Los efectos de la radiación del accidente de Chernóbil perduran en el tiempo

Cáncer de tiroides, leucemia, cataratas, mutaciones y depresión... son algunos de los efectos de la radiación documentados por la Organización Mundial de la Salud. La institución alerta de que algunas de estas dolencias han permanecido en el tiempo.

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Sergi Alcalde National Geographic
Sergi Alcalde

Periodista especializado en ciencia, sociedad y medio ambiente

La explosión en 1986 del reactor nuclear número cuatro de la planta de Chernóbil provocó la mayor fuga radiactiva descontrolada de la historia de la humanidad. El estallido y el incendio posterior liberaron a la atmósfera grandes cantidades de yodo radiactivo y cesio que las corrientes de aire dispersaron por el cielo de Bielorrusia, Rusia y Ucrania. En 2006 la OMS (Organización Mundial de la Salud), publicó un informe en el que se resumían 20 años de investigación sobre las consecuencias que el accidente tuvo para la salud de la población. Estas son sus principales conclusiones:

Cáncer de tiroides: a lo largo de los últimos 30 años, la atención de la OMS se ha centrado en investigar la asociación entre este tipo de cáncer y la exposición al material radiactivo. La organización centró su estudio en los efectos de la radiación en niños y adolescentes de las regiones más afectadas que habían bebido leche contaminada. El estudio concluyó que a fecha de 2016 se habían diagnosticado más de 11.000 casos de cáncer de tiroides entre este grupo de población, y que la incidencia de esta enfermedad seguiría incrementándose con el tiempo.

Otros tipo de cáncer: la OMS sigue investigando los casos de leucemia documentados entre la población expuesta a la contaminación. El grupo de cohorte estudiado (un total de 530.000 operarios encargados de la limpieza y reparación del reactor –los llamados liquidadores– recibió una dosis de radiación de 20 a 5.000 milisievert (mSv) entre 1986 y 1990). La organización afirma que existen evidencias científicas que relacionan la incidencia de esta enfermedad con la exposición de pequeñas dosis a lo largo del tiempo, pero admite que para llegar a conclusiones más determinantes sobre los efectos a largo plazo serán necesarios estudios epidemiológicos más extensos.

Otras enfermedades: según la OMS, desde la publicación de su anterior informe en 2006 se han encontrado nuevas pruebas que demuestran la asociación entre las elevadas dosis de radiación y la aparición de cataratas. Los expertos sostienen que el riesgo de padecer esta dolencia aumenta con dosis superiores a los 150 mSv, aunque, según señalan, estudios internacionales apuntan a que una exposición de solo 20 mSv ya puede ser suficiente para provocarla.

Impacto psicológico, social y mental: Los orígenes de estos efectos psicosociales son complejos, y están relacionados con diversos factores, incluyendo ansiedad ante la radiación, cambios en el estilo de vida (especialmente en la dieta, alcohol y tabaco), sensación de exclusión social y estrés asociado con la evacuación y la reubicación, por lo que es difícil estimar cuáles de estos síntomas están relacionados directamente con la radiación. Sin embargo, según la OMS, Chernóbil ha sido documentado como el accidente nuclear, junto con el de Fukushima, que más impacto psicológico ha provocado a un mayor número de personas. Los estudios recopilados por la entidad indican que en Chernóbil duplicaban los de la población no expuesta.