La complacencia de Dios

¡JESÚS FUE EL APROBADO DE DIOS PARA SUSTITUIRNOS PARA EXPIACIÓN POR NUESTROS PECADOS!

«Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.» – Marcos 1:11 (RVR60)

Encontramos en este pasaje el relato de la voz del Creador desde los cielos cuando Jesús fue bautizado en el Jordán por Juan. Un versículo antes de este dice que el Espíritu vino sobre Jesús, cumpliéndose así la profecía de Isaías 42:1, la cual dice: «he puesto sobre él mi Espíritu». Al acontecer esto, entonces, la voz se oyó; haciendo dos declaraciones: una, que éste Jesús era el Hijo de Dios; dos, que en él tenía complacencia.

Mi atención en este pasaje es en la palabra «complacencia». Esta palabra proviene de una palabra griega, «eudokéo», que quiere decir: «pensar bien de», es decir, «aprobar» (un acto); «aprobado» (persona o cosa). En otras palabras, Jesús era el aprobado de Dios. Al venir el Espíritu sobre Él, Dios certificó que éste Jesús era su aprobado, y cuando algo es aprobado es porque es bueno. Jesús, por así decirlo, era lo mejor que había, lo más bueno, lo más hermoso, lo que agradó a los ojos del Padre, el Amado de Dios.

Pablo por su parte voltearía a ver a los gentiles por si quizá hubiera alguien que cumpliera con las exigencias y demandas de la ley y la justicia de Dios, y de la misma manera voltearía a ver al pueblo judío para buscar lo mismo, entonces después de buscar entre judíos y gentiles, y ver que no se encontró a ninguno que fuera apto, exclamaría:

«¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? (que los gentiles), En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. – Romanos 3:9-12 (RVR60).»

¡JESÚS FUE EL APROBADO DE DIOS PARA SUSTITUIRNOS PARA EXPIACIÓN POR NUESTROS PECADOS! (Romanos 3:24-26).

Deja un comentario