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Los duraznos son unas de las frutas más populares en todo el mundo y provienen del este de China, donde se han cultivado desde el año 1000 a. C. y donde las novias llevan flores de durazno el día de su boda.[1] Los antiguos romanos los llamaban “manzanas persas” y sus árboles llegaron a América en las naves de Colón. Son deliciosos, simples y están disponibles en todas partes. Puedes aprender a escoger los que están maduros y a comerlos crudos o cocidos.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Escoger un durazno

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  1. Los mejores duraznos son los que se cultivan en tu área y se cosechan en el punto máximo de su madurez, cuando están a punto de caerse del árbol. El periodo exacto en el que estén de temporada dependerá del lugar de donde provengan los duraznos. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los duraznos se cosechan tradicionalmente durante el verano, pero en otros lugares también se recogen desde abril hasta octubre.[2] Las temporadas de duraznos en las siguientes regiones que los cultivan son las siguientes:
    • Florida: abril y mayo
    • California: entre mayo y setiembre
    • Georgia: entre mayo y agosto
    • Carolina del Sur: entre mayo y agosto
    • Michigan: entre julio y setiembre
    • Nueva Jersey: entre julio y setiembre
    • Idaho: entre agosto y octubre
    • Chile: entre noviembre y abril
  2. Lo mejor es escogerlos maduros y comerlos en los siguientes 2 a 3 días. Los duraznos que se compran en la tienda normalmente estarán más verdes, pero madurarán un poco si los dejas apartados de la luz a temperatura ambiente por 3 a 7 días. Si los refrigeras, no madurarán más, así que es buena idea ponerlos en una bolsa de papel dentro del refrigerador una vez que alcancen la madurez que buscas.
    • Elige los duraznos en la tienda que se sientan más pesados de lo que parecen, lo que es una señal de que la pulpa está densa con el jugo.
    • No los presiones para ver si “ceden”. Los duraznos maduros cederán cuando los presiones, pero les dejarás una abolladura que se podrirá rápidamente.
    • Los duraznos maduros a menudo huelen fuerte en el tallo, aunque algunas variedades tendrán un olor más intenso que otras.
  3. Esta fruta se ha cultivado por más de 3000 años y literalmente hay cientos de variedades que se cultivan en todo el mundo.[3] En el occidente, la mayoría de duraznos tienen la pulpa de un color amarillo anaranjado, mientras que los asiáticos suelen ser blancos.
    • ¿Cuáles son los mejores duraznos para comer? Cualquier variedad que esté disponible en tu área. Los duraznos locales a menudo serán mucho más frescos y jugosos, porque se permite que sean más frágiles que los que tienen que prepararse para el transporte.
    • El famoso durazno de Georgia es de la variedad “Elberta”. Otras variedades que se venden comúnmente en los Estados Unidos son la June Lady, la Flavorcrest y la Red Top.[4]
    • Todos los duraznos se clasifican en “pavía” o “prisco”, dependiendo de si la pepa (carozo) se “adhiere” o no a la pulpa. Asimismo existen algunas variedades híbridas.[5]
    • Los duraznos “jugosos” normalmente son del tipo pavía y se venden con mayor frecuencia para comer. Cuando están maduros, estos serán muy jugosos como si la pulpa se fuera a derretir. Los que no tienen esta característica serán mucho más firmes y son los que se utilizan normalmente para los enlatados.
  4. Guarda los duraznos adecuadamente. Cuando los compres, quítales los tallos y guárdalos con ese extremo hacia abajo, sobre una tela que deje pasar bien el aire para ayudar a que se maduren. Las servilletas de lino o algodón son excelentes para los duraznos en proceso de maduración.[6] Cúbrelos con una servilleta delgada para que continúen madurando. Cuando la pulpa empiece a reducirse y a tener fragancia, ponlos en el refrigerador, envueltos holgadamente con una bolsa de papel o sueltos.
    • Una vez que estén refrigerados, generalmente tendrás que comerlos en unos cuantos días pues se pondrán muy maduros en menos de una semana. Nunca guardes los duraznos en una bolsa de plástico que facilita la putrefacción.
    • Para congelar duraznos, con frecuencia se les blanquea rápidamente, luego se les quita la cáscara con un cuchillo y se cortan en pedazos del tamaño de un bocado. Guárdalos en bolsas herméticas para congelar.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Comer los duraznos crudos

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  1. Siempre enjuágalos con agua limpia y frota la piel suavemente con las manos o con un cepillo para verduras justo antes de que estés listo para comerlos o prepararlos. De este modo quitarás la suciedad y las bacterias, así como los residuos de los pesticidas.
    • No laves los duraznos hasta justo antes de comerlos. Mojarlos antes de refrigerarlos puede facilitar su putrefacción y la aparición de bacterias.[7]
    • Aunque no hay ningún problema en comer la piel del durazno, si no te gusta su textura, puedes retirarla con un cuchillo de mondar. Esta tiene altos contenidos de fitonutrientes y fibra, pero a muchas personas no les gusta su vellosidad.[8]
  2. ¿Cuál es la mejor manera de comer un durazno maduro? Solo cómelo a mordiscos y mójate el mentón. Toda la fruta es comestible, menos la pepa dura del medio.
    • Puedes cortar el durazno en dos, rotando el cuchillo alrededor de la pepa que está en el centro y luego retorciéndolo suavemente para soltar ambas mitades. Retira la pepa sin problemas y come cada mitad sin preocuparte de que podrías morder algo duro.
    • Una de las delicias de un durazno maduro es su textura jugosa. Sin embargo, algunos podrían tener demasiado jugo, así que ten cuidado de no mancharte la camisa. Consigue un pañuelo o un papel toalla para contener las gotas.
  3. Con un cuchillo para mondar, corta el durazno desde el tallo hasta la punta, rodeando toda la pepa del medio. Tira de las mitades por la mitad y corta cada una en tres o más rodajas, dependiendo del tamaño de la fruta. Esta es una forma excelente de comer duraznos frescos como tentempié.
    • Rocía las rodajas de durazno con una pizca de canela o azúcar morena para agregarle un toque de sabor. La crema fresca también es un complemento excelente.
    • Si tienes un durazno pavía muy maduro, podría ser más difícil llevar a cabo este método. Es posible que termines aplastando la fruta y tengas problemas para retirar cada rodaja si se aferran a la pepa.
  4. El durazno en cubos es un candidato perfecto para agregarle un poco de textura y dulce al yogur. Aparte de las propiedades probióticas de este último, tendrás una fruta con un alto contenido de hierro, potasio, vitaminas A y C, y varios fitonutrientes.[9] Además, lo que es mejor, su sabor es delicioso.
    • ¿Quieres que sea aún mejor? Agrega un poco de durazno en cubos a un bol de helado de vainilla: demasiado bueno.
  5. Estos salen mejor con un poco de durazno pelado que le aporta dulce y sabor a tu bebida. Si quieres un batido sencillo para el desayuno que incluya duraznos, prueba esta receta:
    • Mezcla la misma cantidad de durazno pelado y leche en una licuadora, con hielo (dos tazas de cada ingrediente producirán una buena porción). Echa encima un tercio de esta cantidad de jugo de naranja y miel al gusto.
    • Algunos ingredientes extraordinarios que puedes agregar son el yogur, el plátano, la fresa, los arándanos, las semillas de chía, la mantequilla de maní o la avena cruda.[10]
  6. Los cubos de durazno se pueden agregar a una serie de cereales y otras mezclas para obtener un bocadito dulce. Prueba añadir un poco sobre estos alimentos:
    • granola u otro cereal para el desayuno
    • avena
    • crema de trigo
    • polenta o sémola
    • muesli
  7. ¿Quieres una bebida de durazno excelente para el verano y que le encantaba a Hemingway? Sí, por favor. Puedes crear una base dulce y refrescante para un cóctel de champaña si mezclas duraznos triturados con un poco de limón. Mezcla los siguientes ingredientes en un procesador de alimentos:
    • Coloca cuatro duraznos pelados y sin pepa con el jugo de un limón y procésalos hasta que se forme una mezcla uniforme. Después agrégale azúcar o miel al gusto y una o dos cucharadas más de jugo de limón.
