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El bambú de la suerte es una planta de interior fácil de cuidar que crece sin problema con poca luz natural e indirecta. Esta planta, que en realidad no es un bambú, sino un tipo de lirio acuático tropical llamado dracaena sanderiana, es originaria de África y, según se dice, trae suerte y buena fortuna a los habitantes del espacio en el que crezca. Siguiendo unos cuantos consejos, tu bambú de la suerte crecerá estupendamente y se mantendrá sano, inundando la casa de buena suerte.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Elegir y preparar la planta

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  1. Si las hojas o los tallos tienen un color amarillento o marrón, es señal de que la planta no está sana. Probablemente, la planta haya sido importada desde China o Taiwan, por lo que habrá tenido que soportar un largo viaje.[1]
    • Los jardineros profesionales utilizan los tallos para trenzarlos y rizarlos creando complejos diseños. Los diseños más sofisticados y complejos resultan en bambúes de la suerte pueden llegar a costar cientos y cientos de dólares.
    • Una planta en una maceta puede llegar a alcanzar hasta 0,9 m (3 pies) de altura. Si crece en el exterior, puede alcanzar hasta 1,5 m (5 pies) de altura.[2]
  2. Probablemente, lo más limpio y sencillo sea cultivarlo en agua con piedras, aunque también se puede hacer en tierra. La decisión es tuya y, probablemente, debas tomarla en función de la maceta o el jarrón que tengas a tu disposición.
    • Si decides hacerlo con piedras, el recipiente deberá contener suficientes piedras o canicas en el fondo para sostener la planta. El bambú de la suerte necesitará al menos entre 3 y 8 cm (entre 1 y 3 pulgadas) de agua para crecer.
    • Si quieres cultivarlo en tierra, lo mejor será que utilices tierra rica en nutrientes para macetas y con un buen drenaje. Tendrá que estar siempre húmeda pero no empapada. Utiliza algún fertilizante orgánico cuando sea necesario; las sales y las altas concentraciones de fósforo propias de los fertilizantes sintéticos pueden deteriorar la planta.[3] Además, puedes asegurarte de que la tierra tenga un buen drenaje añadiendo unas cuantas piedras pequeñas al fondo de la maceta.
  3. Coloca el bambú de la suerte en un jarrón alto de cristal o en un recipiente de cerámica o déjalo en el recipiente en el que viniese al comprarlo. No utilices un bol de poca profundidad. Los recipientes transparentes son perfectos si lo que quieres es cultivar la planta por hidroponía con unas cuantas piedras decorativas. Utiliza una maceta normal de terracota si prefieres cultivarla en tierra.
    • Ten en cuenta que la planta debe mantenerse firme al alcanzar su máxima altura. El recipiente debe tener una altura mínima de 30 cm (1 pie).
    • ¿Vas a utilizar tierra? Llena la maceta prácticamente hasta arriba con la tierra enriquecida y asegúrate de que tenga un buen drenaje.
  4. Los bambúes de la suerte crecen mejor con una buena fuente de luz natural filtrada, como por ejemplo la luz que pasa a través del follaje en el bosque. La luz solar directa quemaría las hojas. En cuanto a la temperatura, deberás mantener la planta alejada de cualquier fuente de aire acondicionado, conducto de ventilación o corriente de aire. Para esta planta, lo ideal es una temperatura ambiente de 18 a 33 ºC (65 a 90 ºF).[4]
    • Si quieres controlar el rizo de la planta, utiliza una caja de tres caras (una caja con una cara cortada). La planta se irá curvando hacia la luz. Conforme se vaya flexionando, ve cambiando el lado por el que le llega la luz del sol para que vuelva a curvarse.[5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Favorecer el crecimiento de la planta

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  1. Vigila la cantidad de luz que reciba la planta. En cualquier caso, una pequeña cantidad de luz siempre será mejor que el exceso.[6] Cuando salgas de casa, apaga el aire acondicionado. Será mejor para la planta que el ambiente se mantenga algo más cálido.
    • Conforme pasen las estaciones, puedes ir trasladando la planta. Mantenla alejada de cualquier ventana si no estás seguro. Seguirá recibiendo suficiente luz en el centro de una habitación.
  2. Con respecto al tipo adecuado de agua, ten en cuenta que esta planta es muy sensible a las sustancias químicas como el flúor y el cloro, así que solo debes usar agua del grifo si la has dejado reposar durante 24 horas (tiempo suficiente para que las sustancias químicas se evaporen). Si no, lo mejor es el agua embotellada.
    • Una vez que la planta haya desarrollado raíces, estas deberán mantenerse cubiertas de agua. Insistimos en que la profundidad necesaria es de 2,5 a 8 cm (1 a 3 pulgadas).
  3. Mantén la tierra en este punto todos los días. La planta se puede marchitar si la tierra está demasiado mojada. También puedes pulverizar agua sobre las hojas para mantenerlas húmedas e hidratadas. Insistimos en que debes usar agua embotellada o depurada para evitar el daño causado por las sustancias químicas.
    • Favorece el crecimiento de nuevas raíces aumentando la cantidad de agua en la que la planta se desarrolle. Más raíces es sinónimo de follaje más abundante. Cuanto mayor sea la parte del tallo cubierta por el agua, más crecerán las raíces.
  4. Si utilizas tierra, añade fertilizante orgánico una vez al mes aproximadamente, para que la planta reciba suficientes nutrientes (insistimos en que apuestes siempre por los productos orgánicos, ya que los sintéticos pueden causar deterioro). Si cultivas la planta por hidroponía, añade algún fertilizante líquido al agua.No obstante, ten en cuenta que un bambú de la suerte no necesita mucho fertilizante, por lo que deberás diluirlo a 1/10 de su intensidad.[7]
    • Añade el fertilizante cuando cambies el agua, ya que resulta más eficaz cuando el agua está limpia.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Resolver problemas frecuentes en los bambúes de la suerte

