Mi perro está triste, ¿qué le pasa?

Estás viendo un cambio de conducta en tu perro: no sabes qué le pasa pero lo notas apagado.

De hecho, podrías decir que tu perro está triste. Y es que  tu perro puede estar pasando un trastorno de conducta por múltiples motivos. Es posible que notes rasgos como fobias, miedo, excitación, tristeza, incluso agresividad o una actitud depresiva. Te ayudamos a identificar diferentes rasgos para que tengas en cuenta y puedas informarle mejor a tu veterinario gracias a tu observación.

MI PERRO ESTA TRISTE: SÍNTOMAS ASOCIADOS

Lo primero y lo más recomendable es que te dirijas a tu veterinario de confianza y le informes del estado de apatía que está pasando tu perro: a veces, infecciones o enfermedades orgánicas se manifiestan con cambios repentinos de su actitud. 

Podemos decir que un perro está deprimido o triste si:

  • disminuye su actividad normal

  • observas un descenso en la respuesta frente a estímulos

  • notas apatía

  • ves que baja el apetito llegando incluso a una anorexia

  • su comportamiento cambia, incluso identificas un aumento de aullidos o gemidos

  • pasa más horas durmiendo de lo habitual

  • tiene actitud de huída

  • presenta reacciones agresivas o compulsivas

Debes estar atento a sus reacciones para poder centrar mejor el diagnóstico por el profesional y sobre todo, ser realista. A veces la preocupación y la empatía que sientes por tu perro puede hacerte ver señales equívocas ante un problema que no existe. 

¿POR QUÉ MI PERRO ESTÁ TRISTE?

Algunas de las posibles causas que pueden hacer que veas a tu perro triste son las siguientes:

FISIOLOGÍA

Periodos como el celo, las altas temperaturas o la extenuación física por intensa actividad pueden provocar cambios en tu perro y se pueden identificar con tristeza, pero son normales. Responden a una necesidad fisiológica y tu perro vuelve a la normalidad una vez pase ese periodo.

ENFERMEDADES

Si tu perro tiene fiebre, dolor intenso o cualquier otro proceso patológico es posible que también presente signos de tristeza o depresión. En estos casos también observarás otros síntomas asociados, por lo que será más fácil de identificar. Algunos ejemplos de ello pueden ser fiebre, quejas al tacto en zonas concretas, cambios físicos,...

MANEJO NO ADECUADO (ALIMENTACIÓN, ACTIVIDAD Y MOTIVACIÓN)

Tu perro es muy adaptable pero tiene unas necesidades concretas y específicas por su especie y por su propia individualidad. Si no las satisfaces, el bienestar y salud de tu perro pueden deteriorarse y presentar desequilibrios psicológicos y orgánicos y llegar a estados de aburrimiento y desmotivación.

Es importante que tu perro disponga de unas rutinas y dinámicas semanales que respondan a sus necesidades concretas para no tener cambios conductuales sostenidos como apatía, ansiedad, depresión o tristeza.

TRAUMAS

Hay sucesos de estrés prolongado o intenso que puede desencadenar en tu perro una cascada de neurotransmisores y mediadores hormonales. Éstos provocan en el organismo de tu perro alteraciones del comportamiento como frustración, indefensión aprendida, miedos, depresión o fobias espontáneas.

CAMBIOS DE RUTINA

Cambio de vivienda, horarios, cambio de propietario, nuevos miembros en la familia o casa, o la soledad prolongada... Los cambios bruscos influyen en sus rutinas diarias y pueden hacer que tu perro esté triste, así como producir desorientación, inseguridad o nerviosismo incluso desequilibrios emocionales graves.  

MI PERRO ESTA TRISTE: PAUTAS PARA AYUDARLE

Ante cualquier cambio que observes en tu perro lo primero es acudir a tu veterinario. Allí se valorará toda la información que le puedas ofrecer y realizará las pruebas clínicas necesarias para llegar a un diagnóstico certero y objetivo.

Si el veterinario no descubre causas orgánicas, lo recomendable es que consultes a un etólogo (es un veterinario especialista en comportamiento). Él realizará un diagnóstico de carácter conductual a tu perro y así podrá determinar un tratamiento basado en la modificación de la conducta, guiándote y ayudándote a corregir cualquier error adquirido en vuestra convivencia.

En línea general, para proveer a tu perro de un estado equilibrado (físico y psicológico), es importante cubrir sus necesidades. Proporcionarle motivaciones a través de:

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    Alimentación y actividad física adaptada a sus necesidades: La alimentación es uno de los pilares para mantener una buena salud de tu perro. Los paseos diarios deben ser frecuentes, ya que además de para realizar sus necesidades, le mantiene activo y en forma, y son una gran fuente de estímulos y motivación (olores y sonidos nuevos, relaciones sociales, etc.)

     

  • Rutinas estables: Tratar de mantener una constancia en sus rutinas diarias es fundamental para afianzar estabilidad. Si se aproximan cambios en estas rutinas, lo ideal, siempre que sea posible, es realizar un proceso de adaptación progresiva (habituación).

  • Higiene y cuidados óptimos: las rutinas de higiene (baños, cepillados, desparasitaciones, vacunas y revisiones periódicas) son necesarias para prevenir y mantener una buena salud. 

  • Reforzar el vínculo: pasar tiempo con tu perro y mantener interacciones frecuentes es muy importante para fortalecer vuestro vínculo generando confianza y seguridad.

  • Enriquecer el ambiente: ofrécele juegos y actividades de entretenimiento que pueda realizar cuando se encuentre solo en casa. Existen multitud de juguetes de diversos tipos que les mantienen libres del aburrimiento y la apatía.

Diagnosticar un síntoma como la tristeza en perros puede resultar complejo debido a que podrías caer en percepciones subjetivas o, por el contrario, pasar por alto causas importantes que están mermando la salud y el bienestar de tu perro.

Por esta razón, cuando observes que tu perro está triste, así como cualquier otro cambio tanto conductual como físico o tengas dudas con respecto a lo que estás observando, visita al veterinario para poner remedio.

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