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LA LATERALIDAD Y SU IMPORTANCIA EN EL DESARROLLO
Lic. Mariana Soria Torres

Mariana Soria Torres

Frecuentemente escuchamos el término lateralidad, pero ¿qué es? El cerebro del ser humano está conformado por dos hemisferios, derecho e izquierdo, cada uno especializado con distintas funciones y controlan a su vez los movimientos del lado contrario del cuerpo, esto es que el hemisferio izquierdo controla los movimientos del lado derecho y viceversa. Le Boulch la define como “la expresión de un predominio motor realizado con las partes del cuerpo que integran sus mitades derecha e izquierda”; mientras Reid menciona que “es la tendencia a utilizar un lado con preferencia del otro”.

Ortigosa explica que cada hemisferio del cerebro se encarga de guiar una serie de actividades, pero no propias de cada uno de ellos, ya que un hemisferio tenga la capacidad de dirigir la actividad el otro le apoya como colaborador. Además, ambos hemisferios están conectados a través de grupos de fibras, siendo el cuerpo calloso uno de los más importantes.

La preferencia funcional de uno u otro lado del cuerpo permite al niño diferenciar la derecha y la izquierda con relación a su cuerpo, ubicarse en su entorno y en relación con los demás, lo que le va a permitir conformar la base de la orientación y la estructuración espacial. La lateralidad, por tanto, posibilita la utilización eficaz del propio cuerpo y la percepción del propio esquema corporal (Vlachos, Gaillard, Vaitsis, & Karapetsas, 2013).

Desde pequeños se va formando una preferencia en el uso de un lado del cuerpo tanto en las manos, pies, ojos y oídos.

El desarrollo natural tiende a ser de forma homogénea, es decir, ser predominante diestro o zurdo tanto en mano, pie, ojo y oído; sin embargo, pueden existir situaciones en las que por condiciones orgánicas, de estimulación, a nivel funcional o cultural se forma una lateralidad heterogénea que puede derivar en problemas dentro del aprendizaje del niño.

Los perfiles más comunes de lateralidad heterogéna son los siguientes:

Lateralidad cruzada: existen distintas formas de representarse, pero la más estudiada es cuando el niño tiene una preferencia diestra en la mano y el pie y zurda en ojo y/o oído o viceversa. Se relaciona a dificultades en la lectoescritura, ya que el niño se enfrenta a un predominio hemisférico diferente entre la información sensorial recibida por la vía visual y/o auditiva y la organización de la respuesta a nivel grafo motor.

Ambidextrismo: Es la tendencia al uso indiscriminado e igual de las dos partes del cuerpo. Está relacionado con una organización neurológica deficiente en el ser humano según distintos autores, ya que supone una desorganización dentro de la distribución de las funciones hemisféricas. Muchas personas piensan que poder utilizar indistintamente ambos lados del cuerpo es una cualidad; sin embargo, es un indicador de una anomalía.

Zurdo contrariado: Se presenta cuando un niño tiene una dominancia lateral zurda, pero por factores externos como culturales se forza el uso de la mano derecha, especialmente para escribir. Según Ferré, esto puede generar ciertas alteraciones neuropsicológicas (disfunción, obstrucción y/o inhibición del funcionamiento cerebral).

A lo largo del tiempo se han estudiado las consecuencias de tener fallas en la lateralidad y se ha encontrado que los niños que han desarrollado una lateralidad homogénea tienen mayor éxito en su aprendizaje y que un alto porcentaje de los que tienen alguna alteración en la lateralidad presentan alguna dificultad en el proceso de aprendizaje.

Algunas de las fallas que llegan a enfrentar los niños con alteraciones en la lateralidad son:

  • Dificultad en la automatización de la lectura, escritura y cálculo.
  • Inversiones en la lectura y en la escritura de números y letras.
  • Errores al leer.
  • Sustituciones de unas letras por otras.
  • Baja comprensión lectora.
  • Dificultades con los conceptos básicos matemáticos.
  • Desorientación espacial y temporal.
  • Torpeza motriz y de ritmo.
  • Confusión en la ubicación de derecha e izquierda.

Existen distintos abordajes terapéuticos para tratar a los niños que presentan alguna anomalía en la lateralidad y presentan dificultades en su aprendizaje, estos tratamientos es indispensable que se trabajen de forma integral, ya que frecuentemente las fallas en esta área no son las únicas que están derivando en el bajo rendimiento escolar del menor, por lo que es primordial que se realice un estudio donde se evalúen las distintas áreas del desarrollo para así poder definir un tratamiento acorde a las necesidades del niño.

 

Bibliografía:

La aproximación neuropsicológica a la dislexia evolutiva: lateralización hemisférica e implicaciones educativas. Infancia y Aprendizaje: Journal for the Study of Education and Development. Manga, D., & Campos, F. R. (1986).

Sitios web consultados:

https://www.um.es/cursos/promoedu/psicomotricidad/2005/material/esquema-corporal.pdf

https://biblioteca.unirioja.es/tfe_e/TFE002366.pdf