CAPÍTULO 1: UN CORAZÓN QUE AGRADA A DIOS

SERIE: BUSCANDO LA PRESENCIA DE DIOS

Salmos 51:17 |TLA
Para ti, la mejor ofrenda es la humildad.
Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y se arrepiente.

La presencia de Dios en nuestra vida debe ser primordial; cada paso que demos nos debe llevar a reflexionar si edifica o no, en nuestra relación con él. Cuando caminamos en nuestra humanidad, la presencia de Dios mengua, y las cosas no fluyen de manera natural. pero cuando empiezas a preocuparte por agradar a Dios guardando su presencia en tu vida, es allí cuando él empieza a actuar de manera sobrenatural en ti.
Debes guardar tu corazón, porque de la abundancia del corazón habla la boca, así que «sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida». Proverbios 4:23 |RVR1960. Tu corazón debe estar lleno de la presencia de Dios, porque aun en tus palabras se debe reflejar su presencia…

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¿ Cómo mantienes la presencia de Dios en tu vida?

Humildad; Debes mantener una actitud siempre humilde, y apartar el orgullo de tu vida. Hay veces que sin darte cuenta este mal domina tu vida, es por eso que continuamente el Espíritu Santo te va a corregir, y debes estar dispuesto a aceptar esta corrección. Si quieres agradar a Dios, debes reconocer que con tus fuerzas, sabiduría, e intelecto no podrás hacerlo, sino que necesitarás de él en todas la áreas de tu vida.

Mantén un corazón humillado y corregible, porque la obra que Dios inició en ti,
él la va a perfeccionar.

Sinceridad; Implica el respeto por la verdad, aquello que se dice en conformidad con lo que se piensa y se siente. Quien es sincero, dice la verdad. Hay veces que pensamos que Dios no nos entiende, que hay algo que puede quedar oculto delante de su presencia, pero no es así, no puedes venir a Dios con rodeos, ni mentiras maquilladas, porque ya él todo lo sabe. Dios ama un corazón sincero, y una actitud humilde, que aún en medio de la situación más vergonzosa, es capaz de abrirle su corazón y sincerarse con él.

Mateo 11:29 |RVR1960
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;
y hallaréis descanso para vuestras almas.

Arrepentimiento; El arrepentimiento es el pesar que una persona siente por algo que ha hecho, dicho o dejado de hacer. Quien se arrepiente cambia de opinión o deja de ser consecuente con un determinado compromiso. Cuando venimos delante de Dios, debemos venir con un corazón apasionado, dispuesto a entrar en su presencia, donde nuestro deseo por agradarle a él, deben ser superior a nuestros deseos por deleitarnos en los placeres del mundo. Aunque somos conscientes que diariamente le fallamos a Dios; por esto es necesario confesar nuestros pecados, y tener una actitud sincera de arrepentimiento, y ponernos a cuenta con el Espíritu Santo.

Amad@, Dios está buscando en ti un corazón humilde, sincero y dispuesto hacer su obra, Dios desea que tu vida se vea transformado por su misericordia, porque fuiste elegido para predicar y llevar su palabra. Las situaciones que hoy estás viviendo, no te mantendrán hundido en ese valle de sombra y de muerte en el que has pensado que debe ser tu lugar, sino que debes disponerte a romper con todas esas malas prácticas que en un pasado eran parte de tu vida, pero que hoy Dios te está llamando a que vengas a su presencia con un corazón arrepentido. Dios quiere sumergirte en la Sangre del Cordero, limpiarte, cambiar tus vestidos, por vestidos nuevos y llevarte a la morada que él ha estado preparando para ti. Ya nunca más nadie tendrá memoria de tu pasado oscuro y lleno de malos recuerdos, sino que hoy Dios está colocando un nuevo tiempo, un nuevo camino, nuevas conexiones frente a tus ojos, porque su mover a favor tuyo se esta siendo tangible.

Colosenses 3:12-15 |TLA
12 Dios los ama mucho a ustedes, y los ha elegido para que formen parte de su pueblo. Por eso, vivan como se espera de ustedes: amen a los demás, sean buenos, humildes, amables y pacientes. 13 Sean tolerantes los unos con los otros, y si alguien tiene alguna queja contra otro, perdónense, así como el Señor los ha perdonado a ustedes. 14 Y sobre todo, ámense unos a otros, porque el amor es el mejor lazo de unión. 15 Ustedes fueron llamados a formar un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Dejen que la paz de Cristo gobierne sus corazones, y sean agradecidos.

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La Gracia sea con todos ustedes,
Fabio R. Ventura.

 

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