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Funciones vitales de las bacterias

Las bacterias desarrollan las funciones vitales propias de cualquier otro ser vivo: nutrición, relación y reproducción.

En cuanto a la nutrición, dependiendo de la manera en que obtengan la materia y la energía, las bacterias se clasifican en:

Bacterias autótrofas: toman materia inorgánica del medio y la transforman en materia orgánica gracias a la energía de la luz.

Bacterias heterótrofas: toman materia orgánica directamente del exterior, ya sea del medio o de la asociación (simbiosis o parasitismo) con otro ser vivo. Estas bacterias también pueden ser saprófitas, es decir se alimentan de seres muertos provocándoles la descomposición.

 

Reproducción bacteriana: Bipartición

La función de la relación en las bacterias se explica porque son capaces de responder a los cambios del medio en el que viven. Estas respuestas se ponen de manifiesto, por ejemplo, en forma de movimiento (algunas poseen distintos tipos de flagelos) o formando esporas cuando las condiciones ambientales se tornan desfavorables, como la falta de alimento. La espora tiene una envoltura resistente y contiene una parte del citoplasma y el cromosoma de la bacteria. Puede resistir condiciones adversas durante mucho tiempo, es un estado de vida latente.

En lo que respecta a la reproducción, si las condiciones son óptimas (temperatura y alimentación adecuadas), la mayoría de las bacterias se reproducen cada 30 minutos mediante el proceso de bipartición.

El proceso se realiza del siguiente modo: la bacteria aumenta de tamaño, duplica su cromosoma y forma en la zona central un tabique de separación entre las dos células hijas iguales genéticamente y más pequeñas que la progenitora.

En ocasiones, las hijas permanecen unidas entre ellas, por lo que podemos encontrar agrupaciones de bacterias en forma de cadenas.