El Lobo de Wall Street es una auténtica obra maestra de cabo a rabo que, además, se caracteriza por tener escenas puntuales que son especialmente épicas. Como la de la charla que tienen Di Caprio y Matthew McConaughey, en la que ambos acaban golpeándose el pecho mientras tararean una melodía única. O como la que se marcan el propio protagonista y Margot Robbie en la habitación de su hija, donde tienen una discusión en un tono muy sutil.

Pero si hay una secuencia que destaca por encima del resto es la del coche. Sí, esa en la que el ganador de un Óscar por su actuación en El Renacido trata de llegar a su Lamborghini Countach después de darse un festín de pastillas.

Para lograr este magnífico resultado, Di Caprio basó su interpretación en uno de los vídeos más virales del año 2009. Aunque parece que el tambaleo de esta estrella de YouTube no fue su única inspiración. Más que nada, porque Jordan Belfort, el Lobo de Wall Street de la vida real, le echó un cable.

Así lo ha reconocido el propio Belfort en el New York Post: "Leo nunca ha consumido drogas, así que le mostré qué es lo que se siente cuando vas a tope de Quaaludes (o metacualona, un analgésico sedate)".

"Yo empecé a gatear. En un momento dado, ambos estábamos en el suelo, babeando. Su padre entró en la habitación y nos preguntó que qué coño estábamos hacíamos", añade el ex corredor de bolsa de 55 años.

La confesión de Di Caprio

Así pues, entre el vídeo viral y la ayuda de Belfort, Di Caprio logró una escena épica. Y aunque el ex empresario "no fue el mejor actor", el intérprete aseguró que sí que le "sirvió de inspiración".

Además, Leo aseguró en una entrevista de 2014 a US Weekly que jamás había tenido contacto con las drogas: "Nunca me he drogado, porque todos los días veía lo que era cuando tenía tres o cuatro años. He visto a mucha gente caer víctima de eso, y es muy lamentable", contó.

Por su parte, Belfort ha asegurado que está limpio desde hace 20 años, ya que tuvo un gran susto tras una sobredosis que a punto estuvo de enviarle al otro barrio.