En la actualidad son mayoría las personas que utilizan los bolígrafos a la hora de escribir en papel, pero es innegable que el estilo que desprende una pluma no es comparable con ellos y que nos convendrá si estamos pensando en realizar, por ejemplo, invitaciones a mano.
Las plumas estilográficas tienen un plumín puntiagudo en lugar de uno redondo, por lo que puedes crear trazos de diferentes grosores, dependiendo de la presión, velocidad y dirección de los mismos. También puedes volver a llenar el cartucho de tinta de una pluma estilográfica, lo cual significa que una te puede durar toda una vida. Sin embargo, el uso de la pluma requiere de una técnica distinta a la de los bolígrafos.
El cuerpo de una pluma estilográfica
Una pluma suele componerse de varios elementos, que aunque casi siempre son los mismos, hay modelos o diseños singulares. La inmensa mayoría de las estilográficas suele constar de cinco: el cuerpo, la boquilla, el capuchón y el conjunto plumín-alimentador.
Para entender la pluma y también para usarla, es necesario, como mínimo, aprender a desmontar el cuerpo de la boquilla. Esto nos demostrará el sistema de alimentación de la pluma. Si el sistema fuera de pistón, no es preciso llevar a cabo esta operación pues ambas piezas, cuerpo y boquilla, estarán selladas y no se podrán separar fácilmente. Para otros modelos, separar la boquilla del cuerpo se hará desenroscando ambas piezas. Conviene asegurarse de qué sistema tiene la pluma antes de proceder a desmontarla.
Escribiendo con la estilográfica
Si buscamos que nuestra Caligrafía resulte perfecta al usar la pluma, agárrala adecuadamente. Retira la tapa y sostén la pluma con tu mano dominante, presionándola suavemente entre el pulgar y el dedo índice. El cilindro debe descansar sobre el dedo medio. Coloca el resto de tus dedos sobre el papel para dar estabilidad a la mano. Es importante sostener una pluma estilográfica de manera adecuada, ya que esto evitará que tus manos se cansen mientras escribes y facilitará la escritura. Al no ser necesario apretar el plumín la pluma ha de tomarse en la mano con un gesto relajado porque no es preciso sujetarla con fuerza. La estilográfica debe reposar entre los dedos, no ser presionada por ellos.
Mantén la mano rígida al momento de escribir. Cuando escribas, existen dos maneras de controlar la pluma: con los dedos o con la mano. Con un bolígrafo, puedes controlar el lapicero con los dedos en lugar de la mano, ya que siempre podrás escribir con una punta redonda. Sin embargo, con una pluma estilográfica, necesitas tomar el control con la mano a fin de no perder el punto ideal. Podrás lograrlo de la siguiente manera. Sostén la pluma en tu mano y mantén la muñeca y los dedos rígidos mientras mueves el brazo y el hombro para mover la pluma. Primero practica unos cuantos trazos en el aire y después empieza a realizar algunos trazos contra el papel hasta que logres acostumbrarte a escribir con la mano.
Y, sobre todo, para que el plumín no se obstruya, siempre guarda la pluma con el plumín hacia arriba cuando no la estés usando. Para evitar cualquier daño al plumín y guárdala en un estuche protector.