El cencuate es una víbora que habita en lugares cálidos de la Sierra Otomí-Tepehua, es temida no por su veneno, sino porque contempla un encadenado de mitos y leyendas, en relación a que supuesta y literalmente duermen a las mujeres, para “robarles la leche”, cuando amamantan a sus bebés.
Jorge Gimate, investigador originario de Tutotepec, comentó que existen relatos que han pasado de generación en generación de que estas serpientes entran a las casas y literalmente sueltan una sustancia que duerme a las mamás que dan pecho a las criaturas. De esta manera, succionan la leche y se retiran.
Por su parte, Bertha Ruiz, vecina de la zona cafetalera del norte de Hidalgo, dijo que su abuelita le contaba que hace muchos años, había una señora que se quejaba porque su pequeño hijo no crecía ni aumentaba de peso.
Una curandera le dijo que seguramente la víbora le robaba la leche, por lo que sus familiares la cuidaron y fue cuando descubrieron la cencuate, que entraba a la casa para dejar sin alimento al pequeño.
Como esta existen muchas leyendas parecidas.
La Sierra Otomí-Tepehua, contempla algunas serpientes, que por lo general son venenosas, específicamente el mahuaquite y coralillo, las cuales son muy temidas por los habitantes, principalmente de los municipios y comunidades de Huehuetla, San Bartolo Tutotepec y Tenango de Doria.
Sin embargo, existe una variedad de víboras que no es venenosa, el cencuate o sincuate encierra un encadeno de mitos y leyendas por lo que también generan cierto temor, sobre todo por mujeres que amamantan a sus bebés.
Gimate comentó que a estas víboras también se les conoce también como boas ratoneras, que habitan en hogares cercanos a los cafetales y cañaverales, y por lo general se alimenta de roedores.
Estos relatos forman parte de las pláticas tradicionales, mismas que no tienen sustentabilidad.
