¿Qué pasa si el parto se detiene?
Hay múltiples causas: fetos grandes que no caben en el canal de parto, falta de contracciones efectivas, pujos débiles ¿Qué hacen los profesionales si el parto se detiene?
El parto se puede detener en cualquier momento y pasar de ser un proceso normal a un proceso patológico, a veces de forma previsible, y otras veces no.
Por qué ocurre
Hay múltiples causas: fetos grandes que no caben en el canal de parto de la madres, posiciones anormales de la cabecita del feto durante el parto, falta de contracciones efectivas, pujos maternos débiles o poco eficaces….
Además de las causas puramente orgánicas, muchas veces una situación emocional estresante para la madre, o simplemente el miedo y la ansiedad ante el dolor, lo desconocido, el ambiente hospitalario, la preocupación por el bienestar de su hijo, pueden interferir en los mecanismos del parto y retrasarlo o pararlo por completo.
Cuando nos encontramos ante una situación de tensión, por la razón que sea, nuestro organismo segrega una gran cantidad de adrenalina, que es una sustancia que entre otros muchos efectos, puede parar el proceso de parto, impidiendo la acción de la oxitocina.
¿Qué hacen los médicos si se para?
Cada caso es individual, las medidas a tomar dependerñan mucho de la causa, el momento en qué ocurra, y de si se detiene por completo o solo se enlentece
1. Si ocurre en la fase latente (primera fase del parto), se puede esperar. En esta etapa, el cuello del útero o cérvix se adelgaza, ablanda y modifica su posición para facilitar para la salida del bebé hasta alcanzar unos 3 cm de dilatación (lo que indica que el parto está instaurado). Puede durar días, y resulta molesta para la mujer, porque aparecen contracciones muy frecuentemente, se descansa mal y la tripa pesa mucho. Pero es un proceso fisiológico en el que no se debe intervenir, salvo que esté indicada una inducción médica del parto. Lo mejor es esperar a que la naturaleza actúe y el parto comience de forma espntánea.
2. Si ocurre durante la fase activa (en la que el cérvix se dilata de 3 a 10 cm), hay que buscar un equilibrio.
Por una parte, es preciso tener paciencia y dar a cada mujer el tiempo que necesite para que su cuerpo actúe de forma natural.
En el primer parto la duración media es de 8 horas. En los posteriores la media es de 5 horas, aunque existen diferencias importantes entre las mujeres. En general en los hospitales no se permite que esta fase se prolongue más allá de 12 horas porque puede resultar peligroso para la madre y para su bebé (sobre todo si la bolsa de las aguas está rota, aparece fiebre, meconio, o si la mujer tiene analgesia epidural).
En estos casos, administramos oxitocina intravenosa en pequeñísimas cantidades para para que la dilatación avance y las contracciones no se paren. Si aún así, la dilatación se estanca o el bebé o la madre corren algún peligro, se recurre a la cesárea para terminar ese embarazo lo antes posible.
3. En caso de que se pare durante el periodo expulsivo, hay que valorar si el feto cabe por la pelvis de la madre, si está bien colocado para poder nacer por vía vaginal, si los pujos maternos son eficaces y las contracciones suficientes. Si todo esto es positivo, y el feto no manifiesta ningún tipo de riesgo, se puede esperar. De lo contrario, será necesario recurrir a un parto instrumental o a una cesárea, decisión que corresponde al obstetra responsable en ese momento.
4. Por último, si la salida de la placenta (alumbramiento) presenta alguna dificultad, y pasado un tiempo prudencial no se produce, el ginecólogo tendrá que realizar una extracción manual, puesto que si se retrasa demasiado, existe riesgo de que se produzca una hemorragia.
Lo ideal es que un parto se desarrolle de forma espontánea y natural, con la menor intervención posible. Pero a veces, y buscando siempre el bienestar de la madre y su bebé, los profesionales debemos tomar decisiones y actuar.