Por qué no deberías matar a una lagartija

14 mayo, 2018 - Maria Aguirre

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Las lagartijas son una de esas especies conocidas por todos, que además encantan a los niños desde pequeños, pero que sin embargo apenas se sabe en la calle de su papel vital para mantener el equilibrio de los ecosistemas donde viven. Esto hace que en muchas ocasiones se las maltrate e incluso se llegue a matarlas, como si además de ser seres vivos como cualquier otro no tuvieran importancia sus funciones en la naturaleza. Nada más lejos de la realidad, ya que estos bellos y variados animales son decisivos en más cosas de las que creemos.

Fundamentalmente, no debes matar una lagartija porque tampoco acabas con la vida de un perro o un gato, ¿verdad? Los animales merecen vivir todos y cada uno de ellos, sea cual sea su especie, y no somos nadie los seres humanos para quitarles la vida porque sí. Pero además, debes saber que si no existieran las lagartijas, que por cierto están amenazadas en muchos lugares del planeta por el cambio climático, las poblaciones de insectos se dispararían. Y ya se sabe que las plagas de insectos no suelen traer buenas noticias a la naturaleza y especialmente a la agricultura ya que suelen suponer la ruina de muchas siembras y cultivos.

Además, las plagas de insectos alteran peligrosamente los ecosistemas donde se producen, obligando muchas veces a controlarlas al ser humano que tiene que desarrollar planes para erradicarlas de manera antinatural con un coste económico notable y en ocasiones también medioambiental.

Por otro lado, depende del insecto que protagonice la plaga, puede suponer problemas de salud para los seres humanos, ya que éstos son portadores de enfermedades peligrosas en bastantes casos.

Al mismo tiempo que son animales que cumplen su función de cazadoras, son también presas de otras especies más grandes, muchas de ellas en peligro de extinción como por ejemplo algunas rapaces. En concreto en España tenemos una variedad sobresaliente de rapaces y pequeños mamíferos que se alimentan en un alto porcentaje de especies como las lagartijas, de forma que tenemos todavía más responsabilidad en este sentido. Los ecosistemas solo se mantienen si los seres humanos somos responsables con ellos, y las especies pequeñas como las lagartijas son uno de los primeros eslabones, así que si se les elimina estaremos provocando a medio plazo un cambio en el resto de eslabones que puede conllevar consecuencias trágicas tanto para el campo como para el resto de fauna animal que convive con ellas.

Por todo esto, sin duda alguna, no hay otra vía que dejar que la cadena alimenticia siga su curso y su orden. Es responsabilidad de los adultos concienciar a los más pequeños de que los animales salvajes son algo más que criaturas bellas, y las lagartijas además de divertidas y espectaculares por sus colores y formas no son menos que otras especies.

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