Barco hundido, ¿cómo actuar?

Salud y seguridad

Una de las situaciones más complicadas que podemos vivir a bordo es el hundimiento de nuestro barco. Lo más fácil es que cunda el caos y el miedo no nos deje actuar con claridad por lo que debemos conocer perfectamente cómo actuar ante una situación de este tipo.

Lo primero que debe tener claro si se encuentra en una situación de este tipo es que hay que abandonar el barco sólo si la situación se vuelve completamente insostenible ya que normalmente suele ser más seguro permanecer a bordo que abandonar el barco pues será más fácil para los servicios de salvamento localizarnos agilizando el rescate.

Para salir bien parados de una situación tan crítica como esta debemos contar con el equipo adecuado y conocer las normas básicas de actuación ante una situación de hundimiento pues normalmente los nervios y la rapidez con la que suceden los acontecimientos pueden jugarnos una mala pasada.

Por ello este mes repasamos todas las claves que debemos tener en cuenta para afrontar el hundimiento de una embarcación con las mayores garantías.

ANTES DE ABANDONAR EL BARCO

Solo si la situación es totalmente insostenible, deberemos abandonar el barco. Tenga en cuenta que aunque la embarcación esté medio hundida ésta puede ser más segura que la balsa salvavidas por lo que abandonar la nave es siempre el último de los recursos y se debe hacer solo cuando la máxima autoridad abordo esté convencida de que es la mejor opción.

Además en el barco seremos localizados con más facilidad para ser rescatados. Por ello debemos mantener la cabeza fría en todo momento para no precipitarnos y tomar decisiones equivocadas.

El caso más claro de abandono de la embarcación ocurre cuando es evidente que el barco se va a hundir en breves minutos de forma ineludible. Cuando chocamos con algún objeto desconocido y se origina como consecuencia del choque una vía de agua incontrolable que no puede ser contrarrestada por los sistemas de achique, está claro que el barco está condenado al hundimiento. A veces esto se produce en muy pocos minutos

Antes de abandonar la embarcación nos abrigaremos todo lo que podamos y nos aseguraremos de llevar todo el equipo que nos hará falta y que previamente deberemos de tener preparado en una bolsa de supervivencia que detallaremos posteriormente.. No debemos olvidarnos de las señales de socorro para seguir emitiendo señales y de toda la comida y sobre todo agua dulce que podamos transportar. Recordemos que en el mar el frío y la sed son los peores enemigos del náufrago.

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EL ABANDONO DEL BARCO

Las prisas suelen ser malas consejeras, y a la hora de abandonar un barco esta máxima se cumple a la perfección. Normalmente una embarcación que se encuentre medio hundida puede ser más segura que una balsa salvavidas e incluso se han dado casos de barcos abandonados precipitadamente que posteriormente se encontraron en perfecto estado.

Por ello la primera norma de actuación es mantener la calma y evaluar correctamente la situación. La decisión de abandonar la embarcación debe ser tomada por el patrón de la misma y una vez efectuada debemos actuar emitiendo las señales de socorro adecuadas según tengamos o no otros barcos a la vista.

En el caso de que existan embarcaciones cerca, lanzaremos bengalas rojas, botes de humo naranja o si nos encontramos de noche señales de SOS en código Morse con la ayuda de una linterna.

Si no nos encontramos con barcos a la vista debemos emitir por VHF una mensaje de socorro “MAYDAY” por el canal 16. Si dispone de una VHF portátil, ésta debe ir a la balsa salvavidas, para poder seguir emitiendo señales de socorro cada cierto tiempo.

Al efectuar esta llamada de socorro debemos remarcar correctamente nuestra posición indicando latitud y longitud o por demora y distancia, o bien la situación estimada en cuyo caso, no es recomendable dar impresión de exactitud para no entorpecer el rescate.

En caso de duda, debemos dar hora y lugar de partida, y destino previsto, añadiendo toda información adicional, como por ejemplo características de luces avistadas. Toda información complementaria, como tamaño y color de la embarcación así como sus características, numero de personas a bordo etc. será de gran utilidad.