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  1. Cuando las puntas se tornan marrones, es señal de que la hoja está empezando a secarse y a marchitarse. Esto suele suceder como respuesta a la presencia de productos químicos en el agua. Puede que dejar reposar el agua del grifo no sea suficiente y que tengas que utilizar agua embotellada en su lugar para que la planta crezca sana.
    • Una vez que las puntas de las hojas empiecen a secarse, puede ser complicado sanar la planta. Incluso cambiando de agua, puede haber sustancias químicas que permanezcan en la planta. Tal vez tengas que tener algo de paciencia y esperar, ya que finalmente acabarán desapareciendo esos residuos nocivos.[8]
  2. Con el tiempo, la mayoría de estas plantas se vuelven muy pesadas. Por este motivo, es muy importante podarlas para mantener su salud. No cortes el tallo principal, solo los brotes laterales. Utiliza unas tijeras de podar esterilizadas para hacerlo.
    • Corta los brotes a una distancia de 2,5 a 5 cm (de 1 a 2 pulgadas) con respecto a la base. Después de podar la planta, esta crecerá más sana y aparecerán nuevos brotes más frondosos.
  3. Si están secas y se están marchitando, se trata de un problema del agua, como se ha explicado arriba. Si se tornan amarillas, esto suele ser el resultado de un exceso de luz solar o de fertilizante.[9] Si se ponen marrones, prueba a humedecer la zona pulverizando agua sobre la planta.
    • Si las hojas se ponen demasiado blandas, puede que no haya solución. Elimina estas hojas inmediatamente, cambia el agua y replanta lo que quede del bambú de la suerte.
  4. Si una parte de la planta se está marchitando, tendrás que cortarla. Por ejemplo, si notas que la base de la planta se está volviendo amarilla, esto indicará que la raíz se ha podrido y la planta morirá. Puedes extraer la parte superior y volver a plantarla, pero es probable que no crezca. También puedes hacerlo si no te gusta la forma que esté adquiriendo. Hagas lo que hagas, no tires las partes podadas, ya que pueden transformarse en nuevas plantas. Los nuevos brotes se desarrollarán a partir de las partes más viejas, situadas en la base de la planta, y la parte de arriba se puede plantar en una maceta para que se desarrolle por sí misma.
    • Si tu planta se está marchitando, elimina las partes deterioradas inmediatamente. Utiliza cualquier rama o tallo sano y replántalos. Es posible que continúen desarrollándose por sí mismos si actúas rápidamente.[10]
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Consejos

  • La mejor agua para tu planta es el agua fresca de manantial, el agua de lluvia o el agua depurada. Las sustancias químicas del agua del grifo, como el cloro, pueden dañar la planta y hacer que las hojas y los tallos se pongan amarillos.
  • Los fertilizantes especialmente formulados para los bambúes de la suerte suelen encontrarse fácilmente en las tiendas en las que se venden estas plantas. Añade una gota de fertilizante al agua cuando la cambies para ayudar a que el bambú se mantenga sano y crezca en buenas condiciones.
  • Si crecen algas en el jarrón, solo es señal de que debes cambiar el agua. Las algas crecen debido a la luz solar, lo cual es natural.
  • Si las hojas del bambú se están volviendo marrones, rociarles agua las ayudará, ya que volverás el aire más húmedo.
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Advertencias

  • No coloques el bambú de la suerte en el alféizar de la ventana o expuesto directamente a la luz del sol. Si lo haces, la planta se quemará y sus hojas se pondrán primero amarillas y, después, marrones.
  • No expongas el bambú de la suerte a temperaturas inferiores a los 10 ºC (50 ºF). Estas plantas tropicales necesitan un clima templado y agradable.
  • Mantén el bambú de la suerte fuera del alcance de los niños pequeños y las mascotas, ya que sus hojas son tóxicas en caso de ingesta.
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Cosas que necesitarás

  • Recipiente alto o maceta
  • Piedras o canicas
  • Agua
  • Tierra
  • Fertilizante formulado para bambúes de la suerte

Acerca de este wikiHow

Katie Gohmann
Coescrito por:
Profesional en jardinería
Este artículo fue coescrito por Katie Gohmann. Katherine Gohmann es profesional en jardinería en Texas. Desde el año 2008 ha sido profesional en jardinería y ha trabajado en jardinería doméstica. Este artículo ha sido visto 336 389 veces.
Categorías: Siembra y cultivos
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