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La especificidad del coreógrafo reside en la forma en que mira el mundo, en su búsqueda de las cosas antes que en las cosas, su deseo de radiografiar la energía en movimiento.
Jean-Claude Galotta, coreógrafo francés
El número de bailarines profesionales se cuenta por miles en el mundo; pero el número que practica baile a nivel amateur se puede contar por millones.
El baile es una forma de expresión artística, una forma de practicar deporte, una manera de expresión cultural, una forma de socializar... Por un motivo u otro, la danza es siempre una práctica muy usual en todas las culturas, clases sociales y rangos de edad.
Se puede bailar de forma libre, sin seguir ningún patrón o hacer una coreografía con pasos determinados. Cuando bailamos piezas coreografiadas a veces nos aventuramos a introducir algunos cambios que se nos han ocurrido. Incluso empezamos a inventarnos posibles pasos para pequeños trozos de canción.
Así va creciendo el germen de crear una coreografía. Pronto llegamos a asumir el reto de montar una coreografía para una canción entera. Si este es tu caso, has llegado al sitio correcto. En este artículo hablaremos de cómo hacer una coreografía.
Por supuesto, aunque no seas coreógrafo, puede que te atraiga la idea de crear coreografías por diversión, para un espectáculo de fin de curso o para un evento para familiares y amigos (que los amigos de los novios hagan bailes está muy de moda en las bodas, por ejemplo). Ya sean profesional o amateur, de seguro esta guía con pasos para coreografías te ayudará.
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Cómo hacer una coreografía paso a paso
1. Elegir el estilo de baile
Lo primero que debes hacer es elegir qué estilo de baile utilizarás en tu coreografía. Lo mejor es que para tu primera coreografía elijas un estilo de baile que ya domines, pero si por cualquier motivo quieres hacer un baile de otro estilo, ¡adelante!
De todos modos no busques la coreografía perfecta, crea de forma entretenida y ve cogiendo el gusto a esta parte del baile.
Entre los múltiples tipos de baile que puedes elegir para tu coreografía, tenemos:
- Bailes de salón: vals, tango, rock and roll, chachachá, jive, etc.;
- Bailes latinos: salsa cubana, samba, rumba, tanto, cumbia, etc.;
- Jazz moderno;
- Claqué;
- Charlestón;
- Danza oriental;
- Swing;
- Bachata;
- Kizomba;
- Flamenco;
- Danza africana;
- y un largo etcétera.
También cabe la posibilidad de fusionar varios estilos de baile. No obstante, esto requiere un cierto dominio de los tipos de baile. Por ejemplo, es habitual ver fusiones de danza oriental y jazz, con lo que se consigue una coreografía más original.
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2. Elegir la música
Este paso tan fundamental determinará el resto de tu creación. La música que elijas debe decirte algo, tener un significado para ti o transmitirte algún tipo de emoción. No debes elegir la primera que veas, ya que puede que no te salga bien crear lo que quieres expresar si la melodía no te dice nada.
Por supuesto, es más fácil elegir una música según el estilo de baile que quieras coreografiar. La música hip-hop está asociada con la danza urbana o jazz moderno, al igual que la música hindi con las danzas orientales, la música clásica con el ballet, etcétera.
Sin embargo, en el caso de una fusión, es completamente posible alterar las normas. Una coreografía de hip hop se puede montar en una base de música clásica con ajustes en algunos tiempos. ¡Esto ya sería un nivel pro!
¿Te inventas coreografías pero luego tienes problemas para recordarlas? Te dejamos aquí una Guía para memorizar las secuencias de baile.
3. Analizar la música de la coreografía
Estructura y ritmo
Una vez que has elegido la pieza de música sobre la que vas a montar la coreografía, es momento de analizar la música. Por lo tanto, antes de pasar al trabajo coreográfico, será necesario estudiar bien la música. Sentarte y pararte a reescuchar la melodía. Escúchala varias veces para que puedas interiorizarla. Tienes que aprenderte la música de memoria para saber exactamente qué viene después de cada golpe, por ejemplo.
Del mismo modo, conocer el tempo y ritmo de la canción es fundamental; porque al fin y al cabo los pasos se encajan dentro de ese ritmo. Eso es lo que da la sensación de que vamos al ritmo de la música, porque, literalmente, los pasos los marcamos dentro del ritmo y tempo.
Así mismo, y muy importante, es analizar la estructura de la canción en profundidad. La música pop-rock, por ejemplo, casi siempre se compone de la misma manera. Así es como deberían verse las notas de la estructura de una canción de pop-rock:
- Introducción: 2 x 8 tiempos.
- Estrofa 1: 4 x 8 tiempos.
- Estribillo: 2 x 8 tiempos.
- Estrofa 2: 4 x 8 tiempos.
- Estribillo: 2 x 8 tiempos.
- Puente/transición: 3 x 8 tiempos.
- Estribillo x 2: 4 x 8 tiempos.
- Final: 1 x 8 tiempos.
