron la Santa Alianza, a la izquierda,El zar Alejandro I de Rusia, en el centro, el rey Federico guillermo III de Prusia y a la derecha al final, el emperador Francisco I  de Austria)

Uno de los grandes logros que se dan en los acuerdos del congreso de Viena es  una paz de casi un siglo que evita que ocurra un enfrentamiento directo entre  las naciones. Los otros objetivos, estaban el de lograr una apoyo mutuo entre los monarcas y también, las de aplastar  el legado revolucionario y todo lo que se había alcanzado con él.

El equilibrio del poder  se manifestó  en el reparto de los territorios   por parte de las potencias  que salieron victoriosas de la guerra contra Napoleón.  Entre las potencias que se  hicieron partícipes del congreso precedido por el canciller austriaco, Von Metternich  están también Francisco I por Austria, el Zar Alejandro I por Rusia,  Federico Guillermo III Por Prusia. En representación del gobierno Británico el Lord Castlereagh y finalmente, en representación de Francia  el ministro Talleyrand .Este hecho marco una nueva e importante configuración territorial en el mapa europeo.

La restauración del absolutismo monárquico fue vista por parte de los  opositores a este régimen  un hecho  nefasto y de rechazo.  La soberanía popular principio basado en gobernarse  libremente por los pueblos,  se veía aplastado por el regreso de la monarquía absoluta. En rechazo a esto, los liberales provocaron un doble movimiento marcado por un fuerte sentimiento nacional y liberal donde apelaba la existencia de gobiernos constitucionales.

Los soberanos en vista de este movimiento liberal,  lanzaron contra ella  una lucha común  entre los monarcas  estableciendo una alianza militar, la Santa alianza.  Esta  era una verdadera sociedad de reyes donde al principio se mantenía un fuerte sentimiento religioso  a través del zar de Rusia, Alejandro I. Este  proponía una verdadera unión  fraternal cristiana entre los pueblos reinantes. Esta idea se menciona en el artículo primero del acta de la santa alianza   que señala:

“En conformidad con las palabras de las Santas escrituras, que ordenan a todos los hombres considerarse como hermanos, los tres monarcas contratantes quedan unidos por los lazos de una fraternidad verdadera e indisoluble y considerándose como compatriotas, se prestarán en toda ocasión  y en todo lugar asistencia, ayuda y socorro;  mirando a sus súbditos y ejércitos como padres de familia, los dirigirán en el mismo espíritu de fraternidad de que están animados para proteger la religión, la paz y la justicia”[3]

        Sin embargo, con la influencia del canciller de Austria, Metternich, la Santa alianza se convirtió en una herramienta eficaz para combatir las amenazas revolucionarias.  Esto impidió que se alzaran contra cualquier reino, para eso estableció  que los soberanos se reunieran cada cierto tiempo para acordar decisiones y organizarse. A esta forma se le conoció como el sistema Metternich, donde un gobierno absoluto que se viera amenazado por una revolución de corte liberal, recibiera un apoyo de intervención militar de inmediato por parte de los demás soberanos para aplastar tal revolución. Es así que en 1815 firman los reinos de Austria, Rusia y Prusia, como al mismo tiempo lo hacia  Francia a la cual no se le dejo fuera para mantenerla a raya y evitar que volviera a transformase en una amenaza, también se agregó al tratado España.

Finalmente  los acuerdos establecidos en el congreso de Viena son cuestionados cuando comienza a  desarrollarse fuertes  movimientos revolucionarios quienes  marcados por los ideales del liberalismo y el nacionalismo[4]. Se opondrán a los gobiernos despóticos.  Las primeras se darán  entre los años  de 1820 y  1930 consideradas Alzamientos liberales y nacionalistas, apaciguados rápidamente por el actuar de la Santa alianza. Sin embargo, no se pudo contener por mucho tiempo las aspiraciones liberales de aquellos grupos. Por otro lado la revolución de 1848 Pondrá fin a las  aspiraciones de los reyes en la restauración  basada en los principios Monárquicos absolutista.

En esta revolución  se logra obligar a varios soberanos adoptar monarquías constitucionales o parlamentarias, con la  aprobación del sufragio universal. Las únicas que se mantendrán al margen,  será la lejana Rusia con las políticas zaristas  hasta la revolución Rusa en 1917 y por otra parte Inglaterra.

Si bien, en  los primeros años la Santa alianza mediante el sistema Metternich logró operar exitosamente, el legado de la revolución francesa  pudo extenderse por toda Europa gracias  al expansionismo militar  durante la era napoleónica. Lo anterior permitió hacer un cambio de mentalidad en la sociedad quienes vieron en el liberalismo y nacionalismo la clave para iniciar nuevos gobiernos con base democrática.


[1] Napoleón Bonaparte fue un general de guerra hijo  de una familia de la pequeña nobleza corsa. En 1804 se coronó emperador de los franceses  conquistando gran parte de Europa y estableciendo las  reformas e ideas políticas nacidas de la revolución Francesa.  La unión de las potencias opositoras, lograron vencerle en el año de 1814, desterrado a la isla Elba. Logrando escapar de ella volvió al poder de Francia,  para ser derrotado definitivamente en la batalla de Waterloo en 1815, siendo desterrado a la isla Santa Elena donde posteriormente falleció

[2] La diplomacia, Henry Kissinger, Fondo de cultura económica, México, pag 74

[3] Documento La santa Alianza, artículo I

[4]  El nacionalismo se opone  al mapa del congreso del Viena porque las potencias se reparten Europa sin tener en cuenta las peculiaridades culturales de las poblaciones que son anexadas a sus dominios http://www.selectividad.net/cem/apuntesexamenes/apuntes/historiac/congreso_viena.pdf

PARA VER Y DESCARGAR  BREVE ENSAYO DE “LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICA DE DIEGO ROJAS.

Restauración monárquica2 from Diego Andrés Rojas González

la imágenes y caricaturas  son un tipo de fuente visual que nos permite retratar y comprender un proceso o hecho histórico. Aquí  las dos caricaturas se representan los acuerdos que  se tomaron en el congreso de Viena de 1815, entre ella la reorganización territorial de europa en base a su repartición  permitióo establecer el equilibrio del poder y orden entre al potencias europeas.

 caricatura el reparto de territorios

Captura de pantalla completa 27-04-2013 225210

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