Por último, activaremos la radiobaliza de siniestros, detendremos la embarcación para botar el bote auxiliar o la balsa salvavidas haciendo firme la boza a un punto sólido del barco y lanzaremos la balsa al agua por la banda de sotavento. La balsa se hinchará automáticamente en unos treinta segundos. A continuación se procede a embarcar sin saltar sobre la balsa. Sube la primera persona a bordo y se le pasa todo el equipo; luego embarcarán los demás.

SALTAR AL AGUA

Si para abandonar el barco no puede hacerse de otra forma que lanzándose al agua, se hará por la banda de sotavento, con el chaleco puesto, en pie, con los brazos cruzados, permaneciendo agrupados en el agua si no tenemos balsa salvavidas, salvo en caso de incendio, derrame de combustible u otras situaciones en que pudiera ser aconsejable hacerlo por barlovento. A partir de este momento, la confianza en el rescate es imprescindible para la supervivencia de los náufragos.

Seguramente se tratará de momentos de enorme tensión, en los que los nervios nos pueden jugar una mala pasada; conviene intentar mantener la cabeza fría y recordar en la medida de lo posible los siguientes consejos:

  • Forma de saltar: con los pies por delante, las piernas juntas y la boca cerrada.

  • En caso de que salte desde mucha altura, tápese la nariz y cubra la boca con una mano.

  • Si lleva chaleco salvavidas, tire de él hacia abajo, intentando mantenerlo alejado de la mandíbula.

  • Nade lo más rápidamente posible, alejándose del barco.

  • Si el agua es fría, conviene saltar con toda la ropa puesta, no sin antes vaciar los bolsillos de las cosas pesadas. No se asuste pensando que esta ropa le resultará pesada, contrariamente a lo que se cree, las ropas mojadas dentro del agua, pesan lo mismo que las secas en la superficie.

  • En caso de tener tiempo, conviene cerrar con cinta aislante los extremos de las mangas, perneras y cintura: de esta forma podremos conseguir que el agua que se quede atrapada dentro nos haga el efecto de traje isotérmico.

  • Cuando se haya alejado del barco: Flote, no nade. Si nada el ejercicio incrementará su pérdida de calor y le privará de energía.

  • En caso de que existan aceites o grasas en el agua, son varias las recomendaciones que deberá seguir:

  • Trate de bucear, no nade por la superficie.

  • Mantenga los ojos fuertemente cerrados.

  • Nade en la dirección contraria a la que sopla el viento.

  • Cuando necesite salir a la superficie trate de protegerse ojos, nariz y boca con las manos.

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LA BALSA SALVAVIDAS

Todos los barcos de crucero certificados para las zonas de navegación A y B, es decir oceánica y de alta mar, deben llevar la famosa balsa salvavidas.

Las balsas salvavidas deben estar lo más a mano posible. Por ello es normal estibarlas en el balcón de popa o encima de la cubierta amarrada mediante unas cinchas. En las balsas encontraremos ciertos elementos que ayudan a la supervivencia, como son algunas bolsitas de agua dulce, barritas de alimento energético, un kit de reparación con parches y pegamento, unos anzuelos, un remo, bengalas, un hinchador y un ancla de capa… Todo ello dentro del contenedor de la salvavidas.

Por desgracia este equipo es totalmente insuficiente en el caso de vernos obligados a vagar a la deriva durante días y días esperando ser recuperados por algún barco de rescate.

Por ello debemos preparar una bolsa de supervivencia que arramplaremos sin más en caso de naufragio. Cuando las cosas se ponen feas es imposible hacer la lista y comenzar a coger algo de aquí, otras cosas de allá, y elegir lo más interesante antes lanzarnos a la balsa. Generalmente las cosas ocurren con demasiada urgencia y rapidez, incluso se producen naufragios en muy pocos minutos.

Publicado en: Náutica, Salud y seguridad

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