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¿Qué fue el Consenso de Washington?

El Consenso de Washington fue el conjunto de fórmulas económicas neoliberales impulsadas por varios organismos financieros internacionales en los años ochenta y noventa
¿Qué fue el Consenso de Washington?
Fuente: Pixabay

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El Consenso de Washington fue el conjunto de fórmulas económicas neoliberales impulsadas por varios organismos financieros internacionales en los años ochenta y noventa. El economista británico John Williamson acuñó el término inconscientemente en un artículo de 1989 en el que revisaba las diez medidas económicas que profesaban elFondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, todas ellas con sede en la capital de Estados Unidos, Washington D. C. Estas propuestas conformaron un decálogo del neoliberalismo recetado para abordar la crisis económica de 1989 en Latinoamérica, sumida en una larga recesión conocida como la década perdida

El paquete se presentaba como la fórmula hacia el crecimiento económico, el control de precios y la distribución equitativa. Para la política económica interior, el Consenso recomendaba minimizar el gasto público, los impuestos y las subvenciones, acoger y facilitar la inversión extranjera y local, favorecer a la empresa privada, desregular los precios y los despidos, y asegurar los derechos de propiedad privada, intelectual y de empresa. Para el exterior, prescribía liberalizar las importaciones y exportaciones, y orientar la moneda nacional hacia la competitividad internacional y la exportación no tradicional.

Auge y ocaso del Consenso de Washington

Durante los años ochenta y noventa, los organismos financieros mundiales exigieron aplicar esas medidas para conceder créditos y ayuda financiera. En plena crisis económica mundial a finales del siglo XX, muchos países acataron el decálogo, empezando por los latinoamericanos. Sumido en deuda pública, inflación, falta de competitividad internacional y crisis políticas y económicas, el subcontinente necesitaba ayuda del dólar. Le siguieron países africanos y asiáticos también necesitados de financiación e inversión extranjera.

La victoria del sistema occidental en la Guerra Fría y la paulatina adhesión internacional al capitalismo reafirmaron a los organismos financieros sobre la robustez de su decálogo neoliberal. Esta agenda siguió aplicándose tanto para los países capitalistas e industrializados como para las economías en desarrollo que no lograban mejorar su situación financiera. Además, este paquete se recomendaba para transitar de la economía planificada a la de mercado y del subdesarrollo a la prosperidad. Los últimos en aplicarlo fueron los países del antiguo bloque del Este.

El decálogo favoreció la globalización, pero no consiguió estimular radicalmente la actividad económica allá donde se aplicó, a pesar de las estrictas reformas que implicaba. Los buenos resultados económicos de países alejados de la agenda neoliberal, como Corea del Sur, China o Taiwán, agravaron la sensación de fracaso. El propio Williamson, crítico con el decálogo, salió en su defensa a principios del siglo XXI, insistiendo en su validez pero admitiendo que la implementación debía mejorarse. Sin embargo, el FMI y el Banco Mundial se movieron hacia posturas críticas con las medidas neoliberales en Estados Unidos durante el gobierno de George Bush hijo, rompiendo así el Consenso.

Ana Montes

Madrid, 1998. Máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia en la Escuela Diplomática. Política e intrahistoria.