¿Sabías que en el espacio que hay entre la Tierra y la Luna en su apogeo cabrían alineados todos los planetas del Sistema Solar?
De hecho, cabrían todos los planetas (incluida la Tierra) y todavía quedaría hueco para meter a Plutón y algún que otro planeta enano más. (Evidentemente esta configuración del Sistema Solar está fuera de lugar; se destruirían entre sí, o vete tú a saber…).
Y es que la Luna puede parecer cercana; la vemos brillar cada noche sin necesidad de ningún instrumento y a veces da la sensación de que podríamos tocarla. Pero nada más lejos de la realidad. La luz que vemos de la Luna tarda 1,3 segundos en llegar a nosotros, es decir, la vemos tal y como era hace 1,3 segundos. Se encuentra a una distancia media de 384.402 kilómetros —356.000 km. en el perigeo (lugar de su órbita en el que más cerca se encuentra de la Tierra) y 406.000 km. en el apogeo (momento en el que lo hace más lejos)—; distancias que comienzan a escapar de nuestra comprensión.
Pero… saquemos la calculadora y sumemos sus diámetros:
MERCURIO: 4.480 km
VENUS: 12.104 km
TIERRA: 12.756 km
MARTE: 6.794 km
JÚPITER: 142.984 km
SATURNO: 108.728 km
URANO: 51.118 km
NEPTUNO: 49.532 km
PLUTÓN: 2.320 km
TOTAL: 391.000 km.
Viajando a la Luna
Para hacernos una idea de esa distancia extrapolándolo a algo tan común para nosotros como un viaje en coche. Este “viajecito”, yendo a una velocidad de 120 kilómetros por hora (no queremos que nos multen por exceso de velocidad), nos llevaría la friolera de casi 5 meses.
¿Te imaginas tener que ir en coche a la estrella más cercana a nosotros que está 120 millones de veces más distante que nuestra querida Luna? Eso son poco más de 4 años-luz. ¿Y a Andrómeda, nuestra galaxia vecina, que se encuentra a más de dos millones de años luz de nosotros?