    • Vierte un poco de la mezcla en una copa de champaña y agrégale la misma cantidad de un buen vino espumoso italiano, llamado espumante o champaña. Así tendrás un cóctel delicioso para el verano.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cocinar con los duraznos

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  1. Duraznos escalfados, frambuesas recién procesadas y helado de vainilla. ¿Qué más necesitas? Esta es la forma de hacerlo:
    • Calienta una taza de agua, una cucharada de jugo de limón y aproximadamente una taza de azúcar en una cacerola, revolviendo los ingredientes para disolver el azúcar. Lleva a cocción a fuego lento y agrega cuatro duraznos pelados, sin pepa y partidos por la mitad. Cocínalos hasta que estén suaves y retíralos con una cuchara ranurada.
    • Mezcla tres tazas de frambuesas, un cuarto de taza de azúcar en polvo y una cucharada de jugo de limón en un procesador de alimentos.
    • Deja que los duraznos calientes se enfríen y ponlos en un bol frío. Después agrégales el helado de vainilla encima y la salsa de frambuesas.
  2. Estén verdes o muy maduros, sean pavías o priscos, deliciosos o mediocres, los duraznos son una gran adición a las tartaletas, las tartas y los cobblers. Si tienes muchos, utilízalos en tu receta horneada preferida.
    • Haz una tarta de durazno. Este postre es un manjar de fines de verano emblemático y delicioso en los Estados Unidos. Es sutil, dulce y simple. Puedes aprender a hacer una buena corteza aquí y también una tarta de duraznos.
    • Prepara un cobbler de durazno. Este postre es muy parecido a la tarta, pero sin la corteza y con una superficie deliciosa, dulce y crujiente que combina tan bien con el helado de vainilla que debería ser un pecado.
  3. Si tienes muchos, entonces son excelentes candidatos para convertirlos en una mermelada súper dulce, cocinándolos. Mezcla la misma cantidad de durazno fresco triturado y azúcar blanca, con un poco de jugo de limón y pectina de caja para preparar una tanda.
    • La mayoría de las pectinas comerciales vienen con instrucciones específicas y proporciones que tienes que seguir dependiendo del tipo de fruta que utilices. Siempre toma como referencia sus instrucciones específicas.
    • Prueba mezclar jarabe de jengibre con los duraznos para hacer una mermelada de estos dos ingredientes que queda increíble en marinadas y carnes a la parrilla. Además, también combina muy bien con los arándanos, las ciruelas o las cerezas.
  4. Prueba secar los duraznos. Cuando los duraznos empiecen a pasarse, aprender a secarlos bien puede ser una forma excelente de conservarlos y prolongar un poco más su duración. La mejor manera de hacerlo es cortarlos en rodajas del tamaño de un bocado y secarlos en un deshidratador de alimentos comercial o ponerlos en el horno en la temperatura más baja posible por un largo periodo de tiempo. Hazlo a baja temperatura y lentamente.
  5. . Aunque te parezca poco convencional, los duraznos son un complemento dinámico para una gran variedad de platos de carne a la parrilla. Los duraznos marcados rápidamente en la parrilla pueden utilizarse como una guarnición o para ponerlos encima del cerdo, el pollo o la carne asada.
    • Corta los duraznos en rodajas y después cúbrelos con un poco de vinagre balsámico con la ayuda de una brocha; luego ásalos a la parrilla con la parte de la pulpa hacia abajo por unos 3 a 5 minutos. No te tomará mucho tiempo hacerlo.
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Categorías: Técnicas para comer
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