Con esta estructura sabes cuando puedes meter los cambios de ritmos o las repeticiones que puedes hacer de un mismo paso o trozo de coreografía y que te cuadren con la repetición de tiempos. Estudia dónde están las pausas y dónde se sitúan los golpes fuertes.
Se trata de un paso fundamental que te permitirá montar una coreografía de manera coherente a través de una visión general de la canción.
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Emociones
Por otro lado, una vez analizados los aspectos más técnicos de la canción, es momento de dejar fluir los sentimientos. Aprecia qué emoción te inspira la pieza: ligereza, tristeza, alegría, nostalgia, enojo, falta...
Si tiene letra... ¿cuenta una historia que te toque personalmente? Ponle palabras a tus sentimientos y traduce la emoción que sientes a través de gestos y movimientos coreográficos. Si hay letra en otro idioma, busca una traducción en internet para averiguar de qué trata la canción y transmitir así la emoción correcta.
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4. Tomar inspiración
Una vez que ya tienes la canción y el estilo de baile, puedes ver coreografías que ya se hayan hecho para ese baile. Esto te ayudará en dos cosas: inspirarte para crear tu coreografía y no acaba copiando lo ya hecho, aunque sea de forma inconsciente.
Si se da el caso de que no encuentras coreografías ya montadas para la canción que has elegido, puedes optar por analizar el tipo de baile que quieres reproducir. Aunque sea sobre otras canciones, los pasos y estructuras de los bailes suelen ser similares entre coreografías del mismo estilo de baile.
Del mismo modo, la inspiración puede aparecer en cualquier lado. No solo tienes que ver cosas relacionadas con el baile para inspirarte. Otras formas de arte también pueden servirte de inspiración.
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5. Definir dónde y cuando se va a realizar la coreografía
Quizás esto es demasiado pedir, sobre todo si estás empezando a montar tus primeras coreografías y de momento no tienes previsiones de que vayan a llegar a un escenario.
No obstante, está bien proyectarse. El espacio y el tiempo de ensayo es un aspecto fundamental a la hora de crear una coreografía.
Cuanto más grande sea el lugar, más libertad habrá para hacer grandes movimientos y configurar diversas figuras con los integrantes del grupo.
Imagínate que estás montando una coreografía de danza clásica y quieres que los bailarines hagan piruetas en movimiento. Igual si tienes poco espacio y varios bailarines, no es buena idea y tienes que optar porque hagan las piruetas en el sitio.
Lo mismo si quieres hacer saltos o lanzar un bailarín; incluso puede ser peligroso en espacios reducidos.
Por otro lado, está el tiempo que tienes para ensayar la coreografía. Si, como decimos, no es algo que vayas a representar en público, da un poco igual; pero si no, tendrás que tener en cuenta el tiempo que tienen los bailarines para aprenderse la coreografía y ensayarla. Algo demasiado complejo y con gran destreza puede ser difícil de controlar en poco tiempo.
6. Empezar a montar la coreografía en cualquier parte de la canción
A veces puede ocurrir que tenemos una súper idea para el estribillo de la canción o para el cierre y no tenemos ni pajolera idea de cómo comenzar al principio. ¡Pues deja el principio para el final!
Nadie dijo que tenías que montar el baile de forma ordenada. Puedes ir creando por partes. De hecho, es muy habitual tener huecos en la coreografía y dejarlo al final o incluso colocar algunos pasos temporales que sabes que cambiarás. Inevitablemente te quedarán espacios vacíos en los que no sabrás qué hacer, en los que no tienes inspiración. No te preocupes por eso aún.
Eso sí, por el contrario, las secuencias que ya tienes y estás seguro de ellas, tienes que pulirlas bien. Concéntrate en las secuencias que ya tienes y refina las partes que quieras conservar.
Perfecciona los movimientos: no dudes en grabarte para ver lo que tienes al poner todas las secuencias de principio a fin.
Principio y fin
Empero, no te vamos a mentir, tienes que prestar especial atención al principio y el final: el principio y el final son dos pesos pesados. El principio permite capturar la atención del espectador directamente. Comienza con movimientos impresionantes o simplemente cuida tu entrada en el escenario. Al final, debes dejar una buena impresión general en la audiencia antes de salir del escenario.
¿Tienes problemas de memoria con los pasos de baile? Aquí tienes los mejores consejos para memorizar una coreografía fácilmente.
7. Ir completando secuencias
Parece un poco redundante decir que para crear una coreografía hay que ir montando la coreografía por partes. En este artículo hemos intentado darte una visión general de cómo se crea un baile, pero también consejos específicos sobre cómo hacerlo.
Apunta:
Intercambiar momentos tranquilos con momentos más rápidos
No puedes estar todo el tiempo dándolo todo a riesgo de quedarte exhausto. El cardio puede dejarte totalmente agotado si encadenas muchos saltos y piruetas, cosa que el público notará fácilmente.
