GUSTAR

v. Probar
Job 12:11 el oído .. el paladar gusta las viandas
Psa 34:8 gustad, y ved que es bueno Jehová
Act 23:14 no gustar nada hasta .. muerte a Pablo
Heb 2:9 por la gracia de Dios gustase la muerte por
1Pe 2:3 si es que habéis gustado la benignidad del


1. geuomai (geuvw, 1089), voz media de geuo, hacer probar, hacer catar, significa gustar, en el sentido de catar, probar. Se usa: (a) naturalmente (Mat 27:34 “haberlo probado”; Luk 14:24 “gustará”; Joh 2:9 “probó”; Col 2:21 “ni gustes”); (b) metafóricamente, de Cristo gustando la muerte, implicando su experiencia personal al sufrirla voluntariamente (Heb 2:9 “gustase”); de creyentes, negativamente, en cuanto a gustar muerte (Mat 16:28; Mc 9.1; Luk 9:22 “no gustarán”; Joh 8:52 “nunca sufrirá”); de gustar el don celestial, diferente de recibirlo (Heb 6:4; “la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero”, 6.5; “la benignidad del Señor”, 1Pe 2:3). Véase COMER, A, Nº 4. 2. filoproteuo (filoprwteuvw, 5383), véanse PREEMINENCIA, PRIMER LUGAR. 3. thelo (qevlw, 2309), querer. Se traduce “que gustan” en Mc 12.38. Véase QUERER, etc.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Gustar es a veces tomar un alimento (Jon 3,7; Col 2,21), pero es ante todo apreciar los sabores en todos los planos de nuestra experiencia (2Sa 19, 36). La Biblia lo aplica al discernimiento de las virtudes morales y al *conocimiento sabroso de Dios y de Cristo, delicias de nuestra vida acá abajo y en el cielo.

1. El discernimiento. El gusto engloba diversas formas de la *sabidurí­a: destreza (ISa 25,33), tacto (Prov 11,22), madurez de juicio (Prov 26,16). Al mismo tiempo que don de Dios (Sal 119,66). que puede volver a retirar (Job 12,20), es fruto de la edad y de la experiencia (Job 12, l I s). Orienta la conducta del hombre en los terrenos más prácticos (Prov 31,18); sin embargo, su forma superior, el discernimiento del bien y del mal, no es un valor simplemente moral, sino ya religioso, a base de fe (Sal 119,66), y culmina en el atractiva hacia la *palabra de Dios, que se halla suave (Ez 3,3), y hacia sus mandamientos (Sal 119,16; Rom 7,22).

2. La experiencia religiosa. Más allá del discernimiento de la sabidurí­a se halla la experiencia vivida del amor que Dios nos tiene. Las *bendiciones temporales forman las delicias del *justo del AT que obedece a la ley divina (Neh 9,25; Is 55,2). Saborea las delicias infinitamente variadas del *maná (Sab 16,20s), experimenta cuán bueno es el Señor (Sal 34,9) y se adhiere, a él como a su único tesoro (Job 22,26).

En el NT toda la vida del bautizado es unión con Cristo resucitado, pero la recepción del bautismo comporta la experiencia sabrosa de tener definitivamente acceso a los bienes celestes de la salvación: la participación en el Espí­ritu Santo, la palabra del Evangelio asimilada por la fe, las manifestaciones del poder de Dios que crea ya el mundo nuevo (Heb 6,4s). Todo esto es la prenda sobreeminente de la bondad de Dios (lPe 2,3). Esta *dulzura nos viene de la amargura de la muerte que gustó Jesús (Heb 2,9) para ahorrarnos el gusto de la muerte eterna (Jn 8,52). Es un gusto anticipado de la *bienaventuranza (Ap 2,17).

-> Bienaventuranza – Conocer – Mansedumbre – Sabidurí­a.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas