Cambio y permanencia

heraclito

 

En todo lo que existe hay cambio y permanencia. ¿Qué es el cambio? No podemos definirlo…a lo más podemos decir que hay diversas clases de cambio. ¿Qué es la permanencia? Tampoco podemos definirla…y del mismo modo solo podemos decir que hay diversas clases de permanencia.

Si en todo lo que existe hay cambio…¿podemos decir que todo cambia? Pero si decimos que «todo cambia» al menos habrá algo incambiado…»el hecho de que todo cambia» y por lo tanto entramos por la referencia de la afirmación a si misma, en una contradicción. De modo que solo podemos decir que «algo cambia». Para referirnos al cambio, por lo tanto, apelamos inicialmente a la exigencia lógica de coherencia dando cuenta de que no todo cambia…sino que algo permanece. En efecto, el cambio y la permanencia son uno la negación del otro, y de este modo opuestos…pues lo contrario del cambio es la permanencia y lo contrario de la permanencia es el cambio.

¿Podremos decir, por otro lado, que todo permanece? Tampoco, porque sin duda la experiencia nos indica que algo cambia…es decir, que no todo permanece. Con lo cual concluimos que algo cambia y algo permanece…y que no todo cambia ni todo permanece. El cambio es parcial y la permanencia es parcial…siendo opuestos el uno del otro por ser uno la negación del otro. Con ello podemos decir que la existencia es parcial cambio y parcial permanencia, de tal manera que el cambio niega, al menos parcialmente, la permanencia, y la permanencia niega, al menos parcialmente, el cambio.

Para establecer lo anterior ¿a que hemos apelado? Hemos apelado a la lógica, a la exigencia lógica de coherencia para establecer que no todo cambia…y hemos apelado a la experiencia para establecer que no todo permanece. Eso quiere decir que para llegar a conocer la existencia aún en lo más elemental…el cambio y la permanencia…debemos apelar necesariamente a la experiencia y a la exigencia lógica de coherencia…siendo esta exigencia, tal vez, producto de la misma experiencia. No hay pues conocimiento auténtico, afirmaciones verdaderas acerca de la existencia, si no se recurre a la lógica y a la experiencia. Si alguien afirma que «un cuadrado es un triángulo» en esta afirmación no hay conocimiento por carecer de coherencia lógica…y si alguien afirma que «los ángeles son reales» en esta afirmación no hay conocimiento por carecer de comprobación experimental. La filosofía y la ciencia tienen ambas en comun este principio: No hay conocimiento sin coherencia y experiencia.

Volvamos a pensar en el cambio y la permanencia. Facilmente nos damos cuenta de que si algo cambia es porque permanece…pues si no permaneciera entonces dificilmente podria decirse que es «algo» y que existiendo cambia. Por lo tanto, no hay cambio sin permanencia. Del mismo modo no hay experiencia de que algo permanezca sin cambio…sino que se puede decir que si algo permanece…mientras permanece cambia. Es decir, no hay permanencia sin cambio. Esto quiere decir que el cambio sostiene la permanencia y la permanencia sostiene el cambio…que el cambio y la permanencia son no solo opuestos sino tambien complementarios. Es decir, que son opuestos y complementarios…y negandose mutuamente se complementan.

Pensemos en un gato…mientras el gato permanece cambia y mientras cambia permanece. Puede pensarse que el gato sigue siendo gato siempre…y por lo tanto que el gato en tanto gato no cambia…que la esencia gatuna del gato no cambia…esencia que es equivalente a la idea que del gato tenemos…mientras que lo que cambia del gato es lo inesencial…sus aspectos secundarios, aspectos que al cambiar no determinan que el gato deje de ser gato. Pero…¿que diferencia existe entre «la esencia del gato» y «la idea de gato»? En realidad cuando hablamos de la esencia del gato solo suponemos que existe algo en el gato que se corresponde exactamente con la idea de gato…pero esto es solo un acto imaginativo del que la experiencia no nos dice nada…y por lo tanto no es conocimiento. No hablemos, pues, de esencias ni especificamente de la esencia gatuna. Lo que si hay es una «idea de gato» que está en la mente humana. ¿Diremos que si bien los gatos cambian y no tienen esencia al menos la «idea de gato» es algo incambiado y que no necesita cambiar para permanecer? Sin embargo, preguntémosnos…¿De dónde proviene «la idea de gato»? Es claro que si no tenemos experiencia alguna sobre gatos entonces jamás formaremos de ellos idea alguna…por lo cual podemos decir que todas las ideas se forman a partir de la experiencia, incluyendo la «idea de gato». Pero no solo eso…pues si la experiencia que tenemos de los gatos continuamente cambia entonces cada novedosa experiencia que de ellos tenemos contribuye a una modificación de la «idea de gato» y esta no permanece sin cambio, inalterable, sino que se modifica continuamente a medida que tenemos nuevas experiencias en las cuales la aplicamos. Ni las más rigidas ideas como la «idea del número uno» son inalterables…pues hasta las más rígidas ideas surgen de la experiencia.

No hay ni en el pensamiento ni el la sensacion ni en parte alguna algo que permanezca inalterable, sin cambio. Cada cosa existente es una mezcla de cambio y permanencia de tal modo que existe y permanece porque cambia y cambia porque existe y permanece. Esto nos lo indican la lógica y la experiencia. Pensar en algo que no cambia o en algo que no permanece es pensar ilógicamente y de manera incoherente o pensar sin recurrir a la experiencia. El que asi piensa se coloca él mismo fuera de la filosofía y de la ciencia y no puede ofrecer ni alcanzar conocimiento alguno excepto a través del velo de sus groseros errores.

Todas las existencias que conocemos son existencias con una permanencia limitada…a todas las comenzamos a experimentar en algún momento y las dejamos de experimentar en algun otro. Incluso nuestra propia permanencia es limitada, puesto que nacemos y morimos. Todas las existencias que conocemos, pues, incluyendo nuestra propia existencia, tienen una permanencia finita, limitada. ¿Existirán, sin embargo, permanencias infinitas, ilimitadas? O dicho más sencillamente…¿Existirá algo eterno? En el ambito de las religiones se ha dicho que los dioses son eternos e increados…o que hay un único dios eterno e increado…con lo cual se ha dicho que hay unos sujetos, unas personas, que son eternas…mientras que el universo o los universos no son eternos puesto que han sido creados y pueden ser destruidos. Asi pues, los dioses o ese dios único pueden ser algo eterno. También se ha dicho que el universo mismo con toda su carga de seres limitados que nacen y mueren es algo eterno. Se ha dicho, igualmente que el universo o los universos coexisten eternamente con los dioses o con el dios único. También se ha dicho…y lo han dicho cientificos y no religiosos, que la energía es eterna y que no se crea ni se destruye…lo cual ha llevado a algunos a decir que la energía es ese dios único o que los dioses son formas de energía.

Pero…¿porqué pensar que hay algo eterno? Si no tenemos experiencia de algo eterno y si tampoco la lógica nos indicara que hay algo eterno entonces esto seria puro fantaseo y no habría conocimiento alguno a partir de esto. Cabe decir que hay un claro motivo psicologico por el cual deseariamos que hubiera algo eterno y es que nosotros no siempre estamos conformes con nuestra naturaleza mortal y quisieramos a veces vivir para siempre. Si no hubiera nada eterno ese sueño de vida eterna quedaria clausurado y por lo tanto el que sueña con una vida eterna desea siempre que exista algo eterno…por ejemplo, un dios eterno que le garantice la vida eterna como premio de su buena conducta. ¿Porque desear una vida eterna? Pues porque se teme a la muerte y se transforma ese temor en una debilidad…y de esa debilidad surge el deseo de vivir para siempre…o de prolongar la vida indefinidamente como pretende la medicina cientifica al tratar de curar todas las enfermedades, evitar la vejez y resolver todos los problemas orgánicos. Hoy dia parece que vivimos con el mismo temor a la muerte que hace esperar a ciertas almas religiosas un cielo eterno donde serán felices para siempre. Para no desear ya una vida eterna se necesita admitir la realidad inevitable de la muerte…y esto significa vencer el temor a morir y ser valiente, tener coraje no solo para vivir sino tambien para morir. Esto no significa querer la muerte o desear suicidarse porque si se quiere ser valiente…no puede uno estar escapando de la vida. No hay que tener miedo de la muerte pero tampoco hay que tener miedo de la vida.

Puede decirse tal vez que la vida eterna existe y que no desearla es un engaño…pero como no hay experiencia de nada eterno ni mucho menos de una vida eterna…esto no es ni ciencia ni filosofia sino solo fantaseo…¿no es cierto? Sin embargo, no esta todo dicho aún…

¿Puede decirse que la existencia es eterna? La experiencia nos muestra que las cosas surgen y luego se extinguen pero también nos muestra que cada vez que algo se extingue algo surge a cambio y que cada vez que algo surge algo se extingue para que ello sea posible. No hay creación sin destrucción ni destrucción sin creación…del mismo modo que no hay cambio sin que algo permanezca ni hay permanencia sin que algo cambie. La destrucción y la creación son tan complementarias como contrarias al negarse una a la otra. Y si cada vez que algo surge algo se extingue y cada vez que algo se extingue algo surge entonces algo siempre queda y algo siempre se destruye…pero no todo se destruye ni todo queda…es decir que la existencia misma es algo que nunca llega a ser nada ni nunca pudo surgir de la nada. En efecto…¿Que es la nada? Al hacer esta pregunta pregunto por «algo» y no por «nada»…es decir, me contradigo…por lo cual hacer esta pregunta es ya contradecirme y es ya contradecirme pensar en la «nada». Si algo puede decirse es que «la nada no es». De modo que la existencia es ese algo eterno, es esa permanencia eterna basada en un eterno cambio…que estábamos buscando. ¿Tenemos experiencia de la existencia? Si, siempre, mientras que existimos…y la lógica nos indica ahora que la existencia es algo eterno…un eterno cambio basado en una eterna permanencia y una eterna permanencia basada en un eterno cambio. A lo unico que podemos llamar directamente eterno, pues, es a la existencia misma. Y ahora…¿podemos preguntar…qué es la existencia? De la existencia misma nada podemos decir…excepto que es cambio y permanencia complementandose y negandose eternamente. Y si decimos que la existencia es el universo o que la existencia es aquel dios unico cuya existencia desean tanto los monoteistas…entonces el universo es eterno…o dios es eterno…o tambien, si seguimos, por este camino, hay universos y dioses eternos. Y si es así…¿acaso no puede haber vida eterna? Y si es asi, ¿porqué seria debilidad y no un acto de valentia desear una vida eterna? Lástima que solo la lógica con su exigencia de coherencia nos lleva hasta esta conclusión mientras que la experiencia nos abandona mucho antes y solo nos ofrece existencia fugaces…y nada eterno. Si exigimos al mismo tiempo, desde la ciencia y la filosofia, que la lógica y la experiencia sean ambas atendidas siempre para alcanzar el conocimiento…entonces lo unico que nos queda es una esperanza algo filosofica y nada cientifica de que halla algo eterno…incluso acerca de la existencia misma solo la lógica nos indica que es eterna. Exigir eso es un acto de coraje…coraje cientifico y filosófico.

Pd: Yo sin embargo, supongo firmemente que la existencia es eterna y que solo por eso la vida ya tiene sentido aunque mi vida no sea eterna y deba aceptar la muerte.

7 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. JLRamírez
    Feb 21, 2013 @ 21:06:35

    Esta exposición del cambio y la permanencia es la que se encuentra a la base del idealismo desde Platón. El filósofo de la Escuela de Uppsala Jakob Boström preguntaba al alumno en su examen oral si la estufa que veía frente a él estaba ahí o en la mente del alumno.

    El idealismo mistifica mucho, pero su base es innegable. La realidad, así como su permanencia y su cambio es algo que sólo puede ser establecido por la mente, es decir forma parte de nuestra condición existencial. Por supuesto que el conocimiento es la única medida de lo real. La realidad sólo puede concebirse por el conocimiento. El hablar de algo externo es solamente una ilusión. Nuestra existencia es un cárcel de pensamiento y lenguaje. Sólo podemos salir de esa cárcel saltando su propio muro con ayuda de su propia sábana. Tratar de demostrar la objetividad de “lo” pensado es como agarrar su mano con la misma mano. Lo único realmente vigente en el pensamiento es su coherencia. Der ahí el valor que se ha dado a la lógica y a la matemática

    (´He tratado de adjuntar una fotografía ilustrativa interesante. La técnica de esta página web no me permite incluirla. Se trata de un jugador consigo mismo de ajedrez, sentado frente a un espejo).

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  2. fernando-g
    Feb 22, 2013 @ 01:49:11

    El idealismo no correría igual en ambas direcciones, preferiria siempre ir en dirección a lo permanente, eterno, no alterado que es lo mismo que incambiado…y de ahí que tiente con la idea de que el cambio es ilusión y que la permanencia se sostiene en la permanencia, en si misma, con mismidad sin alteridad que la reclame o le pueda hacer alguna zancadilla. Es tentador, ofrece la deliciosa manzana de la inmortalidad, de alguna clase de inmortalidad al menos…y me da pena, por eso, no ser idealista.

    Un abrazo, Fernando

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  3. JLRamírez
    Feb 22, 2013 @ 05:12:27

    Cierto, Fernando. El idealismo platónico se convierte en un realismo exagerado, pues pretende que hay una realidad («res» significa cosa) transcendente que recordamos y que re-conocemos. Ese mito de la caverna es muy significativo. El pretendido conocimiento objetivo de la realidad es como hinchar un balón desde dentro.
    “Arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué”. La vida es como un juego en el que tenemos que seguir reglas para que se desarrolle con normalidad. Unos ganan y otros pierden, según su habilidad lógica y su elección de movimiento de ficha. Al final todos calvos.
    Yo – que me encuentro ya en el período saliente de la existencia y advierto bastantes señales de ello – pienso a menudo justamente en esa creencia en la inmortalidad que domina muchas mentes humanas. Y entiendo perfectamente que muchos se vean conminados a imaginar un más allá y una serie de realidades de carácteer religioso, para no sentirse frustrados y poder existir sin angustia. Pues si la vida solamente es una ilusión … para qué andamos planificando y desarrollando nuestra existencia? Y para qué ser buenos y condescendientes? Si no hay meta … para qué preocuparse del camino?
    Lo absurdo es la teoLOGÍA, que trata de buscar una explicación racional. En ese terreno a mi me atrae más la posición y la lectura de los místicos. No tratan de hacer una “descripción” objetiva, sino de expresar poéticamente una visión que no pretende reproducir nada, sino inventar.

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  4. fernando-g
    Feb 22, 2013 @ 12:54:15

    No podemos inculpar a Parménides que creyó combatir el absurdo al sostener que el principio de todo conocimiento es la afirmación «Lo que es, es y lo que no es, no es, no pudiendo ser que la que es no sea o viceversa»…versión que me permito. Ya en esta afirmación de lo fijo-identitario se nota, por un resquicio, que no se ha de morir o que, aún más, la muerte es ilusión. La muerte, por lo tanto, viene a ser una absurda imposición sobre nuestra vida, y admitirla es reducir a su engaño todo lo que hemos vivido. Pero nunca morir es un exceso del que justamente se quejaba el Inmortal de Borges (http://www.apocatastasis.com/el-inmortal-jorge-luis-borges-carthapilus.php#axzz2LdUlkTzm)

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  5. fernando-g
    Feb 22, 2013 @ 12:55:56

    «Cuando se acerca el fin, escribió Cartaphilus, ya no quedan imágenes del recuerdo; sólo quedan palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos.»

    Referencia: El Inmortal, de Jorge Luis Borges, versión completa
    © Apocatastasis: Literatura y Contenidos Seleccionados

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  6. Carlos Motta
    Ago 09, 2013 @ 23:49:02

    La existencia previene a la esencia: a ésta complejidad sustrae el hombre una visión mínima indispensable, puesto que el objeto (del cual se obtiene la idea básica la cual es la esencia) está en constante dialéctica. La «cosa en si» es la variación constante del objeto de conocimiento, y su parcialidad por tanto, a de ser el porcentaje que no podemos conocer de tal. La percepción solo nos da una imagen definida del objeto, pero ésta no es precisamente la idea o esencia. El concepto de tal es una distinción entre dos objetos o un contraste entre el objeto las formas de la intuición. Entonces si el concepto solo define la imagen distintiva de un objeto, la «cosa en si» escapa ella misma como una naturaleza que no se concluye a si misma para el ser humano. Pienso en definitiva que el ser en el tiempo presente no asegura que exista permanencia, y que al contrario la posibilidad de ser asegura que éste esté en constante cambio, todo ser asegura que todo fluye y cambia constantemente, y el hecho de ser no habla de permanencia sino de cambio: éstos son en efecto sinónimos.

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  7. Dhavar
    May 04, 2014 @ 19:01:26

    El cambio es un absurdo contradictorio, según el cual una cosa deja de ser ella pero a la vez no deja de ser ella, y sigue siendo ella pero a la vez es ella y otra, y esa otra es otra pero a la vez la primera y son dos pero una, etc. Confusión y contradicción, nuestro system failure original, cuya fórmula en «codigo máquina» es: A ES NOA (A ES B). o SER es NO SER. POr ejemplo: ES ES SERÁ. ES ES FUE. Y así nos luce el pelo, colgados de la mentira fundamental, el cambio. Verdad ES (cambia o se transforma en) Mentira. El Verbo Ser es el verbo cambiar y es una pura gilipollez. Lo metas donde lo metas genera mentira, contradicción y absurdo: Movimiento ES No movimiento. Esto ES OTRO.
    Es el zorro al cuidado del gallinero, la fuente de toda angustia, dado que «morir», es también cambiar, de vivo a muerto, y «vivir», también es cambiar, de nacido a muerto…..hasta el vómito. Es el señor «mange tout» pero siempre con hambre, por eso en alguna parte he leío que lo llaman mentiroso y homicida desde el principio, o sea, padre o madre.

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