El monasterio medieval


El monasterio es un conjunto de edificios situado en un ámbito rural en los que las ordenes religiosas de la Edad Media desarrollaban todas sus actividades.

Se regían por la regla o conjunto de normas que regulaban la actividad de la orden religiosa. Afectaban tanto a lo espiritual como a lo práctico en la vida de los monjes o monjas (vestuario, comida, horas de sueño, trabajo, etc.).

Las reglas estaban compuestas por capítulos que solían leerse en los monasterios en la sala capitular.

habitomonjesyfrailesLas órdenes monásticas  más importantes que se fundaron y destacaron durante el medievo fueron principalmente las benedictinas de Cluny, del Císter, y de los Cartujos en Francia, posteriormente surgirán  las órdenes mendicantes de los Franciscanos en Italia, de los Dominicos en España, así como la de los Agustinos también en Italia.


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Planta del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos)

Vídeo de RTVE

Horario de un monasterio:

San Benito (480-547), al establecer su famosa regla , ora et labora, creó el modelo que se repitiría durante toda la Edad Media e influyó decisivamente en la evolución de la arquitectura románica (Cluny) y gótica (Císter).

Como idea general, San Benito organizará toda la vida de la comunidad en torno a unas horas (por ello se denomina la liturgia de las horas) en las que realizar los rezos comunes, dividiendo así el día en distintos fragmentos de tiempo que se ocupaban en trabajos manuales e intelectuales (el famoso ora et labora, reza y trabaja).

Los monjes se levantaban muy temprano, antes de amanecer y, se preparaban para la primera oración del día, las Vigilias.

Como el resto de las oraciones eran comunes, hechas en el coro(espacio junto al altar con un grupo de sillas fijas, llamada sillería).En ellas se leían y cantaban ciertas partes de la Biblia y otros cantos (antífonas, himnos…), escritos en latín, la lengua oficial de la Iglesia. Estos son los famosos cantos gregorianos que aún se siguen realizando en algunos monasterios, como el de Silos, en Burgos.

Tras ello los monjes se aseaban en las letrinas que tenían muchos monasterios (con agua del río cercano) y se volvía a la iglesia, pues apenas una hora después de Vígilias, empezaban los Laudes (una nueva oración)

Comenzaba entonces realmente el día, con una hora y media para el trabajo, volviéndose a rezar hora y media después. La hora Tercia, normalmente utilizada para oficiar misa.

Hasta la una de la tarde, los monjes se ocupaban entonces del propio huerto (que servía para su autoconsumo) o se encerraban en el scriptorium o biblioteca, lleno de atriles.

 En esta habitación se copiaban libros prestados por otros monasterios. Se hacía sobre pergamino (piel de cordero), utilizando distintos colores de tinta en las que se mojaban plumas de ave. El trabajo era minucioso y lento, pues no debían equivocarse y se copiaban también (o se creaban otros nuevos) los dibujos o iluminaciones que correspondían al texto.

En estos scriptorium no sólo se copiaban libros religiosos, sino también obras greco-romanas, y gracias a ellos se salvaron muchos libros de la antigüedad

Los monjes volvían a reunirse para rezar junto en la hora Sexta(en torno a la 13.20), tras la cual iban a comer.

La comida también era común, en una habitación llamada refectorio. En ella se colocaban largas mesas en donde los monjes lo hacían en completo silencio, pues uno de ellos (por turno) leía desde el púlpito la Regla o la Biblia.

El menú era bastante monótono, aunque sano. Normalmente se comían verduras y hortalizas cocidas en una gran olla y aderezadas con un trozo de tocino o manteca. Se les daba también a los monjes un trozo de pan y un cuartillo de vino. La carne se reservaba para los domingos y celebraciones especiales, al igual que el pescado (algunos monasterios llegaron a tener sus propias albercas en donde se criaban peces).

Enlace información sobre  su comida

Evidentemente los monjes no se echaban la siesta, sino que volvían de nuevo a rezar conjuntamente en la hora Nona (sobre las tres), para después seguir con su trabajo encomendado.

Además del huerto o el scriptorium los monjes se dedicaban a otros trabajos, como el de la botica. En los principales monasterios existía una botica o farmacia en donde se realizaban fórmulas magistrales (medicinas hechas con hierbas) para la comunidad y los pueblos cercanos. Muchas de estas fórmulas venían del mundo romano o se aprendieron de los musulmanes y judíos (aunque existían numerosas supersticiones, como creer que el cuerno de rinoceronte, que ellos creían que era el famoso unicornio, era un antídoto contra el veneno)

Antes de la nueva oración se reunía toda la comunidad en la llamada Sala Capitular, leyéndose en ella un capítulo de la Regla de San Benito. En esta reunión el abad (aquel que gobernaba el monasterio) informaba sobre cuestiones cotidianas, se hacían confesiones públicas de los pecados y se castigaba a los monjes que hubieses cometido alguna falta (faltar a algún rezo, hablar durante la comida, discutir con un hermano…)

Tras un rato de tiempo libre en el que los monjes podían charlar, pasear por el claustro, rezar particularmente…, de nuevo a la iglesia para oficiar las Vísperas (19 h), cenar (20 h) y, antes de dormir, volver al rezo en la ceremonia llamada Completas, en la que se pedía protección a Dios ante los peligros de la noche.

Los monjes se retiraban entonces al dormitorio, que tanto en Cluny como Císter era común (sólo el abad tenía su dormitorio y despacho propio) en donde las camas estaban colocadas en largas filas. Si existían dos pisos, este dormitorio se colocaba sobre la cocina (y en el lado sur del claustro) para combatir el frío.

Autor de la información sobre el horario: Vicente Camarasa

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