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Nada arruina más una buena ducha caliente que un clima helado después. El aire frío que sientes después de salir de la ducha puede ser deprimente. Pero, hay muchos pasos que puedes hacer para protegerte del frío. Si subes la temperatura, preparas algunas toallas calientes y empleas las técnicas correctas para ducharte, ¡podrás evitar los momentos heladísimos y disfrutar de tus duchas todo el invierno!

Parte 1
Parte 1 de 3:

Hacer que el cuarto de baño esté caliente

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  1. Debes asegurarte de que el cuarto de baño y las habitaciones adyacentes se calienten lo más que puedan, así que recuerda subir la temperatura unos 30 minutos antes de ducharte. No será necesario que el calor esté al máximo todo el día, solo lo suficiente para que no te dé frío cuando termines.
  2. En ocasiones, el sistema de calefacción regular no es suficiente. Un calefactor pequeño puede dar calor extra. Busca un lugar para ponerlo que esté lo más alejado posible de cualquier fuente de agua. Asegúrate de que esté en dirección a la ducha y ¡disfruta de tu baño calentito![1]
    • Si tienes el dinero para una opción más sofisticada, puedes instalar calefactores altos en las paredes del cuarto de baño.
  3. Si hay un espacio grande debajo de la puerta del cuarto de baño, el calor puede escapar por ahí, ya que el calor fluye naturalmente hacia lugares más fríos. Para detener el escape del preciado calor, compra un burlete o aislante para puertas en una tienda de productos para el hogar. Otra opción es tener simplemente una alfombrilla de baño o toalla al lado de la puerta y, cuando sea hora de la ducha, podrás enrollarla y colocarla en el espacio de la puerta.[2]
    • Si bien no es necesario para todos los cuartos de baño, bloquear los espacios debajo de las puertas es importantísimo para los cuartos de baño pequeños y los que se encuentran en pasillos o dormitorios muy fríos.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Preparar las toallas y la ropa

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  1. La mejor manera de protegerse del frío consiste en absorber el exceso de agua lo más rápido posible. Secarse el cabello con la toalla puede dejarla empapada y sin la capacidad absorbente necesaria para secar el cuerpo rápidamente. Tener como mínimo 2 toallas listas garantizará que tu cuerpo y cabello se beneficien a la hora de secarte.[3]
    • Si tienes el cabello corto, una toalla de mano será suficiente para secártelo.
    • Sin embargo, si tu cabello es muy largo, puedes usar varias toallas para secártelo. En un día muy frío, ¡valdrá la pena!
    • Las toallas de microfibra superabsorbentes también son buenas opciones para el cabello largo.
    • Considera la posibilidad de lavarte el cabello con menos frecuencia si te preocupa el hecho de usar demasiadas toallas. La mayoría no necesita lavárselo a diario.
  2. Una toalla caliente te mantendrá caliente. Si tienes una secadora en casa, pon tus toallas unos cuantos minutos en un ciclo caliente antes de ducharte. Otra opción es comprar un calentador de toallas o un toallero término. Los encontrarás en las tiendas de productos para el hogar.[4]
  3. Si puedes colgarlas sobre la cortina de la ducha sin que se mojen, excelente, pero un toallero cercano también será una buena opción. Además de mantenerlas calientes, la proximidad a la ducha también garantizará que las tengas a la mano para que te seques rápido después de ducharte.[5]
  4. ¡La ducha caliente puede calentar más que las toallas! También pon cerca de la ducha cualquier prenda que tengas pensado usar después de ducharte, por ejemplo, una bata o unas pijamas abrigadas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Tomar la ducha

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  1. La ducha debe ser de una temperatura caliente pero segura. Entre más caliente sea, más vapor generará. El vapor retiene bien el calor, así que el vapor de la ducha mantendrá caliente el aire alrededor.[6]
  2. Al abrirla un poco, el vapor saldrá al resto del cuarto de baño. Podrías tener un poco de frío al principio, pero así prepararás tu cuerpo para entrar a un ambiente más frío. Además, ayudará a calentar un poco el cuarto de baño, lo cual te protegerá del shock del aire frío.[7]
  3. No cometas el error de seguir secándote con una toalla húmeda. Cuando uno se seca con una toalla, el lado que se usa se moja mucho más rápido que el lado exterior que no tiene contacto con la piel. Cuando estés a punto llegar al 50 % de secarte, voltea la toalla para disfrutar del lado más seco.
  4. El vapor te mantendrá caliente más tiempo y tu cuerpo podrá aclimatarse gradualmente. Puedes usar ese tiempo en el cuarto de baño para hacer otras cosas como cepillarte los dientes. Para cuando salgas, estarás listo para enfrentar el invierno.[8]
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Consejos

  • Es recomendable comprar toallas de secado rápido si vives en una zona húmeda.
  • Si le pides a un miembro de tu familia que caliente las toallas mientras te duchas, será muy útil.
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Advertencias

  • Procura no tomar duchas calientes demasiado largas. La exposición excesiva al calor puede resecar la piel y el cabello. Además, la mayoría de los calentadores de agua tienen un límite de agua, por lo que podrías terminar en una situación verdaderamente gélida.
  • Nunca calientes tus toallas en un radiador o estufa, ya que podrías ocasionar un incendio.
  • Si vas a poner un calefactor en el cuarto de baño, asegúrate de que esté alejado de todas las fuentes de agua y asegúrate de apagarlo después de usarlo.
  • Asegúrate de no quemarte. Se supone que la ducha debe calentarte, ¡no quemarte!
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