Viviendo para la gloria de Dios

Predicas escritas


VIVIENDO PARA LA GLORIA DE DIOS

"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,

hacedlo todo para la gloria de Dios."

1ª. Corintios 10:31

Es algo que se oye fácil, que damos por hecho desde el momento en que somos cristianos, que vamos a la iglesia; pero es muy probable que no le hayamos dado el verdadero significado a lo que estaba diciendo el apóstol Pablo.

Hubo un hombre en el siglo XVIII que comprendió este texto y en consecuencia él tomo decisiones en su vida para vivir de ésta manera, es Jonathan Edwards, si usted no lo conoce es porque no se ha detenido a leer su biografía, cada tiempo ponemos la biografía de un hombre de fe, la de él está pegada en la pared de esta iglesia. Este hombre es el protagonista del llamado gran avivamiento en Estados Unidos. Con su predicación se convirtió el 10% de la Nación, vivió, se entregó a la obra del Señor, su abuelo era un pastor y desde muy temprana edad tomó la decisión de vivir para la Gloria de Dios. En sus escritos se encuentran las 70 resoluciones que él tomó para vivir para la gloria de Dios y, para entrar en el tema le voy a leer 2 o 3 resoluciones.

La Primera Resolución: "Resuelvo que hará todo lo que piense que sea para la mayor gloria de Dios y mi propio bien."

¿Cuál es la primera determinación que él toma? "Que todo lo que piensa o haga sea para la mayor gloria de Dios."

La Quinta Resolución: "Resuelvo nunca perder un momento de mi vida, sino perfeccionarlo de la forma más provechosa que yo pueda"

¿Qué quiere decir? Él estaba decidido a vivir cada momento de su vida, en bien propio, en el bien de los demás, en la edificación propia.

La Resolución Número 28: "Resuelvo estudiar las Escrituras tan firmemente, constantemente y frecuentemente como pueda, de la manera que pueda encontrar y percibir en mí el crecimiento en el conocimiento de ellas."

Si yo le pregunto ¿Cuántos años cree que tenía Jonathan Edwards cuando tomó estas determinaciones o hizo estas resoluciones? Tal vez no imagine su edad.

Al principio dice que él promete, al menos leer una vez a la semana estas resoluciones para no olvidar el compromiso que había hecho con el Señor. El tenía entre 18 y 19 años.

¿Qué quiere decir esto, a qué vamos? Dios nos dice en su palabra que todo lo que hagamos, desde el comer y el beber sea para la gloria de Dios, desde lo más simple, lo más cotidiano que es el comer y el beber, tiene que ser para la gloria de Dios. Todo lo demás lo debo hacer para su gloria. ¿Cómo es que puede yo llegar al convencimiento de que todo lo que haga sea para la gloria de Dios?

Primeramente el hombre necesita conocer la razón de su existencia. Si no la conoce, no podrá vivir de ésta manera.

En el libro de Isaías 43: 7 Dios nos habla de la razón de nuestra existencia, por la cual fuimos creados:" Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice."

Isaías 61:3 "a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya

¿Qué quiere decir esto, a qué se refiere cuando dice que somos hechos para la gloria de Él?

Si nosotros entendemos el mensaje que está dando Dios, tenemos que tener claro que vivir para la gloria de Dios, no es un llamado, es la razón de nuestra existencia, para eso Dios nos creó y formó, El nos está diciendo "yo te formé para que vivas para mi gloria", no es opcional. Este es el propósito y razón de nuestra vida. Vivir para su gloria aún en las cosas más pequeñas, aún en las más cotidianas, que consideramos insignificantes. Dios quiere que las vivamos para su gloria.

Cuando Dios nos creó, así estaba pensando "éstos son para mi gloria, para gloria de mi Nombre". No estaba pensando que le serviríamos para otra cosa... porque el vivir para la gloria de Dios encierra el propósito de la vida del creyente. Abarca el vivir toda nuestra vida para su gloria. No excluye ninguna área de nuestra vida, no deja fuera la vida en la casa, los amigos. Todo tiene que ser para la gloria de Dios, no quiere decir que cuando yo estoy en mi hogar, con mi familia, yo haga cosas que no glorifiquen a Dios, todo tiene que ser para la glorificar su Nombre. En el momento que yo quiera formar un matrimonio, tener una esposa, lo tengo que hacer con la visión que voy a ser un esposo para la gloria de Dios, usted tiene que pensar va a ser una mujer para la gloria de Dios, que los hijos que tenga, los tengo que formar para la gloria de Dios, que crecerán con esta idea en su mente, que fueron traídos a esta existencia para que Dios reciba gloria en sus vidas. Cuando voy a mi trabajo, lo hago para la gloria de Dios, por eso mi trabajo es el más excelente, cuando estudio, lo hago para su gloria. Todas las cosas materiales que poseo son para la gloria de Dios. Si un día pensamos hacer algo fuera de este propósito, ese día estamos perdidos, hemos perdido la razón de nuestra existencia. Con los amigos que tengo, quiero ser un amigo de ellos para la gloria de Dios, quiero ser un conducto para que ellos se conviertan al Señor, como dice su palabra "Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos."(Jeremías 15:19)

Se oye simple; pero encierra una realidad enorme en la vida del creyente, vivir para la gloria de Dios no es subirse al altar y tocar un instrumento, no es venir y decir un sermón solamente, no es barrer la iglesia. Vivir para la gloria de Dios es determinar todos los días de mi vida que todo lo que haga va a ser dentro de Su Voluntad, eso es vivir para la gloria de Dios, que lo que voy a hablar, como voy a actuar y reaccionar ante las demás personas, tiene que ser una reacción que glorifique a Dios.