Además, menos es más. Si llenas la coreografía de acrobacias, dejarán de tener el mérito que tienen porque el público está constantemente viendo grandes saltos. Sin embargo, si solo colocas dos o tres, llamarás la atención del público en ese instante y las disfrutarán doblemente.
Simplificar las cosas y dejarse llevar
No es necesario mostrar toda tu técnica en una sola canción. Puedes hacer partes más técnicas, pero no lo hagas a riesgo de perder tu audiencia olvidando la emoción de la canción. Al igual que en la música, las pausas permiten expresar mucho en el baile. Un movimiento lento y bien ejecutado permite transmitir muchas emociones, más de lo que piensas.
Usar la misma secuencia varias veces
Si la música tiene un estribillo, puedes reutilizar la misma secuencia, especialmente si es una música animada. Así, el público no se perderá. A veces, el principio y el final también pueden ser similares.
Terminar todos los pasos
No hagas las cosas a medias. Cada gesto debe estar presente por una buena razón y cada movimiento debe realizarse desde la punta de los dedos de las manos hasta la punta de los dedos de los pies antes de pasar al siguiente. Esto le dará más intensidad a su coreografía.
No cantar
No hay nada más desconcertante que un bailarín que canta. Eres un bailarín, no un actor. El público viene a verte bailar y no al teatro. También evita cantar la letra en el escenario. Es bastante confuso para la audiencia.
Usar todo el espacio
Si ensayas en casa en un espacio pequeño, puede ser difícil moverse, pero es absolutamente necesario usar el movimiento en tu coreografía, especialmente si estás solo en el escenario. Aportarás dinámica y llamarás la atención del público. Usa todo el espacio disponible en el escenario para ir al centro, atrás, frente...
Descubre las mejores canciones con pasos de baile fáciles.
8. Completar los huecos de tu coreografía
Al repetir la coreografía varias veces, podrás improvisar en las partes que te falten para encontrar poco a poco cómo «rellenar» estos espacios.
Graba una y otra vez tu baile hasta que encuentres los movimientos que peguen con tu música, que te digan algo y que te permita hacer una buena transición entre dos partes coreografiadas.
Si no eres capaz de rellenar los huecos, échale un vistazo a los vídeos para ver si hay movimientos que puedas adaptar, tal vez incluso colocándolos en otro lugar.
Improvisar
Este sería como el punto 7.1. Cuando tengas un bloqueo creativo, dale al play y déjate fluir.
Si nunca has improvisado, ha llegado el momento de empezar. La improvisación libera emociones, sin pensar demasiado en la técnica. Por supuesto, es necesario ejecutar pasos de baile y ejecutarlos al ritmo de la música, pero también no bloquearse con algo demasiado coreografiado.
¿Te resulta paradójico crear una coreografía improvisando? Sin embargo, si lo piensas, todo comienza con la improvisación.
Lo mejor es grabarte durante tu improvisación. Después de haber estudiado bien la música, dale al play e improvisa un par de veces mientras te grabas. No mires los vídeos entre parte y parte para no influirte.
Deja los vídeos a un lado durante unas horas o el resto del día y vuelve a ellos al día siguiente, por ejemplo. Échale un vistazo a los vídeos y selecciona las partes que quieras conservar. Ten en cuenta la secuencia que te parezca más interesante para cada parte.
También puedes anotar los pasos de baile en una hoja si así te ayuda a montar poco a poco tu coreografía. No obstante, no subestimes el poder del soporte visual: es mucho más fácil corregir las posturas después si te ves.
Aquí te dejamos unos cuantos vídeos de baile para aprender a bailar.
9. Bailar la coreografía sin música
La prueba de fuego: bailar en silencio. Sí, estás creando una coreografía para una canción determinada, no tiene sentido la coreografía sin su canción. Sin embargo, bailar sin oír la música te permitirá salir de tu zona de confort para así incorporar movimientos difíciles que no habías imaginado antes.
10. Dejar repostar la coreografía
Tras varios días de trabajo habrás logrado montar toda la coreografía.
Lo que pasa es que ya has repetido tantas veces cada secuencia que igual no detectas algunos fallos o no eres capaz de ver la pieza en su conjunto.
Lo mejor es que dejes pasar unos días, ni repasar la coreografía ni pensar en ella. Como si se te hubiese olvidado.
Luego de ese reposo, es momento de volver a hacer la coreografía completa y ver cómo te sientes con ella.
Observar si cada paso encaja con la canción como la primera vez o si sientes que hay que modificar algún paso o secuencia. Lo más normal es que sí. ¡Así es el proceso creativo!
¿Has apuntado todo? Ahora ya sabes cómo hacer una coreografía paso a paso.
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Me parece q es una nuy buena guia q an implimitado los profes para nuestros mejores aprendizajes
Gracias por tu comentario, Melissa <3
Increíble explicación me gustó muchísimo ❤❤
¡Qué alegría saberlo! Gracias por leer nuestro blog <3
Gracias por todo el apoyo
¡Con gusto! :)