SON NECESARIAS AL MENOS DOS COSAS QUE LA BIBLIA NOS ENSEÑA:

Una de ellas es consagración y la otra, es el fruto que tenemos que dar. Si hay en nuestra vida estas dos cosas, podemos decir que estamos viviendo para la gloria de Dios.

PRIMERO: CONSAGRACIÓN

Si creemos que vivir para la gloria de Dios, es servir en la iglesia sin consagrar nuestra vida al Señor, eso no es vivir para su gloria.

El que no decidamos apartarnos del mundo y de aquéllas cosas que tratan de llevarnos nuevamente a la esclavitud del pecado, eso no es vivir para la gloria de Dios, no es cumplir con su propósito.

Cuando Dios nos salva, nos hermosea por su salvación, nos convertimos en un instrumento de honra.

Todos los instrumentos del templo, los vasos, las vasijas, los candeleros, se habían santificado y consagrado para usarse solamente en el servicio a Dios.

Cuando el pueblo de Israel está en cautividad en Babilonia, el rey Belsasar los usa, encontramos esta narración en el libro de Daniel.

"El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus príncipes, y en presencia de los mil bebía vino.

Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén, para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus mujeres y sus concubinas.

Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas.

Bebieron vino, y alabaron a los dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.

En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía." Daniel 5:1-5

En ese mismo momento llega el juicio de Dios contra la vida de éste hombre y aparece esa mano que escribe en la pared que el reino de Babilonia había sido roto e iba a caer en manos de los persas (Daniel 5.28).

Esos vasos de oro y de plata fueron creados con un propósito y una vez que se hicieron se consagraron, se apartaron para el servicio a Dios. Esto es santificación y consagración: tomar algo y ponerlo aparte para dedicarlo exclusivamente a una cosa. Cuando Dios nos crea, lo hace con ese propósito. Entonces así como las cosas del templo, los vasos de oro y de plata lucían hermosos, así hizo Dios con nuestra vida. "nos salvó, nos hizo de gran estima para sus ojos, nos hermoseo con su salvación y nos apartó para que vivamos para gloria de Dios". No hay otra manera de decir que vivimos para gloria de Dios si no nos consagramos a Él.

Acompáñeme a Leer lo que dice el profeta Ezequiel, capítulo 44:23.

Hablando el Señor de los sacerdotes y su función. Una de las cosas que tenían que hacer era esta:

"Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio."

¿Cuál era la labor del sacerdote? Usted sabe que el pueblo de Israel, era el pueblo que Dios escogió, elegido para la gloria de su nombre. Dios le dice al sacerdote: tú al pueblo le tienes que enseñar a reconocer que es lo santo y lo profano, que es lo limpio y lo no limpio...¿Por qué? Porque Dios quería un pueblo apartado para Él, para gloria de su Nombre.

En 1ª. Juan 2:15-17 la Palabra de Dios nos enseña:

"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."

Dios nos dice que nos hizo para su gloria por consecuencia no amemos nada del mundo, porque aquél que disfruta las cosas del mundo, su vanagloria, que sufre por las cosas que dejo atrás, no está el amor del Padre en él.

No nos está diciendo otra cosa, debemos de apartarnos para el Señor.

La otra parte también muy importante será tratada a continuación.

SEGUNDO: El FRUTO.

En Filipenses 1:10-11

"para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios."

Si queremos que Dios reciba gloria y alabanza, debemos estar llenos de frutos de justicia, no podemos vivir para la gloria de Dios si no los tenemos.

En el evangelio de Juan 15:5 el Señor nos dice :

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."

Mientras el pámpano no está pegado al árbol, es imposible que lleve mucho fruto. (v.8) "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto."

Cuando el creyente se olvida de esta prioridad, de manifestar un fruto para que Dios sea glorificado, será imposible.

Jesucristo habla de fruto, y nos está pidiendo una cantidad determinada y es: "mucho fruto" ¿Sabe cómo se lleva mucho fruto? Viviendo todos los días de nuestra vida para la gloria de Dios? Que lo que hagamos hoy y el día de mañana sea para su gloria. Hasta que yo tenga este principio bien claro voy a empezar a dar fruto en abundancia, y un fruto que persevera , ya que el creyente que vive en consagración continuamente está dando fruto. Los hombres van a ver algo en su vida y van a decir verdaderamente éste es un hijo de Dios y está viviendo para la gloria de Él, no para satisfacerse a sí mismo, su ego o arrogancia.

Leamos Efesios 1

" Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.

En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo."

Hasta el versículo 11 nos habla de todas las bendiciones espirituales que tenemos al recibir al Señor Jesucristo, nos dice que Dios nos había escogido para ser hijos suyos, para darnos su sabiduría e inteligencia, para darnos una herencia...y en el versículo 12 nos dice "a fin" y esa palabra nos habla del propósito de todos los versículos anteriores: "a fin de que seamos para alabanza de su gloria". Todo lo que hemos recibido del Señor, toda su gracia, el que Dios desde la eternidad nos haya escogido para ser hechos hijos suyos, todo eso tiene un propósito, dice el apóstol Pablo, "a fin" que seamos usados para alabanza de su gloria. Nuestra existencia no tiene otra razón, tenemos muchas cosas que hacer en esta vida, pero al final, todas tienen que tener un propósito: la gloria de Dios.

Si no pensamos en eso, hemos perdido la visión, el objetivo, la razón de nuestra existencia. Todo lo que Jesús hizo tenía un propósito: Que los hombres glorificaran a Dios.

¿Cuál debe ser el propósito de nuestra vida? Que todo lo que hagamos sea para su Gloria, que todo lo que la gente vea y perciba en nosotros, vea que está hecho con el fin de que Dios reciba la gloria. Cuando no es así, cuando lo terrenal empieza a salir en nuestra vida y hacemos las cosas por soberbia y vanidad. Cuando predico la Palabra por un objetivo propio y hago las cosas por tratar de sobresalir. Cuando esto sucede y no busco la gloria de Dios, pierdo el objetivo, la razón de mi existencia, en ese momento el creyente queda a merced del diablo.

¿Qué es lo que nos hace vivir lejos de buscar siempre la gloria a Dios?

En Juan 12:42-43 enseña la Palabra de Dios:

"Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.

Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios."

Usted puede decir que eso les pasaba a ellos porque en esa época les daba miedo confesar a Jesús. En estos tiempos todavía hay gente que ama más la gloria de los hombres que la gloria de Dios, porque la gloria de los hombres siempre va a exaltar al hombre, el ego por el cual el diablo es el diablo: "el quiso recibir la gloria que es para Dios."

Cuando el creyente está buscando quedar bien con los hombres por no ser señalado o segregado, su razón de existir se ha perdido.

Dios nos hizo como un vasos de consagración, con un firme propósito, si usamos nuestra vida para un uso diferente al que Dios quiso, perdemos el valor.

Si usted tiene un vaso de oro para que luzca en la vitrina y lo usa para algo ordinario, lo talla con jabón común, irá perdiendo su brillo y su valor, porque no lo uso para lo que lo había comprado, para que brillara y luciera. Eso mismo pasa con nuestra vida, es lo que verá la gente si no llevamos fruto.

En la medida que el creyente deja de vivir para la gloria de Dios, empieza a perder su valor y a parecerse más a los vasos viles que a los que han sido consagrados.

Los vasos de la consagración eran de oro y plata puros. Cuando Dios nos salvo a usted y a mí, nos hizo puros delante de Él, quitó la suciedad de nuestra vida, dio un propósito a nuestra existencia. A lo mejor antes no teníamos una razón, un motivo para vivir; pero Dios nos salvó, nos dio una razón para vivir y nos dijo: "para esto te he salvado, te he limpiado...para que vivas para gloria de mi Nombre"

En Romanos 1:21 Pablo nos está hablando de la pecaminosidad del hombre, de la forma en que el hombre renuncia al propósito de su creación, por lo cual se entrega a vivir una vida que no agrada a Dios.

"Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido."

¿De quién se acuerda usted? El mismo diablo dijo esto:

"...Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;

sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo."

Isaías 14:13-14

El era un hermoso querubín; pero se engañó y quiso recibir la gloria que era para Dios. Esa no era la razón de su existencia, se envaneció.

Los hombres profesando ser sabios se hicieron necios. Vea hasta dónde cae el hombre una vez que deja de vivir conforme al propósito de Dios y vive en la necedad del mundo, lea Romanos 1:23-32

"y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican."

Jonathan Edwards , determino vivir para la gloria de Dios, que todo lo iba a hacer para su gloria.

Yo lo quiero invitar a que tome una resolución en su vida. En otras de sus resoluciones Edwards dijo "y si acaso dejo de hacer lo que antes dije y me olvido, me vuelvo perezoso, prometo que cuando me arrepienta retomaré el camino que había decidido tomar."

¿Qué estaba declarando este hombre? El sabía que un momento podía perder el objetivo, la mira, como a nosotros nos puede pasar. Tal vez los afanes, los amigos, los problemas, nos lleven a olvidar la razón de nuestra existencia y a renegar de Dios y un día decir: "Si Dios estuviera, yo no estaría en esta situación"

Dice Jonathan Edwards:

"Si acaso un día me pasa esto, cuando Dios me vuelva mi conciencia,

cuando Dios me regrese mi juicio, voy a retomar este estilo

de vida que es la gloria de Dios".

Lo invito a que usted también tome esta resolución.

Dios te Bendiga

Pastor Arturo Camacho Dávila

Congregación Pan de Vida | 2016 | La verdad te hará libre
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